Ojos que no ven, amor que se siente

Capítulo 23: “Dios aprieta pero no ahoga”

Dejé un té de manzanilla en la mesita de noche de Selene para luego tomar lugar en una esquina de su cama en donde terminé por dejarme caer para descansar un rato después del día largo que he llegado a tener las últimas 10 horas.

—Entonces… ¿Lo besaste? —asentí mal humorada.

—No sé porque pensé que me correspondería —me cubrí los ojos con las manos.

—Hablamos de Leopold, Liv. Quien parece aún no superar su desamor con su ex y creer que por ser ciego no encontrara el amor perfecto en su vida. —Aclaró.

—Es que no hay necesidad que el amor sea perfecto… Nada es perfecto en esta vida —dije molesta.

—Pero ante nuestros ojos, si amiga —intentó consolarme al ver mi reacción.

Después que besé a Leopold y de nuevo como cobarde hui de su casa, pensé que podía olvidar con facilidad lo que sucedió con él pero ese solo fue el comienzo de mi tormento, porque el resto del día a pesar que haya querido distraerme en la fiesta de cumpleaños de la amiga de Aline, siempre recordaba en mi memoria su duro gesto en el rostro y sus resaltantes y frías palabras, y eso sin decir, que mis labios parecían arder como si me los hubiera llegado a morder o golpear.

Más que por la noche, mi sueño no consistió en uno bonito, sino que una pesadilla en la cual no tengo idea porque le revelé a Leopold sobre mis sentimientos mientras que él me encaraba que no quería tener nada que ver conmigo, que me quería lejos y que terminara de desaparecer de su vida porque ya no me necesitaba; hasta eso me atormentaba en la noche que me levanté asustada, con sudor en la frente y lágrimas en los ojos.

Mi día no terminó bien y eso sin decir, que hoy tendría que volver a estar a su lado, como amiga y no como una fulana que intento convencerlo que alguna mujer lo amaría a pesar de su discapacidad y terminaría por besarlo esperando un resultado positivo que dijera que por lo menos el beso no fue más que una sorpresa u incomodidad; pero todo se fue derechito a la basura y mi dignidad, de nuevo fue pisada.

Con Arath no puedo hablar este tipo de cosas, es como mi hermano mayor de toda la vida y sé que si se entera que Leopold fue duro conmigo por un error que no debía de haberse pagado con gritos y furia, a estas horas mi propio amigo, podría estar golpeando y maldiciendo a Leopold; porque aunque el daño no este hecho por completo, siento como algo se rompió en mi interior.

Pero no debo de justificarme y hacerme la inocente, porque yo fui la que empezó con todo y en total, todo resulto mal. Quizás por eso, no soy buena dando consejos u ayudando a las personas aunque sea con simples palabras, porque el resultado terminará siendo peor de lo que comenzó.

Así que la única que la única que podía entenderme en este asunto, sería Selene, porque además que ella sabe cómo tratar asunto con el amor, es mi mejor amiga también y puedo confiar en ella que me ayudará a resolver este problema.

—Debes tratar de ser paciente con él. Créeme que ese güero es duro de atrapar y lo digo porque muchas arpías quisieron salir con él pero siempre fue un listillo para no dejarse conquistar. —Suspiré.

—Eso sin decir que Leopold estuvo mucho tiempo con Ellen; y aunque hayan cortado su relación hace dos años no quiera decir que la olvidará pronto—Farfullé.

—Es la neta, amiga. —Me apoyo en eso.

—Y peor que lo besé, creyendo que me corresponderá porque también siente algo por mí, aunque la realidad es que pueda ser que… —me detuve para no continuar y decir ese pensamiento que ronda por mi cabeza.

— ¿Qué de qué? —dijo acojonada.

—Que aun siga enamorado de Ellen aunque le haya hecho daño —me tiró la almohada encima de la cabeza.

— ¡No mames! —Abrió su boca asombrada —Será un idiota si aún sigue pensando en tener algo con ella. —Encogí los hombros.

Y es que no lo puedo negar, porque a quien se amó demasiado en el pasado, no se olvida fácilmente de sus recuerdos. Es como decir que donde hubo fuego, cenizas quedan. Y lo digo porque, lo aprendí durante mucho tiempo cuando falleció Halsten y ahora que su amor tóxico desapareció de mi cabeza y corazón, llega uno nuevo el cual ni siquiera me es correspondido y capaz que no siente lo mismo que yo, y todo empieza a derrumbarse sin haberse construido aún.

Y sin dudas, aún en las veces que Ellen apareció en la casa de Leopold y lo invitó luego a su fiesta de cumpleaños, llegué a observar la mirada triste y dolida de Leopold cuando ella no negó que todo aquel romance solo fue por interés y no por amor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.