— ¡Él lo hizo! ¿Quién más intentaría matarnos?
Gritaba Aragne histérica.
Yevhen había tenido que dejar a Micah y a Oliver solos es la casa de la señora Ter, una llamada de su padre nunca era algo bueno, fue por ese motivo que decidió llegar solo a la mansión. Al llegar encontró a todo un pelotón de policías esperándolo, Aragne llorando y gritando, su padre deseando estar en cualquier lugar menos ese y a Anwar, con la cabeza vendada, acostado en la cama, dormido o inconsciente, Yevhen no lo sabía y ni le importaba. Cuando Yevhen cruzo el marco de la puerta al instante fue bombardeado por los gritos e insultos de Aragne, incluso intento abofetearle pero logro detener su mano en el aire y al no dejarse golpear siguió gritando de manera escandalosa, su padre les pidió a los oficiales que se fueran con una sonrisa de comercial en su rostro, apenas se fueron su rostro se volvió sombrío y enojado.
— ¿Haz mirado las noticias hoy, Yevhen?
Pregunto el Shevchenko, sentándose en su escritorio.
—Si.
—Entonces, supongo que sabes que paso en la calle de mármol esta mañana, ¿Verdad?
—Si — repitió Yevhen, atando cabos en su mente.
Shevchenko se acomodó mejor en su silla, posando su barbilla cubierta por una considerable capa de barba en sus arrugadas manos.
—Desafortunadamente tu queridísima tía — Yevhen noto como su padre hacia énfasis en “queridísima”, Yevhen observo a Aragne por el rabillo del ojo, con asco — y tu dulce primo resultaron lesionados en el accidente de hoy — Shevchenko hizo una pausa, una que supuso Yevhen que era para buscar alguna clase de reacción que le diera algún indicio de lo que deseaba saber —. Aragne dice que fuiste tú quien planeo el atentado.
Yevhen sintió toda su sangre subir hasta su cabeza y luego bajar hasta sus pies, dejo escapar un suspiro de sorpresa, buscando algún índice de piedad de su padre, no porque lo hubiera hecho, sino porque si Aragne lo convencía de que Yevhen había hecho algo mal, ni un millón de pruebas lo salvaría de un reprimenda…o una ejecución. Yevhen se humedeció los labios, recuperando la compostura, intento adivinar a que argumentos acudiría Aragne para intentar mantener a Shevchenko a su favor, ¿Acaso tendría pruebas? Yevhen observo a Anwar en la cama, al instante Aragne se colocó frente a él, como si quisiera protegerlo de la mirada de Yevhen, en ese momento el rubio se preguntó si Aragne podría haber lastimado a su propio hijo con tal de obtener algún beneficio, ciertamente era posible, muy posible. Su madre le había contado que durante su embarazo, Aragne tomaba pequeñas dosis de veneno, con tal de asentar sus síntomas y mantener a Shevchenko a su lado, también le dijo que la había inculpado.
Yevhen recupero la compostura, manteniéndose sereno, sabía que no había hecho nada malo, ahora, solo debía convencer a su padre de lo mismo.
—Eso es imposible.
— ¡No mientas! — Aragne sujeto con fuerza a Yevhen del brazo, gritándole en su cara — ¿Quién más querría hacernos daño? ¡Lo hiciste porque estuvimos a punto de saber la verdad!
Shevchenko alzo las cejas confundido, acomodando su bufanda en el cuello, Yevhen no entendía esa costumbre que tenía desde siempre, a lo mejor era para evitar que le cortaran el cuello, pero siempre llevaba algo cubriéndolo, fuera una camisa con cuello de tortuga, una bufanda e incluso material ortopédico cubrían siempre su cuello.
— ¿Y se puede saber de qué verdad hablas, Aragne? — pregunto el padre de Yevhen, luciendo impaciente.
De repente Aragne empezó a lucir muy presumida.
—Veras, amor mío, no importa cuántas veces Kylie lo niegue, estoy segura de que el hijo que tiene Yevhen no es suyo.
Yevhen quiso tomarla de su feo cabello naranja y lanzarla por el balcón.
— ¿Y qué pruebas tienes? ¿Cómo te atreves a acusarme sin pruebas?
Aragne lo observo enojada.
— ¡A eso iba a ir! ¡Iba a conseguir las pruebas que necesitaba!
Yevhen suspiro hondo, cansado de que le gritara.
— ¡Ya basta, Aragne! ¡No olvides que estas frente al heredero de la fortuna Shevchenko! — Yevhen se inclinó sobre Aragne, que retrocedió asustada — ¡No tienes derecho de hablarme de esa forma! Solo eres una amante, tu único deber y valor es abrir las piernas, ¡No vales nada!
Aragne observo a Shevchenko suplicante, buscando protección, por el contrario, el hombre solo siguió mirando por la ventana, ignorándolos.
— ¿Alguien más había notado lo hermoso que es el verde de los arboles? — Shevchenko los observo desinteresando, como si ya supiera el desenlace de aquella batalla — ¿Ya terminaron? Bien, ¿Qué decías Aragne? Y por cierto, Yevhen tiene razón, solo eres una amante, no tienes derecho a hablarle asi a uno de mis hijos.
—Pero…
—Sí, sí, me diste otro hijo, pero no es nada difícil abrir las piernas, asi que dime lo que estabas diciendo sobre que Kylie no es la madre de mi nieto — Yevhen sonrió al notar la mirada feliz en los ojos de su padre al decir esa palabra, quizás fuera un mal padre, pero sería un buen abuelo o no, Yevhen no lo sabía, pero con tal de que Oliver estuviera sano y salvo todo estaría bien —, sino vas decir nada producente vete, pero si sigues insultando a mi hijo te juro que te echaré a la calle donde perteneces, zorra asquerosa.
Al instante Aragne pareció calmarse, dejo su tono altanero y empezó a hablar con palabras moderadas y apropiadas.
—Yo…esta madrugada, después de la fiesta fui a ver a mi hijo, ambos concordamos en que la reacción de Kylie ante la prueba de paternidad era ilógica, parecía destrozada, triste, frustrada y…— Aragne miro de reojo a Yevhen, como si meditara sus palabras —, era como si no pudiera creerlo, ¿Qué clase de madre reacciona asi ante una prueba de paternidad? ¿Una de su hijo?
—La clase de madre que está feliz de demostrarle a su prometido que su hijo es, efectivamente de ambos — dijo Kylie entrando en la habitación, luciendo imponente, hermosa, con su curvilíneo cuerpo siendo cubierto por un vestido dorado — ¿Qué está pasando aquí? — Yevhen podría acostumbrarse a esa nueva actitud desafiante y empoderada de Kylie, le gustaba más que la Kylie sumisa.