Ola de Amor

Capítulo 8

Este lugar no es tan agradable, teniendo en cuenta que a cada minuto que trascurre hay más personas y eso provoca que el ambiente sea menos fresco.

Mi oxigeno es robado.

—Iré al baño. —Lucah se levanta de su asiento—. Vuelvo en un momento.

—Romy —Levanto mi mirada, mientras sostengo el pañuelo de Lucah sobre mi nariz. Ella rueda los ojos al verme—. Me adelantare, ¿sí?

—¡Espera! —Me levanto alarmada, pero ella no se detiene, solo pronuncia: “No te preocupes. Luego vienen”.

—Lucah se enojará… —Murmuro buscando entre la multitud a Clara. Perdí de vista su figura cuando choqué con cuerpo masculino.

—Lo siento —Me disculpo, volviendo a buscar a mi amiga detrás de él.

—No hay problema, linda —Me obliga a mirarlo. Lleva una camisa blanca ceñida y una perforación en el oído izquierdo—¿Viniste sola? —Con descaro sonríe, pero no tengo tiempo para esto.

—Lo siento, tengo prisa… —Su mano sujeta con firmeza mi brazo deteniéndome con brusquedad. ¡¿Qué le pasa?!

Cariño, no hay necesidad de fingir —Lo observo confundida. ¿Fingir? — Sé que chocaste apropósito para poder hacerte notar.

¿Acaso se cayó de la cuna?

Intento retirar su mano mientras sigue alardeando, pero no cede. Es más, me acerca a él y las personas a nuestro alrededor nos observan.

—Estas malinterpretando la situación… —Me alejo uno pasos atrás, pero él vuelve a acércame.

En un abrir y cerrar los ojos veo al chico a unos metros de mí, en el suelo.

—¡¿Quién diablos eres?! —Con histeria grita. Un chico, quien lo acompañaba lo ayuda a levantarse.

—Dijo que la dejaras.

Su voz.

Levanto la mirada al chico que yace a mi lado. El ritmo de mi corazón se acelera al verlo. Su mirada sigue fijamente en el chico, sus facciones están tensas y sus manos hechos puños.

¿Qué hace aquí?

—¡Romy! ¿Estás bien? —¡Clara! Me mira de la cabeza a los pies, asegurándose que este físicamente bien.

—Estoy bien.

Me toma de la mano y me aleja del tumulto de personas, pero la detengo. Milton.

—No podemos quedarnos ahí —Su mirada cambia a una llena de culpa—. Lo siento, no debí ir primero y dejarlos. Fui muy imprudente y…

No puedo oír lo demás porque es interrumpido por el bullicio unísono que está detrás de nosotras.

Puedo escuchar palabras como: “¡Vamos, pégale!” “¡No te dejes!” “¡Derríbalo!”

Por instinto me suelto del agarre de Clara e intento hacerme pase entre las personas, pero mi esfuerzo es casi nulo. No me dejan pasar.

—¡Por favor, déjenme pasar!

Cuando por fin llego al vacío central, me horrorizo al verlo en el suelo. Su nariz sangra al igual que su labio superior. El chico, que es más musculoso que él, intenta darle un golpe en rostro, pero este lo bloquea con sus brazos. Las personas solo apoyan a ese chico, quien no deja de glorificarse ante los demás.

Doy un paso al frente con la intención de detener esto, sin embargo, un fuerte golpe se oye en todo el local haciendo callar a todas las personas.

Él cae al suelo frente a mis ojos.




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