Ojos de Ensueños

Capitulo 2- Bendito resfrío del demonio

Elliot 

10 de noviembre del 2016

Me siento mareado y desorientado. Abro mis ojos y lo único que veo es un fondo blanco.

Trato de mirar a mí alrededor y es cuando me doy cuenta de que estoy acostado en mi cama pero la pregunta es ¿Cómo llegue aquí?

Lo último que recuerdo es haber ido a la empresa de mamá ya que me necesitaba. Me acuerdo de que me sentía mal pero no quería que ella lo supiera debido a que estaba demasiado cargada de cosas y no quería sumarle un problema más.

Al llegar me empecé a sentir mareado y... no hay nada más.

Bufando me levanto de mi cama pero me detengo debido a la incesante puntada en mi sien.

Creo que Mika tenía razón; tuve que haber ido al doctor, aunque eso no es algo que él deba saber, suficiente con que lo acepte yo.

Escucho los ladridos de mi perro dentro de mi habitación logrando que las puntadas aumenten.

-Shh, cállate Roco- lo reprendo sobando mi cabeza.

Él con su cabeza gacha se acerca a mí y recuesta su cabeza en mis piernas. Lo acaricio distraídamente mientras vuelvo a cerrar mis ojos deseando que el dolor pare.

Cuando siento que el dolor cesa un poco me levanto de la cama para caminar hasta el baño. Abro la gaveta, tomo unos analgésicos y con un vaso de agua me los trago.

Vuelvo a recostarme en mi cama dejando que el cansancio pese en mí logrando llevarme con el sueño.

Corro sobre un claro de pequeñas flores coloridas. Ya está atardeciendo provocando que los últimos y sutiles rayos del sol recaigan sobre mi piel logrando en mí una sensación de calidez a la vez que le da un toque mágico al lugar.

Un sutil viento me rodea provocando que mi pelo se revuelva y que la sensación de estar corriendo sea placentera y reconfortante.

No tengo ni idea de donde estoy ni de hacia dónde voy. Tengo la sensación de estar buscando algo pero no logró recordar que es.

Corro por los alrededores desorientado hasta que veo algo llamar mi atención.

Un sutil movimiento que se adentraba en los árboles hacia el bosque.

Corro hacia esa dirección esquivando los árboles, siguiendo mi instinto de que eso me guiará hacia mi objetivo desconocido.

Busco y busco hasta que a lo lejos logró ver una silueta de espaldas.

Me acerco poco a poco descubriendo que esa silueta pertenece a una mujer; una mujer con larga cabellera rubia que le cae sobre su espalda en perfectas y naturales ondas. Está mirando hacia un lago de agua cristalina.

Está vestida con un largo vestido gris debajo de lo que parece ser un saco estampado que le llega hasta por debajo de las rodillas, sus pies descalzos. Sobre su cabeza lleva un sobrero negro que se le ve muy bien.

Todo en ella me grita que me acerqué, que la descubra, pero yo me encuentro petrificado por la hermosa escena que tengo frente a mis ojos.

Pierdo la noción del tiempo y no tengo idea de cuánto paso. De lo único que soy consciente es que se da vuelta lentamente hacia mi dirección. Mi pulso disparándose al descubrir su pálido y luminoso perfil.

Estoy cada vez más cerca de descubrir su rostro cuando... una estruendosa música suena en todo el lugar. La chica se sobresalta antes de salir corriendo.

Trato de alcanzarla pero por cada paso que doy todo a mí alrededor se oscurece hasta que finalmente todo se queda negro.

***

9 de diciembre del 2016

-Lo que usted tiene son los síntomas de un resfriado. Los mareos, náuseas, bajas energías, dolor de cabeza, picazón de garganta, ojos llorosos y cansados son causa de que pesco un resfriado. El problema por lo que puedo ver es que usted no se ha estado alimentando bien últimamente y posiblemente haya pasado por un periodo de estrés por lo que sus defensas están muy bajas como para combatir contra dicho virus. Eso provoca que todos los síntomas lo impacten con más fuerza.

Miro al doctor y lo único que pienso es que todo el malestar que he estado pasando estos últimos días ha sido por un maldito e insignificante resfriado. No es que me sorprenda el haberme enfermado ya que el día anterior a sentirme mal estuve jugando bajo lluvia un partido junto a mis amigos. De todas formas no pude elegir peor momento para caerme enfermo.

-Lo que tendrá que hacer de ahora en adelante para recuperarse será alimentarse mejor, cuidarse un poco más y tomar estos antibióticos que le recetaré.

-¿Cuánto tiempo dice usted que me durara?

-Posiblemente alrededor de unos 8 u 10 días. Todo dependerá de cómo se comporte usted.

El doctor me da mi receta y seguido de un apretón de manos y unas gracias salgo de su consulta para ir a la farmacia más cercana.

Detesto enfermarme pero lo que aun más detesto es hacerlo cuando estoy tan ocupado.

Llevo la contabilidad de varias empresas aunque ahora parece que por un altercado se me suma la empresa de mamá. Últimamente me han caído muchos números e informes que revisar; números e informes que he tenido que aplazar debido a mi reciente malestar por lo que ahora debo tener doble trabajo acumulado.

Lo peor es que soy consciente de que en este estado difícilmente podre trabajar debido a que necesito mucha concentración y esfuerzo que en este momento claramente me escasea.

Una vez con todo lo necesario vuelvo a mi casa en donde me recibe muy alegremente mi perro. Camino con el siguiéndome los pasos hasta la cocina en donde le pongo más comida y agua debido a que come como por tres. Me preparo un sándwich con cosas "saludable" para luego sentarme a comer en frente del televisor junto con un jugo de naranja.

La única razón por la que me mantengo en forma es debido a que me ejercito mucho porque debo admitir que yo soy igual que mi perro, como como por tres. Además, lo que tengo yo es que amo demasiado la comida chatarra, es por eso que no me extraño lo que me dijo el doctor.



#40939 en Novela romántica
#10862 en Joven Adulto

En el texto hay: superar, amor, amistad

Editado: 27.03.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.