“NUESTRA HISTORIA”
“Todo lo que hemos amado profundamente se vuelve parte de nosotros mismos”.
Hellen Keller
OCTUBRE DE 2007
Entrelacé mi mano con la de Camila mientras veía el cielo coloreado por el atardecer en una playa de Miami. Las dos estábamos recostadas en la playa bajo una enorme palmera después de haber hecho un picnic. Estaba en paz y feliz de finalmente tener un poco de tiempo para pasar con la dueña de mi corazón. La mujer que yo tanto adoraba en silencio.
—¿En qué piensas? —me preguntó Camila dulcemente y yo me giré un poco para verla tan tierna y perfecta.
—En nada en realidad—suspiré—. ¿Por qué lo preguntas? —le dije acariciando su mano con mi pulgar mientras el sol se iba ocultando poco a poco formando una capa preciosa de los colores del atardecer.
—Bueno…—dijo Camila suavemente y yo la observé—. Últimamente cuando estás conmigo te siento tan lejana. Como si hubiera algo que me estuvieras ocultando o que no me quisieras decir. No sé si son cosas mías pero a pesar de no verte te conozco mucho y…me duele pensar que puede haber algo que no me quieras decir.
—Tú sabes todo de mí—le dije con un poco de tristeza—. Eres la persona que mejor me conoce en todo el mundo. Y quizás si he estado un poco distante, pero no tiene nada que ver contigo. Es por…cosas.
—¿Cosas? —me preguntó Camila suavemente—. ¿Tendrá que ver con alguna chica especial?
—¿Una chica especial? —dije suavemente y sonreí con nostalgia a mis catorce años no había ninguna chica especial que no fuera ella—. No tiene nada que ver con eso.
—¿Estas segura? —suspiró Camila girándose para que pudiera ver sus lindos ojos. Ella empezó a jugar con la sábana donde estábamos recostadas y supe que quería decirme algo.
—¿Qué quieres decirme en realidad? —le pregunté directamente.
—Normani me dijo que estas saliendo con algunas chicas del colegio—dijo Camila suavemente y yo cerré los ojos. Normani y su necesidad de meterse en las cosas que no le importaban era increíble.
—¿Algunas chicas del colegio? —dije riendo un poco—. En realidad no estoy saliendo con nadie, Camz. Normani inventa cosas porque ahora que algunas personas saben que me gustan las chicas y las he conocido en fiestas cree que salgo con todas ellas.
—¿Y no es cierto? —me dijo Camila con su voz un poco diferente. Siempre que hablaba conmigo sobre alguna chica su voz cambiaba mucho como si le incomodara el tema y eso me aterraba un poco.
—No lo es del todo porque no ando con millones de chicas al mismo tiempo. Sabes que no soy así—dije suspirando—. Hace una semana salí con una chica que me pareció agradable cuando la conocí en una fiesta hace unos días. Me invitó a comer un helado después de la escuela y yo le dije que sí.
—¿Hace una semana? —la voz de Camila salió triste y yo suspiré—¿Fue el día en que te invité a ver una película conmigo y me dijiste que no podías?
—Si—dije tristemente y sintiéndome muy mal de ver a Camila triste. Era una estúpida y lo sabía.
—Pensé que ya habíamos tenido esta conversación muchos meses atrás. Yo te dije que podrías decirme de tus citas y yo iba a entender que cancelaras cosas conmigo. Yo entiendo que cuando tengas una pareja las cosas serán diferentes entre nosotras.
—Yo jamás voy a tener una pareja—le dije sentándome sobre la sábana y abrazando mis piernas—. No debes de preocuparte porque las cosas entre nosotras cambien porque eso no va a pasar jamás.
Sentí como Camila se incorporaba y cerré mis ojos al sentir que se sentaba cerca de mí y traté de alejarme un poco. Sabía que estaba siendo una estúpida en algunas cosas pero tenía miedo que Camila notara de alguna forma mis sentimientos. Tenía que contenerme para no besarla o abrazarla. Y su cercanía me preocupaba a medida que íbamos creciendo. Llevaba un año guardando mis sentimientos. Un año sin poderle decir que la amaba y cada momento se hacía más difícil, pero jamás podría dejarla.
—¿Por qué dices eso? —me preguntó con voz suave poniendo su suave mano sobre mi rodilla. Mis ojos observaron esa mano preciosa y no pude evitar tomarla entre la mía y luego colocar mi frente sobre nuestras manos unidas.
—Porque nadie jamás podrá darme lo que yo quiero—dije con dolor.
—¿Y qué es lo que quieres? —me preguntó ella y yo vi el mar y su inmensidad pensando en cómo podría decirle que en realidad la quería a ella.
—Quiero una persona que pueda quererme por lo que soy por dentro y no por cómo me veo superficialmente. Sé que algunas mujeres me consideran atractiva, pero la vida es mucho más que una cara bonita. Quiero a una persona que pueda ver lo que nadie más puede en mí. Incluso sonará tonto pero puedo ser muy romántica cuando quiero. Incluso me gustaría que me regalaran flores y todo eso.