“Nueva Vida”
NOVIEMBRE DE 2000
DIECISEIS AÑOS ATRÁS
—¡Camz se están convirtiendo en humanos!—mi gritó fue grande al ver que en la película los ratones se estaban convirtiendo en humanos y eso era emocionante, y la enorme calabaza en un carruaje y un perro en humano. ¿Bubby podría hacerse humano alguna vez?
—Salacadula Chalchicomula—empezó Camila cantando.
—Bibidi babidi bu—seguí la canción.
—Siete palabras de magia que son: bibidi babidi bu—gritamos las dos cantando mientras reíamos en el sofá.
Camila y yo nos pusimos de pie y empezamos a girar tomadas de las manos mientras repetíamos esa parte de la canción y Bubby empezaba a ladrar a nuestro lado. Ver películas con Camila siempre era muy divertido porque ella tenía una memoria muy buena y aprendía rápido todas las canciones. A mí me gustaba cantar con ella porque podíamos reírnos y ser felices a pesar de que ella no podía ver yo ponía pausa a la película para narrarle los escenarios y ella se divertía mucho imaginándolo. Incluso habíamos ideado algo para que ella entendiera las formas. Yo tomaba su mano y en su palma dibujaba los círculos, cuadrados, y todo para que ella entendiera mejor. Todos los Viernes y Sábados eran nuestros días de película y turnábamos las casas. Ese día íbamos a tener una barbacoa en mi casa.
El papá de Camila y el mío estaban afuera cocinando y tomando algo en unas botellas marrones que mi papá decía eran jugo para adultos, y mi mamá y la mamá de Camila estaban riendo en la cocina sobre algo. Christopher había decidido no ver películas de “niña” y estaba con mi papá en el jardín jugando football. Era nuestro fin de semana familiar, así lo llamaba mi mamá.
—¿Crees que Bubby pueda convertirse en humano como Bruno? —preguntó Camila y yo la observé pensando muy seriamente—. Incluso los dos nombres empiezan con la letra “b”.
—Deben ser parientes—dije sorprendida por el descubrimiento de Camila y vi a Bubby sentado a nuestro lado observándonos mientras movía la cola—¿Crees que sería un buen humano?
—Lo estamos entrenando para que sea obediente—me dijo mi mejor amiga en todo el mundo y yo puse los ojos en blanco.
—Ser desobediente es más divertido—dije riendo y Camila negó sentándose en el sofá y buscando su osito Bubby, que se llamaba igual que el cachorro. Quizás Camila tendría una obsesión con el nombre de Bubby.
Aunque yo elegí el nombre de Bubby para nuestro compañero de aventuras ¿Se llamaría Bubby siendo humano? Jamás he escuchado a un niño llamarse Bubby pero quizás todo era posible.
Camila seguramente se casaría con alguien llamado Bubby y tendría muchos hijos llamados Bubby, y otro perro llamado Bubby.
¿Por qué estaba pensando tanto en Bubby?
—¡Lauren! —escuché que ella me decía sonriendo—. Sigamos viendo la película tienes que decirme cómo será el baile.
—¿El baile? —pregunté con el ceño fruncido.
—El del príncipe con Cenicienta—me respondió ella.
— ¿Tú quieres ir a un baile alguna vez? —le pregunté—. Con un príncipe y esas cosas.
—Si…—me dijo Camila abrazando su oso—. ¿Tú no quieres?
—No, porque tendría que bailar con un niño y huelen muy mal—dije con una mueca de asco sentándome al lado de Camila y apoyando mi cabeza en el respaldo del sofá como ella.
—Quizás podríamos ir juntas—yo me giré para verla.
Ir al baile con Camila no sería malo. Así podríamos reírnos de todos los niños porque olían mal y yo bailaría con ella.
—Y podrías ser la hada madrina con tu bastón mágico—le respondí pensando cómo podría ir a un baile con Camila—. Yo para ir quiero una beanie azul nuevo y podríamos viajar a un país lejano si tan solo me enseñaras a usar tu bastón mágico.
—Pero es que no sé simplemente me dice como ir a los lugares—me respondió ella y yo la vi con los ojos entrecerrados, Camila no quería decirme su secreto. Quizás necesitara una nube negra también. Iba a vendarme la próxima vez que lo usáramos—. Pero para el baile deberás ponerte un vestido así—dijo ella tocándose su vestido rosa y yo me cruce de brazos.
—Yo no quiero ponerme un vestido—mi voz fue molesta—. Además si no vamos a bailar con un niño, no debemos usar vestidos. Podemos usar lo que queramos porque será nuestro baile.
—¿Nuestro baile? —dijo Camila sorprendida.
—Podemos hacer nuestro propio baile en mi habitación después de cenar—yo aplaudí feliz por mi idea genial—. Vamos a poner música y vamos a invitar solo a Bubby para que nos cuide. Llevaremos galletas con chocolate y podré usar mi beanie y tú podrás usar el vestido rosa que quieres. Y bailaras conmigo.