Ojos de Sapo

CAP 2: El vuelo.

— ¿Qué sucede, cariño? — pregunto Kylie sorprendida por el comportamiento de su prometido.

Usualmente Yevhen no era tan pensativo como lo estaba siendo ese día, estaba en casi completo silencio, únicamente asintiendo y dando respuestas cortas de “SI” o “NO”, pero esta vez a Kylie ignoro.

— ¿Estas asustado por tu vuelo?

Yevhen observo confundido a Kylie, antes de recordar que ese día debía viajar a la ciudad de Agápi por motivos laborales.

— ¡Rayos! ¡Lo olvide!

Pronto el pensativo Yevhen fue reemplazado por uno muy agitado que ordenaba a todos y a todos que prepararan su equipaje, el auto, sus documentos que revisaría en el avión al respecto del negocio y las reservaciones del hotel. Kylie sonrió, eran pocas las veces en las que Yevhen olvidaba algo relacionado con su negocio y aquellas veces la chica no podía evitar sentirse conmovida por el empeño sobrehumano que Yevhen ponía en la compañía, compañía que pronto seria suya.

— ¿Por qué no…— Kylie abrazo por detrás de la espalda a Yevhen sonriendo — olvidas todo por hoy y vamos a la playa? De seguro algún represéntate de confianza tomara la decisión adecuada.

Yevhen suspiro forzándose a no gritarle a Kylie, su estupidez era latente, ¿Pero que podía esperar de ella? Kylie era la clásica chica de adorno, solo sabía lucir bien los vestidos y ropa cara que Yevhen le compraba, su único propósito era salir bien en las fotos y presumir sus riquezas, lujos y su cuerpo perfecto que había pasado varias veces por el quirófano. Sino fuera porque era la única hija de sus socios más ricos y dueños de la empresa rival de seguro Yevhen no se casaría con semejante cabeza hueca, pero había mucho dinero en juego, demasiado como para darse el gusto de arrojarle una estatua de diamante a la cabeza de Kylie, quizás asi si empezaría a usar su cerebro.

— En el mundo del negocio, Kylie…— Yevhen aparto a Kylie de un empujón brusco, haciéndola caer, Kylie lo observo desde el suelo empezando a llorar — hasta la persona más cercana a ti te puede traicionar — Yevhen se agacho y sujetando fuertemente la mandíbula de Kylie la beso — ¿Lo entiendes, cielo?

Kylie asintió rápidamente asustada.

A Yevhen no le importaba que ella corriera a decírselo a sus padres. El propio padre de Kylie no sentía ni el más remoto aprecio por su hija, la comprometió a penas cumplió la mayoría de edad y con el primer millonario que se presentó, nunca le importo su hija, la madre de Kylie no era mejor: al igual que su hija era solo un cuerpo con demasiada silicona y poca personalidad, con el único propósito de sonreír frente a los socios de su esposo.

El hombre solo le daría unas palmaditas en la cabeza y le diría a Kylie que eso “Era el matrimonio”, por eso Yevhen no temía las cosas que ella dijera de él, de nada le serviría.

— Volveré el miércoles para cenar.

Anuncio Yevhen yéndose, dejando a Kylie en el suelo llorando.

Al llegar al aeropuerto fue directamente al avión. Estaba molesto, pues su jet privado estaba en mantenimiento, aunque ser dueño del aeropuerto tenía sus ventajas, tener primera clase solo para él, por ejemplo.

Yevhen se sentó en su asiento, escuchando a las personas de clase económica entrando al avión. Eso le causo asco, tener que compartir aire con la plebe le daba nauseas. De repente un bullicio tan fuerte que sus audífonos no pudieron bloquear lo hizo estallar en rabia. Se levantó violentamente, empujando a una azafata en el proceso y fue directamente a clase económica, donde estaba listo para gritar y hacer bajar del avión a los bastardos que irrumpían su tranquilidad.

— ¿Qué mierda sucede? — exigió saber, provocando el miedo en el personal de vuelo que rápidamente se pusieron de rodillas explicando la situación.

— La señorita no quiere tomar su respectivo asiento.

Yevhen observo a una chica de cabello verde brillante que le estaba dando la espalda.

Yevhen empujo a las azafatas y se acercó violentamente a la chica para susurrar de la forma más amenazante posible.

— O te sientas o te lanzo del avión cuando este en el aire.

— Pero este tipo me toco el trasero — la chica señalo al hombre que debía estar a su lado —. No querrás que una inocente pasajera sea acosada. ¿Verdad?

Yevhen volvió a llenarse de paciencia para no tirar del cabello a la chica al suelo, pero se enojó aún más cuando vio a un adolescente granoso gravándolo.

— ¿Qué mierda estas grabando? — Yevhen se abalanzo sobre el chico golpeándolo con fuerza, un solo puñetazo de Yevhen provoco que la nariz del adolescente quedara en una posición imposible, empezando a sangrar violentamente.

El chico se sujetó la nariz y empezó a gritar con los ojos muy abiertos, moviéndose hacia atrás y hacia adelante, gritando y gritando. Yevhen tomo el celular en el suelo y pisándolo fuertemente lo destruyo, harto de los gritos del chico le ordeno a las azafatas que lo sacaran, acción que rápidamente todos obedecieron, las demás personas estaban en silencio, temerosas de lo que ese enorme hombre les podría hacer. Porque Yevhen era alguien imponente. Yevhen era un hombre alto, con una serie de músculos capaces de romper un árbol, sus ojos eran negros como el carbón,  su cabello era rubio largo y una barba muy bien cuidada complementaba la imagen de ese atractivo pero peligroso hombre. Con sus emociones a flor de piel sujeto el cabello verde de la chica empezando a tirar de ella con la intención de sacarla del avión y prohibirle la entrada al aeropuerto, pero no termino de dar dos pasos cuando sintió que el peso de la chica era demasiado ligero, al girarse noto que en sus manos llevaba el cabello de la chica en sus manos, por un momento pensó que quizás habría sido lo suficientemente fuerte como para arrancarle el cabello del cráneo a la chica, pero al no oír ni gritos o ver sangre se calmó e inspeccionando el cabello en sus manos noto rápidamente que era una peluca, una de muy mala calidad. Yevhen se carcajeo brevemente, aliviando un poco la tensión de los pasajeros, pero ninguno se atrevió a emitir algún sonido, excepto…




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