CAP 18: Un pequeño precio.

Kylie sonrió despidiendo a los últimos invitados a la cena.

Yevhen conto pacientemente los segundos para que los últimos invitados se fueran, estaba consternado, Kylie nunca había actuado asi, siempre fue una chica sumisa, con esa estúpida sonrisa perfecta cuyo único objetivo era contornear sus caderas de silicona, jamás fue alguien dominante, pero ahora parecía desafiar abiertamente a Yevhen ¿Por qué hacerlo ahora? Llevaban años en la misma dinámica dueño/esclavo, ¿Acaso ahora quería invertir los papeles? Era cierto que tenía el control de la situación, el padre de Yevhen era un monstruo, uno capaz de terminar con sus propios hijos, desde el día en que nació la vida de Yevhen fue una constante lucha de supervivencia y ahora más que nunca temía por su vida, no solo porque su padre podría asesinarlo y convencer a Kylie de casarse con Anwar, reemplazándolo como heredero de todo y prometido de la chica, sino por Oliver y Micah, ¿Quién los protegería si él no estaba con vida? No le importaba perder su compromiso con Kylie, ni nada por el estilo. De cierta forma era bueno, pues Anwar adoraba con su vida a Kylie, incluso antes de la silicona, de las cirugías y de los múltiples cambios, él ya la amaba, podía verlo en su mirada, como la observaba, como su voz cambiaba cuando ella estaba cerca, sus ojos brillaban al ver su perfecto cuerpo y casi volaba al escuchar su voz. Esa era otra razón por la cual la odiaba, durante un tiempo intento tener una relación cordial con ella, pero carajo, la odiaba, con cada fibra de su ser: la odiaba porque Kylie era todo lo bueno de ese mundo, porque, de haber nacido hombre no estaría atado a ella, a casarse con alguien tan repugnante como era Kylie; simplemente no la toleraba, no entendía el por qué siempre sonreía, porque siempre parecía tranquila; Yevhen quería hacerla sufrir, romperla y dejar su cuerpo al lado de la carretera; lo único bueno de estar casados es que podría golpearla con total libertad, pero debía ser discreto, a no ser que quisiera ganarse una paliza de su padre, pero al menos el malnacido estaba viejo, solo serían unos años, unos simples y deliciosos años que tendría que soportar, luego bailaría sobre su tumba y el día siguiente encontrarían el cuerpo de Kylie atado a dos rocas en las profundidades del lago.

Pero Oliver y Micah…no podría sobrevivir mucho tiempo solos, en ese cruel y despiadado mundo.

Yevhen apretó los puños al imaginar a Oliver llorando mientras Micah era asesinada a golpes, para luego ser abandonado en las feroces entrañas de un bosque, a la espera de ser devorado por lobos. Asi de sádico era el patriarca de los Shevchenko.

 —Bien, fue una linda fiesta — dijo Kylie acariciándose los brazos —. Conseguimos a los inversores — Kylie abrazo a Yevhen y se separó de él, sonriendo, como siempre, con esa sonrisa estúpida que Yevhen tanto odiaba —, digo, conseguiste, porque tú eres el listo y brillante inversor — Kylie volvió a abrazarlo, Yevhen rodo los ojos cuando ella inhalo su perfume, sí que era tonta — y yo estaré feliz de verte cumplir tus logros, ¿Estas feliz?

Fue como una descarga eléctrica de rabia.

Yevhen empujo a Kylie y la sujeto del cuello, golpeando la parte trasera de la cabeza de la chica contra la pared, Kylie soltó un sollozo, mientras Yevhen empezaba a asfixiarla.

— ¿Qué quieres de mí, bruja? ¿Qué rayos estas planeando? Sea lo que sea, deja de jugar — Kylie abría su boca intentando respirar, sus uñas acrílicas se clavaban en las manos de Yevhen, por un momento suavizo su agarre y ella respiro aliviada, alivio que desapareció cuando Yevhen la levanto del suelo, aun ahorcándola — o te matare con mis propias manos, malnacida bruja.

El rostro de Kylie empezaba a volverse de un tono oscuro, Yevhen estaba dispuesto a llevarlo hasta el final, quería escuchar el crujir de sus huesos, quería ver la vida escapando del cuerpo de Kylie, quería verla desvanecerse, pero fueron sus débiles palabras lo cual calmo su violenta rabia.

—Solo-solo, solo quiero…— Kylie hacia un gran esfuerzo por hablar, cosa que los dedos de Yevhen apretando su garganta le impedían —…quiero protegerlo, al niño…— Yevhen abrió sus ojos sorprendido —. Oliver es inocente.

Y al finalizar aquella frase, Yevhen dejó caer a Kylie al suelo, misma la cual tosió intentando volver a respirar. Yevhen la observo en el suelo un par de segundos, antes de agacharse y abrazarla. Era la primera vez que lo hacían, era un abrazo genuino, sin cámaras sobre ellos, sin nadie presionándolos para hacer ese simple gesto de aprecio. Por primera vez Yevhen se dio cuenta de lo suave que era la piel de Kylie, de lo dulce aroma a vainilla de su cabello y de lo cálido de su cuerpo, curiosamente Yevhen odiaba el aroma a vainilla.

El hombre se puso de pie y extendió sus manos hacia Kylie, misma que con algo de duda y delicadeza las tomo, Yevhen la ayudo a ponerse de pie y ambos se observaron unos segundos en silencio, segundos en los que Yevhen pudo apreciar lo hermoso que le quedaba ese vestido negro a Kylie.

—Entonces… ¿Cuál es el plan?

Kylie sonrió, aun sujetando las manos de Yevhen.

—Vamos a mi habitación, allí te lo diré todo.

En ningún momento se soltaron de las manos, sino como fieles y jóvenes enamorados permanecieron juntos. Al llegar a la habitación, Kylie cerró la puerta con llave tras Yevhen y lo observo con algo de duda.

— ¿Qué sucede?

Kylie bajo la cabeza temerosa.

— ¿Me ayudas con el cierre? — Kylie se dio la vuelta frente a Yevhen y aparto su largo cabello de su espalda, todo para que Yevhen le fuera más fácil quitarle el vestido. Yevhen lo hizo desconcertado, tratando de entender las ilógicas acciones de Kylie, cuando el cierre estuvo abajo ella termino por quitarse el vestido, lanzo sus tacones al otro lado de la habitación y se quitó las joyas, colocándolas en un cofre dorado, quedándose únicamente en lencería. Yevhen la observo sintiendo que todo el aprecio que hacia segundos sintió por ella empezaba a desaparecer, hasta que…—. Quiero ser la madre de Oliver.