La semana estuvo mucho más flexible de lo que me imaginaba. Algunos profesores fueron muy considerados al cambiar las tareas por prácticas sorpresas, pero ahora veo que varios tienen un semblante deprimido a diferencia de otros que están más que encantados, porque este fin de semana estarán sin mucha carga.
—Escuche que tuvieron prácticas. ¿Todo bien? —Se me acerca más de lo normal, mientras caminamos por los pasillos.
—¿Por qué susurras? —Clara luce un tanto extraña, como si estuviera ocultándose de alguien.
—Me duele la garganta —finge toser.
—¿Lo sigues evitando?
—¡Claro que no! —Enarco una ceja. Así que le duele la garganta, eh. Vuelve a toser—. Lo que quise decir es que no tendría por qué esconderme de ese tonto.
—En los últimos días no has almorzado con nosotros excusándote con tus deberes de delegada —la miro de reojo—. Ayer la señora María, la coordinadora, te estaba buscando. —Sus ojos se mueven de un lado a otro. Señal de nerviosismo—. ¿Por qué te estaba buscando si se suponía que estabas con ella?
—Lo admito. —Se deja caer sobre la banca de madera bajo la sombra de uno de los arboles más antiguos del campo universitario.
—Solo discúlpate —Me siento a su lado.
—Eso solo significaría que él tenía la razón —Hace un puñero, como niña chiquita. Luego se gira hacia mí—. ¿Y si…
—No —La interrumpo de golpe.
—Ni siquiera sabes lo que iba a decir
—Me ibas a pedir que lo convenciera para que se disculpara contigo, ¿no es cierto? —me mira con incredulidad.
—Bruja… —susurra, pero la escucho.
—Eres muy predecible, Clara. —Me inclino hacia el otro lado y envió un mensaje—. Y no soy una bruja. —le dedico una mirada ofendida. Suelta una risa infantil con sus manos sobre la mía.
—Ayúdame, ¿sí?
Después de mi intromisión en su pequeña discusión del día lunes, Clara siguió insistiendo con la fiesta hasta seguirlo a las puertas de la facultad de Ciencias Humanas. Yo los seguí para intervenir si era necesario, aunque era poco probable a que ocurriera algo peor… Pero me equivoque. Clara lo cogió del antebrazo a Lucah y este perdió el equilibrio al intentar subir el escalón. Frente a muchos ojos se calló quedando de rodillas frente a una chica que venía bajando los escalones.
Lucah no suele enojarse con facilidad, pero podría decirse que Clara tiene una habilidad extraordinaria de irritar a las personas. Y Lucah sucumbió a las emociones de la humillación. Recuerdo que se levantó, se disculpó con la chica que parecía sorprendida y dándole la espalda a Clara entro al edificio.
—Él debe estar enojado… —Su semblante cabizbajo muestra lo arrepentida que se siente—. Lo humille frente a los demás, solo por seguir insistiendo. Tienen razón, soy infantil… ¡Soy una tonta! —Se golpea el pecho mostrando lo culpable que se siente. Antes que la detenga lo veo a él detrás de ella— ¡Tont…!
Sujeta su mano echo un puño y le sonríe. Sus ojos de abren de par en par, sorprendida por su presencia.
—Infantil tal vez —habla con suavidad. Se inclina hacia ella—, pero no eres una tonta, Clara —Ella sigue sin poder que decir. Es una escena conmovedora—. Así que, deja de hacer eso —Clara deja caer sus manos sobre su regazo y él sonríe satisfecho.
—Tú… —Se levanta de golpe, haciendo que Lucah retroceda— ¡Oye!
Ahí vamos de nuevo…
Ella empezó a decirle sobre lo tonto que era por sorprenderla de esa manera y negar lo que había dicho anteriormente. Pero al final termino disculpándose. Se veía tan tierna con sus mejillas sonrojadas y tímida mirada. En ocasiones esto me dice que tal vez no estoy viendo con claridad o simplemente estoy ignorando el hecho que en ellos dos la primavera está floreciendo…
—Romy, me has traicionado —Sentencia con los brazos cruzados.
—Me pediste ayuda…
—Sí, pero no exactamente así —dice mirando hacia el grupo de chicos que están jugando básquet en el campo deportivo, aunque su mirada sigue la espalda de Lucah. Un sentimiento extraño aparece en mi pecho.
—Pero ahora ya no tienes que esconderte de él —bromeo.
—Te lo vuelvo a decir: Yo no estuve escondiéndome de...
—¿De quién? —Le interrumpe un Lucah en ropa deportiva y el cabello mojado.
—No, de nadie —Le ofrece rápidamente la botella con agua—. Rápido, tómalo.
Él le agradece. Visualizo detrás de él y unas chicas del otro lado no dejan de mirarlo. Así que si tiene su club de fans.
—¿Por qué sonríes? —Se gira intentando buscar lo que estaba mirando, pero no logra notarlo, porque las chicas inmediatamente voltearon, casi al mismo tiempo que él.
—No es nada —Intento desviar su atención. Me mira con el ceño fruncido, igual a Clara.
—Los amigos no se ocultan cosas —nos recuerda antes de volver con sus amigos y continuar con el juego.
—¿Ocultar? ¿Quién esta ocultando cosas…? —Clara chasquea la lengua.