Ojos del Corazón

Epílogo

TIEMPO ACTUAL

CUATRO AÑOS DESPUÉS

MES DE DICIEMBRE

El Cuento de la Princesa y la Guerrera.

Hace mucho tiempo en un palacio muy lejano vivía una princesa de ojos marrones y cabello negro que se llamaba Cami. Era una princesa hermosa que era buena con todo el mundo y su sonrisa iluminaba el cielo de esplendor. Un día una bruja malvada llegó a su castillo y celosa de su belleza la puso un hechizo dejando a la princesa y su reino sumido en la más grande oscuridad que se hubiera visto jamás. La princesa no sabía qué hacer, y lloraba todas las noches sintiéndose triste por lo que sucedía viendo su ventana sin poder contemplar la luna y el sol que brillaban en su reino siempre juntos.

Un día una guerrera con un enorme corcel blanco cabalgaba cerca del castillo de la princesa. Sus ojos verdes observaban el bosque pensando en alguna forma de devolver la luz al reino de la Princesa Cami, la princesa que era la más bonita de todo el mundo. Iba muy distraída pero un llanto detuvo de corcel mientras ella veía hacia una de las más altas torres del castillo. Había mucha oscuridad pero en una ventana de la torre se veía un vestido blanco que se movía con el viento. La guerrera Laur vio a la hermosa princesa llorar sentada al pie de su ventana y se sintió muy triste al ver a tan hermosa mujer derramar lágrimas.

—¡Princesa! —la llamó la guerrera captando la atención de la princesa que debido a la oscuridad no pudo distinguirla entre los árboles.

—¿Quién eres tú? —preguntó la princesa desde su ventana con voz melodiosa que hizo a la guerrera sonreír.

—Soy una guerrera de su reino y quiero decirle que no debe llorar. Las princesas jamás deben sentirse triste porque tiene un hermoso reino que la quiere.

—Pero una bruja mala vino a dejar mi castillo y a mi reino en la oscuridad. El sol y la luna ya no brillan como antes. No tenemos luz y no sé qué hacer.

—No debe preocuparse mi hermosa princesa—dijo la guerrera fuertemente—. Yo y mi noble corcel devolveremos la luz a su castillo y a su reino.

—¿Pero cómo podrás hacerlo? —me preguntó ella—. Es muy peligroso.

—Iré donde la bruja que ha hechizado su reino y lucharé con ella para que devuelva la luna y el sol para usted.

—Pero no podrás luchar contra ella—susurró la princesa preocupada.

—Tengo una espada con que luchar y sé que puedo vencerla porque la oscuridad jamás podrá reinar sobre el bien.

—Debes tener mucho cuidado mi hermosa guerrera de corazón noble—dijo la princesa haciendo que la guerrera alzara su mirada para tratar de ser vista.

—Prometo que lucharé contra todo por recuperar su sonrisa y borrar sus lágrimas, mi bella princesa.

—Confió en ti noble guerrera—dijo la princesa tomando uno de sus pañuelos blancos y haciendo que cayera justamente hacia la guerrera que esperaba abajo viéndola con una sonrisa aunque no pudiera distinguir su rostro—. Ese es el pañuelo con uno de mis besos para desearte suerte en tu viaje.

La guerrera observó la blanca prenda apretándola fuertemente en su mano y confiando en que lograría vencer a la bruja.

—Lucharé con fuerza y valentía después de este maravilloso regalo mi dulce princesa—dijo la guerrera con suavidad.

—Si regresas la luz a mi reino te recompensaré con lo que más desees en el mundo—dijo la princesa dulcemente—. Te recompensaré con cualquier cosa que puedas imaginarte.

—¿Me lo promete? —preguntó la guerrera llevándose la prenda a los labios para darle un suave beso.

—Lo prometo—aseguró la princesa y la guerrera sonrió.

—Si puedo pedir cualquier cosa solo hay algo que desee—empezó a decir la guerrera—. Cuando la luna y el sol vuelvan a brillar en el cielo quiero poder subir a su torre y en esa ventana donde puedo contemplarla cada día quiero que me dé un beso.

—¿Un beso? —preguntó la princesa y la guerra bajó la mirada sin saber cómo decir lo que en realidad quería.

—Un beso de amor verdadero—dijo la guerrera a la princesa que finalmente podía contemplarla entre la oscuridad.

—Si luchas valientemente y tienes una victoria te esperaré aquí para darte ese beso de amor verdadero.

—Volveré mi hermosa princesa—dijo la guerrera y finalmente en su nombre corcel y agitando el pañuelo al viento se alejó del castillo mientras la princesa veía la blanca prenda perderse en la inmensidad del bosque.

—Buena suerte mi hermosa guerrera—dijo al viento deseando que esa hermosa guerrera de dulce voz devolviera la luz a su reino y recibiera su beso de amor verdadero.

***

—¿Mamá? —dijo una voz suave mientras me observaba fijamente—¿Qué es un beso de amor verdadero?



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En el texto hay: camren, lgbt, amor

Editado: 17.08.2018

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