Ojos que no ven, amor que se siente

Epílogo

3 años después.

Sonreí al ver el panorama que se deslumbraba alrededor del camino en que Leopold y yo viajamos, después de terminar mi turno en la radio, él propuso que saliéramos a despejar la mente y liberar aquel estrés que conseguimos durante el trabajo, últimamente ambos hemos pasado un poco ocupados, yo con ser locutora por las mañanas y presentadora de noticias por las noches mientras que Leopold se mantiene invadido y entretenido con varios proyectos que muchas compañías han empezado a ofrecerle para darles planos sobre edificios, casas, parques, entre otros, que se deben construir en los siguientes meses.

Me siento halagada de decir, que los últimos días, meses y años, he disfrutado de las oportunidades que la vida me ha dado, como también, todos los buenos y grandes momentos que he disfrutado con Leopold; sinceramente no tengo idea de cómo nuestra relación ha funcionado y perdurado como pareja, lo digo porque siempre existe un punto de diferencia, pero eso no quiere decir que las soluciones no lleguen o las reconciliaciones se queden cortas con palabras, flores y unas cuantas caricias; en realidad, entre Leopold y yo existen muchas otras cosas más, como por ejemplo, Snoopy, el perro que se ha convertido como nuestro hijo, es quien interviene en esas peleas extrañas y poco constantes.

A demás, han sucedido varios hechos en los últimos tres años, como por ejemplo los padres de Leopold se han vuelto muy cercanos a los míos, tanto que cada fin de semana van a cualquier lugar, no importa si es solo para tomar un helado y conversar, para ellos es una experiencia inolvidable; desde luego, mi mejor amigo Arath y la hermana de Leopold, Elin, pronto esperan a su primer bebé, después de todo, Arath cree que será apropiado que después que nazca su bebé, él y Elin empiecen a darle una familia más unida, es decir, que cuando nazca el primogénito, mi mejor amigo le llegará a pedir matrimonio a su novia; después de todo, ambos están muy enamorados y con el buen trabajo que tiene Arath con su clínica dental, piensa que puede darle una gran vida buena y necesaria a su novia y al bebé. Y Selene, mi amiga al final terminó por conseguir un trabajo dentro de la embajada mexicana, así que hoy por hoy, le está yendo bien donde también ha empezado a salir con un hombre de nacionalidad española llamado Erick; ya que con Antonio, pues, no le funcionaron bien las cosas así que en dos años cortaron su relación y luego llego Erick donde todo empezó con una amistad.

En total, a todos nos ha ido bien con nuestras vidas, porque así como mi hermana es una de las mejores estudiantes de primaria, también Jerker parece haber conseguido un trabajo en Suecia para quedarse un tiempo en su país, donde ahora Thomas y Aline se han hecho mejores amigos que casi son inseparables.

—Bien, hemos llegado. —Apagó el auto para estacionarse en medio de un campo lleno de árboles.

Salió del auto para yo sentir que él esperaba a que lo siguiera, pero al ver mi tardanza, abrió mi puerta, me dio su mano para que la tomara y pronto me sacará del auto hasta dar unos pasos; cubrió mis ojos unos segundos y caminamos unos metros hasta detenernos.

—Te recuerdas que hace un buen tiempo te comenté que estaba trabajando para un gran proyecto importante —susurró cerca de mi oído que casi me provoco cosquillas.

—Sí, pasabas horas trabajando en tu taller y por supuesto, llegabas tarde a casa. —Le confirmé.

—Exacto. Ahora, quiero que veas mi proyecto. —Quito sus manos de mis ojos.

Cuando abrí mis ojos, me encontré con una enorme casa, casi una mansión, lo que me dejó atónita fue ver lo moderna pero a la vez lo antigua que se ve, alrededor de la casa, se encuentra varios árboles y eso sin decir que hay un gran campo de diversas flores que han empezado a florecer. Me quedé de boca abierta que no sabía que decir, solo sé que la casa, se encuentra lejos de la ciudad y casi las demás residencias, se encuentran a cinco metros de las demás.

Fue entonces que al observarla mejor, me di cuenta de una cosa, la forma de la casa, los colores, las ventanas, la entrada… Una parte de aquella bonita mansión forma parte de los planos que Leopold elaboro de su casa soñada.

— ¿Te gusta? —me di la vuelta para verle a los ojos.

— ¡Es hermosa! —le dije asombrada por su creación.

Si Leopold llega a venderla, por supuesto que cualquier persona la llegara a comprar rápido, no solo por el lugar donde se sitúa, sino que también por las hermosas estructuras que tiene.

—No dudo que alguien pronto la comprara —le dije orgullosa de su trabajo.

—Oh mi hermosa rebelde —se burló de mí—, esta casa no está en venta. —Enarqué la ceja.

— ¿Ah, no? —Negó suavemente con su cabeza.




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