Ojos del Corazón

Capítulo 6

 “Primer Amor”

24 DICIEMBRE 2005

ONCE AÑOS ATRÁS

Escuchaba los villancicos en toda la casa mientras  Sofí, la hermana de casi dos años de Camila reía en brazos de Sinu mientras veía las luces del árbol de navidad cambiar  y a mis abuelos bailar junto al árbol. Mi mamá estaba con mi nueva hermanita Taylor de un año sentada en el sofá hablando con la mamá de Camila, y mi hermano Christopher estaba jugando con el nuevo video juego junto a mi padre.

Definitivamente aquello era una verdadera fiesta. Escuché a Bubby ladrar y me giré viendo a Camila llegar de nuevo a mi sala de estar. Había ido al baño y aunque había querido acompañarla ella me había dicho que podía sola. Una sonrisa enorme adornó mi rostro mientras me levantaba a su encuentro. Sabía que cuando había música y sonidos fuertes le era difícil ubicarse porque perdía un poco su sentido del oído, entre tanto ruido. Corrí a su encuentro y cuando la tomé de la mano ella me sonrió acariciándome la mano con su pulgar. La sensación fue increíble y mi corazón empezó a latir alocado dentro de mi pecho. Me acerqué a Camila un momento y le susurré al oído.

—¿Quieres ir al jardín un momento? —cerré los ojos sintiendo su olor pero rápidamente me aparté asustada por esas nuevas sensaciones que no entendía.

—Me gustaría—me respondió ella asintiendo y yo la tomé de la mano haciendo algunas señas a mi madre, que nos observaba que estaríamos en el jardín. Ella asintió y yo ayudé  a Camila hasta llegar a la puerta de atrás.

Unos minutos después la ayudé a sentarse en uno de los escalones y Bubby obedientemente se recostó a su lado. La observé un momento a la luz de la luna y de las luces que brillaban como adornos navideños en mi jardín. Era una hermosa vista sin duda. Ese día Camila estaba preciosa, su falda roja y su camisa blanca con un lazo rojo amarrado en su cuello y un gorro de navidad. Yo había optado por un pantalón negro y una camisa blanca con una bufanda roja y una chaqueta y no había olvidado el gorro de navidad que Camila me había regalado nuestra primera navidad juntas donde se leía L+C = 4E, que era idéntico al que ella usaba.

—¿Me describes la noche? —me dijo Camila observando hacia el frente pero yo estaba viéndola a ella.

—Es hermosa…—dije sin prestar atención a nada que no fuera ella.

—Sin duda lo es—Camila sonrió—¿Puedes ver alguna estrella? —yo simplemente salí de mi ensoñación y dirigí mi mirada al cielo que cubría Miami.

—El cielo está muy limpio y plagado de estrellas—empecé a narrar y la escuché suspirar.

—¿Cómo son las estrella? —me preguntó y yo tomé su mano entre las mías viéndola con cariño.

—Son pequeños puntitos como los de la escritura Braille. Esos puntitos se encuentran en el cielo y brillan mucho. Pero nada brilla más que la luna. Es un gran circulo dibujado en el cielo—tomé la mano de Camila y le dibuje sobre la palma un circulo haciendo reír.

—Redondo—sonrió Camila y yo la observé fijamente y con mi mano libre le acomodo el gorro haciéndola reír.

—Hay muchas luces de diferentes colores que mi mamá ha colgado sobre el jardín y hacen que el verde de las plantas se vea tornasol.

—Debe ser muy hermoso—yo respiré hondo pensando en que definitivamente si era hermoso. Camila una de las chicas más hermosa que hubiera visto en mi vida.

Las dos habíamos cambiado mucho. Habíamos crecido y hace unos días cuando mi periodo había llegado, lo cual me había asustado mucho, había recordado las conversaciones con mi mamá acerca de ese día y como mi cuerpo poco a poco iría cambiando hasta convertirme en una mujer. Camila aún no había pasado por eso, porque de ser así, me hubiera dicho cuando yo se lo dije hace unos días.

 Yo había notado ya algunos cambios en mi cuerpo. Mi cabello, era más largo y Normani decía que era precioso, sentía mi vientre más fuerte debido a los entrenamientos y tenía algunos cuadritos marcados por las horas de ejercicio. Mis caderas eran diferentes, y mis senos habían crecido un poco. Normani me decía que era una de las chicas más lindas de la escuela. Que mis ojos eran preciosos y que pronto habría miles de chicos invitándome a salir.

Pero así como había cambios en mí, Camila también había cambiado mucho. Había pequeños cambios en ella. Su cabello más largo y ondulado cayéndole sobre su espalda. Sus pestañas más largas y sus labios eran diferentes. Su cuerpo también había cambiado mucho. Deslicé mis ojos por su cuerpo y luego vi sus piernas descubiertas por su falda.



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En el texto hay: camren, lgbt, amor

Editado: 17.08.2018

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