Han pasado alrededor de quince días, la vida del prometedor escritor va relativamente bien, Alba ha conocido tanto de Logan, casi todos los días salen al cine o al parque, incluso él le ha mostrado sus borradores y ella puede jurar que su nueva novela será todo un éxito, aunque…
—Sí lo sé, es que regularmente eso me pasa cada que escribo, sólo al final es cuando se me ocurre un título y como puedes darte cuenta, esta ocasión no es la excepción. —Dijo Logan mientras en su cocina en aquel departamento a las afueras de Rainfall Street, preparaba un omelette para Alba y él.
—Eso lo entiendo muy bien, de hecho puedo decir que es normal sabes, a mí me ocurrió con mi tesis, no supe realmente qué ocurriría ya que literalmente me faltaban dos horas para ese día entrar a clase y presentarlo. —El chico la miraba de una manera, maravillado—. Así que se me ocurrió algo tan simple como: Ventajas de una vida marítima.
Alba al igual que Logan, no dejaba de contarle situaciones de su vida, el cómo dedicarse al mar le ha ocasionado ese amor por todo lo que le rodea a esas aguas profundas y superficiales. Ya que ha estudiado a toda clase de animales marítimos, tanta información, tanto que analizar. Aunque dejó de hacerlo al terminar la universidad pues sin ayuda monetaria, no pudo ir más allá. El chico empático se acercó a ella para abrazarla, aquella duda o aquella vergüenza que hace días recorría a cada uno ya no se encontraba, yacía junto con la suspicacia en el suelo para jamás volver a levantarse.
Ambos cenaros en el departamento de Logan, riendo y sintiendo una inmensa paz hasta que ya era algo noche, Logan apenado por la situación la acompañó a su casa caminando, quedaba a veinte minutos en Bou Street, aunque las calles de Londres eran tranquilas, Alba sentía miedo por la seguridad del chico, pero este con una sonrisa media abrazó de despedida y diciendo que no se preocupara se marchó; al llegar ambos se mensajearon hasta que ella se durmió, en cambio Logan se quedo a escribir más, así que abriendo su Macbook, agarrando una cerveza del refrigerador (claro, el chico después de recibir tanta presión y ansiedad, se le quedó esa manía de tomar si escribía por las madrugadas) y poniendo música (un poco de blues para luego cambiar a country) se dedicó casi hasta el amanecer a escribir, le fue realmente bien ya que siente, sabe que un par de hojas más y culmina con esa obra, su editorial sigue en espera de ese libro, así como Alba, la única persona a la que él más le interesa saber lo que opina de su libro, tanto así que puede que se lo dé a ella primero para luego enviarlo y publicarlo; aunque debe admitir que sienta bien poder leer las reseñas de esas personitas que están en sus libros, es motivador. Así que echando un ojo al programa de Books de la Mac, para de allí pasar a Amazon, cerró todo para acostarse, el piso se mueve un poco pero le parece normal.
Por esa tarde no hubo mucho contacto con el mundo, Logan despertó al medio día con una jaqueca algo llamativa, así que se dedicó a limpiar un poco el salón, y su habitación, y habiendo pedido pizza, se sentó a comerla junto a una lata de Coca-Cola y todo ello mientras leía “Sombras y pureza”. A las seis y tres cuartos le llegó un mensaje de texto de Alba, si planeaba salir o algo así pero Logan no podía, así que con una pizca de saber que se arrepentiría, le llamó para explicarle que necesitaba terminar ese libro, cosa que ella entendió perfectamente, así que quedaron que el día siguiente él iría por ella. Esa noche después de un baño frío y cenar macarrones con carne molida (receta de su abuela), se dispuso a terminar aquella historia y continuando con su personaje Susan, donde se encuentra en el hospital investigando aquella leyenda del Doctor de la muerte:
“Y fue allí donde pude percibir un aroma a podredumbre proveniente de la sala de quirófanos… pude jurar haber visto algo pasar por detrás de mí, sentir esa oleada de aire rápido hizo que mi piel se erizara… al seguir más allá había una puerta que dirigía a la sala de crematorio (y esta se encontraba en la planta baja donde se llega gracias a unas escaleras), esa puerta metálica y enmohecida se cerró bruscamente detrás mío, haciendo que cayera por las escaleras y sintiera como el dolor adormeciera gran parte de mi cuerpo y al poder reaccionar y observar vi como una silueta humanoide se acercaba lentamente, todo se ennegreció de repente.”
El reloj marcaba las nueve de la mañana, Logan despertó después de haber caído dormido en el teclado de su Mac, esta, ya casi descargada encendió su pantalla para mostrar las últimas líneas de su libro, por fin lo acabó; el chico sintió una satisfacción enorme y decidido empezó a enviarla a su editor, para que luego este pudiera obtener respuesta de la editorial, pero antes de todo eso, quiso enviarla a Alba en un archivo PDF, esta lo recibió, a los minutos su editor también.
Ese mismo día recibió una noticia clara de su editorial, al estar lista la publicarían y sin duda, sería un éxito.