Oligos

Hermosa Bestia [Extra]

"La belleza y la maldad son como el sol y la luna; una ilumina la oscuridad, mientras que la otra se esconde en ella" - Lailah Gifty Akita.

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—¿Todo listo?

Amanda asintió hacia su novio con una sonrisa. La noche anterior había sido una locura de empaque apresurado una vez su chico le dió la idea de viajar a su cabaña en el bosque. Su trabajo era estresante y apenas podía descansar adecuadamente, por lo que aprovecharía su fin de semana libre y pasaría tiempo de calidad con su guapo novio.

Ambos se montaron en el auto y arrancaron en cuestión de segundos. Amanda pasó un largo rato mirando a su novio, a esos cabello oscuros como la noche y ojos grises. Era atractivo y ella una mujer con suerte.

Lo había conocido hace seis meses, en una librería mientras intentaba surtir su ya abundante colección. Fue levantar la vista y ahí estaba él, siendo simplemente perfecto. Una sonrisa y ella había caído. Ni siquiera le tomó importancia a lo rápido que iba todo, y se dijo a sí misma que merecía disfrutar el momento.

Ella era una rompe corazones, y sí, quizás también un poco malvada si le preguntan a sus ex. Pero seguro era porque nunca estuvo enamorada de ninguno. Algo que con este hombre que hoy está a su lado, había cambiado por completo.

—¿A dónde vamos? —preguntó. En la radio sonaba la canción de turno y el paisaje eran solo árboles. Su chico sonrió y apretó los dedos alrededor del volante.

—Al Valle Oligos.

Amanda asintió sin mucho entusiasmo. Le gustaba la idea de ir con él, el lugar le daba totalmente igual.

—Nunca he oído hablar del Valle Oligos.

—Estoy seguro que no prestaste suficiente atención a tus clases de geografía e historia.

Amanda quiso parecer indignada, estaba lista para ello, sin embargo, no dijo nada. Ella suspiró y frunció el ceño, y su cabeza vibró bajo un zumbido extraño antes de que el nombre saltara una vez más en su mente. La imagen de su profesora de secundaria hablando de un bosque a las afueras de Pensilvania llamada Valle Oligos llegó. Algo borrosa pero perfectamente memorable.

—El lugar es precioso —dijo él. —Bosques, lagos y una hermosa cabaña—desvió la mirada a Amanda, quien lo observaba con una mirada enamorada—. Y lo mejor de todo. Solos tú y yo.

Amanda suspiró extasiada con la idea.

—Sí. Justo lo que necesitaba —dejó un beso en la mejilla de su chico—. Un fin de semana con mi guapo novio.

Una sonrisa amplia y hermosa cruzó el rostro del hombre. El cabello negro y brillante contrastaba con su piel blanca y perfecta.

—Te quiero, Corbin —susurró Amanda.

Corbin giró el rostro hacia ella, apenas un segundo.

—Y yo a ti, cariño.




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