Ojos del Corazón

Capítulo 11

 “Reconciliación”

You give me life
Like lots of oxygen
You treat me like
I was in love again
And I hold you tight
Tight enough to know
That you are mine
I'd never let you go

OCTUBRE DE 2002

CATORCE AÑOS ATRÁS

—Cuarenta y ocho, cuarenta y nueva y cincuenta—dije finalmente abriendo mis ojos y separándome del árbol en el que había estado apoyada, mientras veía el jardín de Camila buscando la dirección en la que se había ido junto con Bubby.

Camila era muy mala para jugar a las escondidas porque siempre podía encontrarla. En realidad no era muy mala, era porque yo era genial encontrándola. Una sonrisa iluminó mi rostro cuando vi una pequeña cola moverse atrás de un árbol. Me corregí inmediatamente, Bubby era muy malo para jugar a las escondidas. Quizás deberíamos entrenarlo más aunque ya estaba grande, tenía ya tres años.

—¡Camila! —dije a modo de juego corriendo un poco para que ella no me ubicara muy cerca de ella—¡Qué difícil es encontrarte! —mentí porque no quería que supiera que ya la había encontrado. Observé la cola de Bubby atentamente y pude escuchar la voz de mi amiga.

—No lo eches a perder esta vez Bubby—susurraba Camila mientras yo lentamente me acercaba. Le hice a Bubby la señal de silencio y él obedeció mientras me movía muy despacio atrás de Camila.

Vi a mi amiga girarse cuando mis zapatos hicieron un pequeño ruido y finalmente grité.

—¡Te atrapé! —le dije fuertemente mientras la tomaba de los brazos y Camila gritaba asustada. Una sonrisa enorme llenó mi rostro cuando ambas tropezamos y caímos al suelo muriendo de la risa mientras Bubby ladraba feliz y corría a nuestro alrededor.

—¡No! —me dijo mi amiga haciendo un berrinche aun en el suelo y yo me acerqué a ella arreglándole el cabello para verle el rostro—. Pensé que está vez iba a derrotarte.

—Bubby volvió a hacer de las suyas—Camila suspiró y yo reí cuando Bubby me atacó para darme lametazos en el rostro—. Eres muy malo Bubby, haces que Camila pierda.

—Debemos entrenarlo—dijo Camila

—Si debemos—dije tomando su mano para ayudarla a levantarse. La vi sucia por la grama y con una sonrisa la ayude a limpiarse bien mientras me ajustaba mi beanie color azul.

—Quizás necesitemos muchos años para entrenarlo—dije sin soltar la mano de Camila.

—No importa porque siempre estaremos juntas—Camila me sonrió y yo no pude evitar sonreír de vuelta.

—Claro que estaremos siempre juntas—dije acercándome a ella y dándole un pequeño beso en la mejilla—. Eres mi mejor amiga y siempre seremos solo tú y yo, es nuestra promesa.

—Tú y yo para siempre—afirmó Camila y yo reí al ver a Bubby dar vueltas a nuestro alrededor.

—Ahora es turno de Bubby de buscarnos—dije tomándola fuertemente de la mano mientras ambos empezábamos a correr y Bubby nos seguía. Las dos riendo como las mejores amigas, como todas las tardes que finalmente contábamos las horas del colegio llegar a su fin para estar juntas.

Juntas como estaríamos para siempre, porque era nuestra promesa.

TIEMPO ACTUAL:

La habitación estaba en penumbras y mis ojos solo podían guiarse por la luz de la luna que entraba por la ventana de nuestra habitación. Estaba sentada sobre la cama apoyada en el respaldo mientras mi esposa estaba entre mis brazos, ambas desnudas después de haber hecho el amor mientras cerraba mis ojos ante la ola de profundo amor que llenaba mi cuerpo cuando estaba con ella.

—No sabes lo hermosa que te ves con el reflejo de la luz de la luna sobre tu cuerpo—le dije al oído haciéndola estremecer. Su cuerpo desnudo contra el mío era más de lo que creía posible poder tener. Su cabeza recostada en mi hombro mientras mis labios besaban cada espacio de su rostro que quedaba a mi alcance. Sus caricias eran suaves en mis piernas y en mis manos que estaban entrelazadas con las de ella a la altura de su cintura.

Muchas noches nos quedábamos así. Hablando de nuestro futuro con solo la luna de testiga después de nuestra entrega. Las noches con Camila eran apasionadas y maravillosas.

—No creo que exista algo más hermoso que tú—me dijo ella con su voz ronca mientras movía su rostro para encontrar mis labios. Nuestros labios se encontraron suaves y perezosos después de tres horas haciendo el amor, desde que nuestras amigas se despidieran de nosotras.

Sentí la lengua de Camila pedirme acceso y se lo concedí mientras mis manos acariciaban su cintura y nuestros cuerpos se rozaban deseosos de más. Desde que Camila y yo habíamos tenido nuestra primera vez la pasión entre nosotras no había disminuido. Nos buscábamos desesperadamente, nos adorábamos. Para mí no existía nada más sublime que hacerla mía y escucharla gemir mi nombre mientras le hacia el amor. Esa mujer era mía, completamente mía.



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En el texto hay: camren, lgbt, amor

Editado: 17.08.2018

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