Ojos de Sapo

CAP 21: El problema no se quiere ir.

Micah coloco su clásica sonrisa torcida, con sus enormes ojos verdes teniendo una mirada presumida.

 —Micah Lomelí  — ella extendió su mano cubierta por un guante negro —, un gusto.

El padre de Yevhen la observo con singularidad, dándose cuenta el peculiar aspecto físico de Micah, que sin duda no era apropiado ni para el lugar ni para el momento: el vestido rojo era muy similar al de Kylie, salvo que este era muchísimo más revelador, dejando trozos de tela colgando debajo de sus muslos, apenas si cubriendo un poco sus muslos, a la vez esos pedazos de tela se enrollaban alrededor de su cuerpo, como un tornado, pasando por su cuello hasta sus hombros, su cabello era un desastre en negro, con mechones mojados pegados alrededor de su rostro, además de todo el rímel esparcido en su rostro, de una manera similar su labial era de un rojo oscuro, pero el cual se derramaba por las comisuras de sus labios; a pesar de todo Micah seguía viéndose bonita; siempre se notó ese estilo gótico y punk en la chica, pero ahora…era como si la elegancia y el desorden tuvieran un bebé, y ese bebé era Micah. El padre de Yevhen la observo con disgusto, ignorando su mano extendida.

— ¡Oh! ¡Cariño, es ella! — Kylie abrazo con fuerza a Yevhen, como si temiera que Micah se lo llevara, el hombre pudo sentir la mirada disgustada de Micah, pero decidió mantenerse en el papel por el bien de Oliver, su padre ya sospechaba de él, un movimiento en falso y Oliver estaría muerto —. Suegro, señora Aragne, les presento a Micah, es quien va a diseñar los vestidos de mi boda.

Micah parecía sorprendida ante tales declaraciones, sus ojos verdes permanecían abiertos de par en par, con una mirada entre maniaca y feliz, su mano estaba vendada, pero Yevhen pudo ver algo carmesí chorreando de ella. Necesitaba llevarse a Micah antes de que algo malo pasara, antes de que su padre sospechara, la imprudencia de Micah era legendaria, ¿Quién sabe qué haría o diría?

—Sí, la recuerdo — respondió Aragne —, me encanta lo que hiciste con tu vestido y tu cabello, es tan…— Aragne era la clase de mujer que no podía beber agua sino era de marca, lo mismo aplicaba con la ropa, sino era de un diseñador reconocido, no valía la pena, por eso, a lo mejor y estaba buscando alguna serie de palabras que pudieran no dañar a Micah y arruinar su reputación — exótico.

Termino por decir, tratando de sonar lo menos dura posible, aun asi era palpable el asco que sentía por Micah.

Micah era cuero sintético, púas, purpurina, colores oscuros, sombras de colores y mucho negro, mucho, mucho, muchísimo negro, tanto que a veces Yevhen pensaba que era gótica; por otra parte Aragne seguía con la falsa ilusión de ser joven; usando ropa que no hacía más que recordar la belleza que fue en su momento y hacerla ver ridícula, olvidando que de aquella joven y hermosa serpiente mentirosa, solo le quedaba lo de serpiente y mentirosa, ya quedaba muy poco de lo joven y casi nada de lo hermosa; seguia siendo agradable a la vista, pero eso solo era una sombra de lo que alguna vez fue.

—Gracias — respondió Micah, contorsionando su rostro en una mueca extraña.

Yevhen noto que, atreves del rímel negro, los ojos de Micah estaban hinchados, un tono rojo nada natural adornaba el verde de sus ojos, ¿Acaso había llorado? Ahora que la miraba bien noto lo destruida que parecía, como si un remolque le hubiera pasado por encima: parecía cansada, agotada…y un poco drogada.

— ¿Y qué haces aquí, linda? — Aragne parecía analizante, con la punta de su uña acrílica revolvía la copa de champagne mientras observaba con atención a Micah.

—Yo…— de un momento a otro Micah cerro con fuerza su boca, mordiéndose con fuerza los labios, tanto que no se podía diferenciar si lo rojo era el labial o sangre fluyendo de sus dientes, parecía que el suelo le daba vueltas porque empezó a mirar hacia todas partes, como si no supiera donde estaba, de la nada su rostro se oscureció, en una mueca de dolor y tristeza pura. Por instinto, Yevhen intento sujetarla, pero Kylie lo sujeto con fuerza, impidiendo que se moviera de su lado, el rostro de Kylie era suplicante “Por favor, no vayas con ella, por favor” Yevhen se mantuvo en su lugar, al lado de Kylie, porque solo bastaba con que ella abriera la boca y Oliver, Micah y el estarían muertos. Micah movió su cabeza, de un lado a otro, como si alguien le hablara pero no supiera de donde provenía la voz —. No me siento bien — y solo basto con abrir un poco su boca para que el vómito saliera de su garganta.

Los restos de comida cayeron por el traje oscuro que llevaba el padre de Yevhen, deslizándose entre el escote de Aragne, a pesar de los chillidos y gritos de Aragne, el señor Shevchenko permaneció, tranquilo, sonriendo hacia Micah con ternura.

— ¿Quieres ir al hospital, cariño? — pregunto el hombre, sin dejar de sonreír.

— ¿Qué quieres decir con eso? — empezó a gritar Aragne — ¡Esa zorra arruino mi vestido!

Sin esperar a que su padre y amante reaccionaran, tanto Kylie como Yevhen tomaron a Micah de cada brazo y la arrastraron a una de las habitaciones de la mansión. Yevhen alzo a Micah y la coloco en una de las camas, mientras que Kylie cerraba puertas y ventanas.

— ¿Qué hace ella aquí?

Kylie parecía destrozada, aquella noche era como un sueño hecho realidad, uno que se arruino por culpa de Micah y su vomito.
—No lo sé — admitió Yevhen, tomando una toalla y limpiando la boca de Micah.

Ella no se movió, permaneció con la mirada fija en la pared, su cabeza sobre su propio pecho y sus brazos cruzados sobre su estómago.

— ¡Lo arruino todo! — Kylie se cubrió el rostro empezando a llorar — ¡Se suponía que esta noche seria mágica! ¡Inolvidable! — Kylie sonrió de forma débil, cruzándose de brazos —. Ja…supongo que si será una noche inolvidable, pero no por las razones correctas — Kylie camino hasta la puerta y la abrió de par en par —. Deshazte de ella y no lo hagas por mi… — ella hizo una pausa, con su mirada volviéndose más sombría — hazlo por Oliver.




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