Ojos de Sapo

CAP 24: Un heredero bastardo.

Aragne observo a su hijo, que dormía plácidamente en la cama, ya había recobrado la conciencia y el doctor lo había revisado, dijo que, por fortuna el golpe no afecto nada interno, solo dejaría una fea cicatriz en la frente, pero solo eso, era una herida superficial. Aragne observo todo de su hijo: desde sus parpados cerrados, su cabello oscuro que contrastaban con la rubia melena de la mayoría de los Shevchenko, su piel bronceada, su boca que se abría mientras respiraba; sus ojos subieron inspeccionando el rostro de su hijo, preguntándose ¿Cómo pudo dar a luz a un hijo tan hermoso? Pero su alegría y paz desapareció al ver la frente vendada del chico y recordar la forma tan cruel en la que fue humillada, y en ese momento se dio cuenta de que solo ella podría proteger a Anwar de Yevhen, Kylie estaba demasiado enamorada, tanto que no podía ni razonar por ello, el patriarca Shevchenko no era una opción. Si quería mantener a Anwar vivo, sano y con dinero en el banco tendría que hacerlo por su cuenta, nada ni nadie los protegería, eso lo había comprobado ya. En la misma Aragne recaía el poder de un futuro próspero para su hijo, fue asi como se le ocurrió una idea, una la cual no podía fallar.

Yevhen y Anwar no solo eran físicamente muy diferentes, sino que también mentalmente lo eran: mientras que Yevhen era más racional, Anwar era más pasional; por ende Yevhen era más cruel, mientras que Anwar no; Kylie era una completa insensata al preferir como compañero de vida a alguien tan despiadado y sádico como Yevhen.

Si Shevchenko no iba a convertir a Anwar en su heredero y seguiría favoreciendo a Yevhen sin importar lo que hiciera o cuan imprudente fueran sus acciones…ella misma tendría que volverlo el heredero todo, aunque no pudiera dañar físicamente a Yevhen podría alterar las cosas, de todas maneras Shevchenko tenía la errónea idea de que Aragne siempre haría lo que le pedía, sin tener en cuenta sus propios deseos y ese era un grave error, porque Aragne estaba dispuesta a todo con tal de proteger a su hijo y volverlo el heredero de todo, solo haría falta unas cuantas llamadas y todo estaría solucionado.

 

Yevhen suspiro aburrido mirando al cielo, esperando a que Kylie lo liberara de esas horribles sesiones de preparación para la boda. Ya estaba todo listo, solo hacía falta la revisión del vestido: se casarían en una de las mansiones de la familia, específicamente la mansión Shevchenko principal; tenía un enorme jardín en donde se podría hacer la ceremonia, era tan grande que allí mismo podrían hacer el banquete; Yevhen pasó una semana entera convenciendo a Kylie de hacer la boda en la mansión, ella tenía la absurda idea de hacerlo en un castillo de vieja Escocia y parecía que nadie podría sacarle la idea de la cabeza, después de decirle lo “mucho que significaría” para él casarse en el lugar que creció, Kylie no tuvo más remedio que aceptar.

Yevhen observo el techo blanco pensando el rápido que pasa el tiempo y como las cosas pueden cambiar en cuestión de meses o días, pensó que hacia menos de cuatro meses Micah llego a su vida y lo puso todo de cabeza, con Oliver dándole ánimos desde la banca, era gracioso e inspirador ver lo mucho que Yevhen había cambiado mentalmente: paso de ser un egocéntrico violento hombre a un menos egocéntrico y menos violento hombre…viéndolo asi el cambio no era mucho, pero estaba pensando en ir a terapia para controlar sus ataques de ira, no quería volver a hacerle daño a Micah o a Kylie, mucho menos asustar a Oliver, debía cambiar, ser mejor, no por él ni Kylie, ni siquiera por Micah, sino por Oliver y sus futuros hermanos. Desde siempre la mayor pesadilla de Yevhen fue perderlo todo, toda su fortuna y propiedades, pero ahora…su mayor temor era repetir los graves errores de sus padres, provocando asi que sus hijos fueran una réplica de él.

Ellos no lo merecían, eran inocentes.

Oliver era inocente.

Yevhen giro su cabeza notando a Kylie hablando con el mismo chico de cabello verde que trabajaba con Micah la otra vez, parecían estar preparando el lugar en donde irían las mesas y las decoraciones, pero eso no fue lo que capto su atención, sino los movimientos de Kylie con el chico: acariciaba sus manos, cada cierto tiempo aprovechaba para abrazarlo por la cintura; Yevhen observo como Kylie olfateaba disimuladamente el cabello verde del chico; Yevhen tuvo que contener la risa al darse cuenta de que, al parecer, Kylie estaba interesada en dicho chico; ya había pensado en algo similar, como un “romance secreto y prohibido” entre Kylie y alguien más, pensó que Kylie seria lesbiana, pero no que se enamorara de otro hombre, aunque también pensó que, llegado el momento, se sentiría celoso, pero no fue asi, al contrario, se sentía feliz por ella; “Ojala que se enamore de verdad” pensó Yevhen “Asi solo tendré que divorciarme y no matarla, estaremos en buenos términos y cada uno ira por su lado” Lo cierto es que Yevhen no quería matarla, al menos no por el momento, sentía que Kylie era alguien distinta, ver esa nueva faceta de ella le encanto, le encanto darse cuenta que Kylie era más que una cabeza hueca llena de silicona como el tanto había pensado.

Yevhen sintió que alguien le cubría los ojos con las manos, pero pronto se dio cuenta de que era unas manos demasiado pequeñas que apenas si cubrían sus ojos.

— ¡Adivina quién soy! — Yevhen sonrió al escuchar la voz de Micah, pero a juzgar por las risas y por el olor a papilla de manzana las manos eran de Oliver.

—Um…no lo sé, quizás…— Yevhen alzo sus manos hacia atrás y sujeto a Oliver de la cintura y lo giro hasta dejarlo sentado en sus piernas — ¡Un príncipe precioso! — grito Yevhen haciéndole cosquillas a Oliver y llenándolo de besos.

Micah sonrió y le dio un beso en la mejilla a Yevhen antes de sentarse a su lado, Yevhen la abrazo y ambos sonrieron como dos tontos enamorados.

—Confió en ti, tu eres el artista — dijo Kylie despidiéndose del chico de cabello verde, Kylie sonrió al ver a Micah y a Oliver — ¡Micah! — Kylie abrió sus brazos y apretó a Micah en un fuerte abrazo, Yevhen no podía dejar de sentirse afortunado, se sentía afortunado que su amante y su prometida se llevaran también, ¿Cuántos hombres podrían presumir de ello? Sin duda era afortunado. Kylie se separó de Micah y al instante extendió sus brazos para que Oliver saltara a ellos — ¿Dónde está el príncipe de la tía Kylie?




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