— ¿Cómo que no pudieron identificar al bastardo que iba en esa motocicleta?
Yevhen se habia acostumbrado a matar solo por matar, si alguien de un rango menor al suyo lo miraba mal debia pagarlo con su vida, con mas razon buscaba eliminar al bastardo que provoco que el y Micah se lastimaran.
—Lo sentimos, señor, pero la motocicleta no llevaba placas y el casco negro impidió ver quien era.
Yevhen observo a su jefe de seguridad atónito, dándose cuenta de que en realidad las cosas no eran tan simples como creía, no era solo un motociclista imprudente o borracho, no, era algo más que eso.
— ¿No llevaba matriculas?
—No.
Kylie que hasta el momento había permanecido en silencio sentada en el borde de la cama, recibiendo las miradas lujuriosas de los hombres de Yevhen, se puso de pie, con los ojos muy abiertos y temblando de miedo.
—Yevhen…— los labios de Kylie temblaron, negando con la cabeza y cubriéndose la boca de la impresión —. Yevhen…eso fue un intento de asesinato.
Yevhen sintió que la sangre se le iba del cuerpo, no supo porque pero abrió sus brazos y dejo que Kylie llorara un rato en ellos, abrazándola y analizando la situación: eso explicaba cómo pudo huir con tal facilidad, estaba entrenado para eso; ahora la mayor incógnita era saber quién lo envió; ¿Cuáles eran sus propósitos? A parte de matarlo claro, pero… ¿Por qué? ¿Qué ganaría con ello? Lo primero que pensó fue en su familia, todos eran unos avaros deseosos de poder, por eso no era raro que alguno de ellos fuera el responsable de aquello. Pero todas esas dudas fueron remplazadas al recordar a Micah bañada en sangre, con sus brazos alzados y llorando de dolor.
—Casi matan a Micah…
Dijo en voz alta.
Yevhen le ordeno a su jefe de seguridad que triplicara la vigilancia y les pidió a sus hombres que lo dejaran solo, solo con su futura mujer.
—También intentaron matar a Micah…
Repitió desconcertado de ser el culpable de sus heridas y cicatrices quizás permanentes.
—Sí, eso también te quería preguntar — Kylie sujeto las manos de Yevhen, sobándolas suavemente, como si temiera hablar — ¿Por qué Micah estaba en el auto contigo?
Yevhen estaba demasiado cansado como para intentar golpearla o pensar en una mentira mas elaborada, asi que decidió camuflar la verdad entre otra verdad.
—Ya nos conocimos antes, sabes lo temperamental que puedo ser, en uno de los vuelos la conocí, termine por romperle su teléfono cuando me hizo enojar. Cuando la vi en la empresa pensé que debía arreglar las cosas. No quiero tener una mala reputación, menos en mi propia empresa, asi que mi intención era llevarla de compras, que escogiera el teléfono de su elección y algunas cosas adicionales.
Yevhen pensó que Kylie le cuestionaría el no haber hecho que uno de sus hombres le comprara el teléfono a Micah y los otros regalos, porque si de mejorar la reputación se trataba sin duda hacerlo personalmente no era algo propio de Yevhen, pero se equivocó, la silicona en el cerebro de Kylie parecía nublarle la verdad o directamente ella se negaba a verla. En vez de darse cuenta de la obvio lo único que hizo fue sonreír y acariciarle el rostro a Yevhen, sonriendo con ternura y besándolo, para luego repartir besos por todo el rostro de él.
— ¡Eres tan bondadoso y generoso, mi cielo!
Kylie siguió besando con suavidad el rostro de Yevhen, el cual pronto adivino sus intenciones, mismas las cuales se confirmaron al sentir sus manos dirigiéndose cada vez más y más abajo, con el posible destino de su intimidad. Yevhen la sujeto con fuerza, alzándola y haciendo que lo abrazara con sus piernas, ambos se besaron y pronto las cosas se intensificaron, Yevhen la beso con furiosidad y luego la lanzo a la cama, haciéndola rechinar un poco, Kylie sonrió y observo con deleite como Yevhen se quitaba la camisa revelando su abdomen perfecto, Kylie se mordió el labio y se dispuso a bajarse la ropa interior, lanzándola al otro lado de la habitación, Yevhen se colocó sobre ella, cerrando sus ojos para saborearla mejor y entre besos y caricias sintió que algo estaba mal, y al abrir los ojos lo supo: Kylie era una mejor exquisita, llena de curvas y de belleza pura, bueno, no tanto ya que ciertamente el bisturí tuvo mucho que ver, pero aun asi cualquiera mataría por tener semejante mujer a su lado, pero Yevhen no pudo evitarse sentir mal, muy mal; por alguna razón no quería sentir las curvas perfectas de Kylie, tampoco quería escuchar los gemidos de ella, preferiría estar tocando la planicia que era Micah, apretando sus piernas que era lo único grueso que tenía, deseaba escucharla a ella gemir, no a Kylie.
Era irónico.
Yevhen sentía como si estuviera engañando a Micah cuando la engañada era Kylie, porque, aunque no quería recordárselo, Micah y él no tenían ninguna relación, mas allá de lo laboral. Aun asi intento seguir hasta el final, pero por más que lo deseaba no dejada de sentirse incómodo.
—No puedo.
Rugió molesto.
Levantándose y poniéndose nuevamente la ropa, Kylie lo observo atónito.
— ¿Por qué? — Kylie se puso de rodillas y se arrastró por la cama — ¿Hice algo mal? — Kylie parecía completamente rota.
Yevhen suspiro, deseando que su futura esposa no fuera tan jodidamente sumisa. Prefería a alguien cuya personalidad no dependiera de él, alguien que fuera fuerte y una perra cuando la situación lo ameritara.
—No, solo que aún estoy algo adolorido por el accidente.
Eso fue lo único que dijo antes de dejar a Kylie en el suelo, llorando y lamentándose por no ser la suficiente para su futuro marido.
Yevhen por otra parte fue a su oficina, sentándose y empezando a analizar toda la situación. Estaba abrumado y muy cansado. Había imaginado con total precisión como seria aquel día: llevaría a Micah a comprar lo que quisiera, de hecho tenía esa imagen muy clara en su mente; Micah rodeada por sus hombres, los cuales llevaban bolsas repletas de todo aquello que ella deseaba, Micah tomándolo del brazo y sonriendo, el feliz por ser el causante de su sonrisa y al finalizar el día irían a uno de sus múltiples mansiones a tener un rato de intimidad. Pero en vez de eso la mayor intimidad que tuvieron fue cuando ella le toco la mano en el hospital. Que decepción.