Ojos del Corazón

Capítulo 9

 “Amor Secreto”

28 DE JUNIO DE 2009

SIETE AÑOS ATRÁS

Si pudiera elegir un día más perfecto en todos los dieciséis años que he vivido sería justamente ese. El día veintiocho de junio, un día después de mi cumpleaños número dieciséis.

Ese día había despertado abrazada a Camila que se había quedado en mi casa para “acompañar” a la cumpleañera. Aunque en realidad, lo que habíamos hecho había sido besarnos durante horas. Era como si ya ahora siendo conocedoras de ese enorme placer que suponía estar juntas, no pudiéramos parar.  Ahora había despertado con ella entre mis brazos y eso había sido sublime para mí. El saber que de cierta forma ella correspondía mis sentimientos. El saber que me había amado en silencio por tanto tiempo al igual que yo a ella. Había sido tan cobarde de no querer admitir lo que sentía, de salir a citas con chicas solo por querer superarla aunque siempre me había sido imposible.

Nunca había podido llegar a algo más con alguna chica porque simplemente estaba profundamente enamorada de Camila. Terminaban siendo simplemente amigas, conocidas y hasta terminaban diciéndome que yo jugaba con ellas. Sinceramente, no me importaba mucho. Los recuerdos de esos tres años habían pasado como una película mientras la veía dormir a mi lado y yo me quedaba observándola. Cuidando su dulce sueño, sintiéndola cerca de mí como siempre había querido. Muchas noches me había quedado observando a Camila dormir esos años anteriores, porque era simplemente la imagen más hermosa de todas.

La había visto dormir mientras yo lloraba a su lado rezando para que algún día en lugar de dormir separadas en una misma cama estuviéramos juntas, como ese día tan hermoso. El día que por primera vez en mi vida me daba cuenta de lo profundamente enamorada que estaba.

—¿Lauren? —escuché la voz dulce de Camila que tenía recostado su rostro en mi hombro mientras ambas permanecíamos afuera en el jardín sintiendo los rayos del sol de Miami tocar nuestra piel mientras nuestros pies permanecían dentro de la piscina. Ambas con traje de baño y totalmente perdidas en la sensación de estar juntas.

—Dime…—le susurré suavemente mientras mis ojos se dirigían a la puerta que conectaba el jardín con la casa pensando en que alguno de mis hermanos podría salir y arruinar el momento.

No creía que sospecharan que algo pasaba entre Camila y yo porque siempre éramos muy cariñosas la una con la otra. Me preocupaba un poco porque aún no les había dicho a mis padres sobre mis preferencias sexuales porque tenía mucho miedo de su reacción, sobre todo la de mi madre, y sobre todo porque aparte de decirles que me gustaban las chicas, tendría que decirles que estaba enamorada de mi mejor amiga.

La noche anterior después de la fiesta habíamos hablado que lo mejor era mantener nuestro amor en secreto algún tiempo, mientras yo finalmente tomaba el valor de hablarlo con mis padres y ella con los Cabello. Por el momento solo íbamos a disfrutar del hecho que esos abrazos y muestras de cariño tenían un significado diferente.

—¿Vas a decirme desde cuándo? —Yo sonreí besándole la cabeza dulcemente mientras veía el leve movimiento del agua de mi piscina y suspiraba acariciándole los dedos de la mano que estaba entrelazada con la mía.

—Desde que salí con Shane Harper—suspiré y sentí que Camila se separaba un poco de mí.

—Pero eso fue hace tres años, Lolo—yo respiré hondo—. ¿Por qué jamás me lo dijiste?

—Sabes porque…—le tomé la mano dulcemente viendo como el sol había brillar sus gafas de sol con un leve reflejo—. Tenía mucho miedo de que te alejaras de mí y me rechazaras. Te dije anoche que tenía miedo de que no me quisieras más en tu vida. Era suficiente que supieras que era gay para que también aceptaras que estaba enamorada de ti. Las chicas heterosexuales no lo toman bien.

—Yo no puedo definirme de esa forma Lauren—suspiró Camila—. Simplemente soy Camila Cabello. Una chica que se enfoca en el interior de las personas porque es completamente ignorante de su exterior. No sé si en realidad me gustan las mujeres o los hombres. Simplemente me gustas tú.

Camila susurró eso último y yo me incliné sobre ella donde un dulce beso en la mejilla mientras cerraba mis ojos. Por primera vez me sentía lista para mostrar mis sentimientos. Me había consumido por tres años en la desesperación de estar enamorada de mi mejor amiga, que aparte de eso era ciega, aunque eso para mí era insignificante y no podría importarme menos. Para mí era una persona completamente normal pero sabía que el resto del mundo no lo veía de esa forma.

Sabía que no sería fácil, que tendríamos muchas pruebas en nuestra contra. Que sería difícil llevar una vida “normal” cuando éramos dos chicas, y una era ciega. El mundo está acostumbrado a juzgar a lo que era diferente. Por ser gay siempre se sufría.



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En el texto hay: camren, lgbt, amor

Editado: 17.08.2018

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