Chapter Fifteen: ¿Mr. P?

1

Ambos se miraron fijamente un momento al oír las sirenas de policía.

-Los vecinos habran oido los disparos -Dedujo Katrina.

-Diremos que fue un asalto -Resolvió Oliver- Alguien entró, quiso robarle y cuando ella se resistió, le disparó... Tu y yo estábamos en mi habitación, me enseñabas ruso porque soy malo en ello, cuando oímos el disparo -Dijo sin demasiada vuelta.

La rubia asintió, pero deberían arreglar un par de cosas antes de que la policía golpeara a su puerta. Se separó del menor y se levantó tomando el arma nuevamente, corrió a la habitación de Oliver, allá escondió la glock en uno de los cajones, luego se lavo la mano al menos tres veces antes de oir el timbre y ver al pelinegro asomarse a la puerta.

-Están aqui -Dijo observándola.

-Hay que abrirles.. -La chica no pudo evitar sonar ligeramente nerviosa.

Él tomó su mano en un intento por confortarla mientras se dirigían escaleras abajo. Oliver tenía una expresión asustada y sus ojos se habían tornado llorosos cuando Katrina abrió la puerta a los oficiales.

-Señorita, nos han informado sobre disparos en esta casa -Dijo el hombre mirando con seriedad a la chica.

"Que sorpresa... El mismo policía que vino por la desaparición de Luz" Pensó Oliver mirando al sujeto mientras continuaba medio aferrado a la rusa.

-S-si... -Le costaba formar las palabras, el niño lo había hecho sonar tan simple y, sin embargo...- N-no sabemos bien que... Que pasó pero... -Pareció contener un sollozo y el chiquillo casi le aplaudió su teatro.-

-S-si... -Le costaba formar las palabras, el niño lo había hecho sonar tan simple y, sin embargo...- N-no sabemos bien que... Que pasó pero... -Pareció contener un sollozo y el chiquillo casi le aplaudió su teatro.- Oímos disparos y escondí a Oliver conmigo en el armario de su habitación.. -

-Ya veo... -

Ambos oficiales entraron a la casa, mientras que Oliver seguia bien concentrado en mantener esa faceta de niño asustado.

Los oficiales comenzaron a recorrer la casa, con permiso de Katrina obviamente porque sino no hubieran podido, para luego finalmente asomarse a la ventana de la que los vecinos habían dicho oir disparos.

El oficial Turner sacó su walkie-talkie y pidió una ambulancia, al ver a Edith más allá, siendo evidente que había caído desde esa altura y era muy probable que se hubiera muerto. Dudaba que las flores le hubieran amortiguado dicho descenso. Cuando los paramédicos llegaron dijeron que aun tenía signos vitales por lo que la subieron a la ambulancia y se la llevaron, pero Edith murió camino al hospital.

Los acontecimientos que siguieron carecieron de importancia para el niño, aunque obviamente tuvo que fingir que lloraba por la perdida de su progenitora.

El funeral se realizó sin muchos problemas, Oliver pidió ayuda a Katrina para hacerlo, el ataúd cerrado porque preferían no ver el cadáver de la mujer. Ni siquiera habían ido a reconocerla, el cuerpo fue entregado dentro del cajón funerario. La rubia fue nombrada su tutora legal mientras intentaban contactar a algún familiar. El pelinegro rogaba que su abuela no apareciera, ni siquiera se había presentado a llorar a su hija muerta, por lo que perdía cualquier derecho a con él.

Además, esa mujer estaba más loca que una cabra. Recuerda la única vez que la vio en su vida, Lauren McMillan había intentado disfrazarlo de niña, maquillarlo y  anotarlo en un concurso de belleza ¡incluso había comenzado a darle tips al respecto para que ganara! Oliver se preguntaba que clase de obsesión tenía esa vieja loca con los concursos o la belleza.

Así que así estaba la cosa. El pequeño pelinegro de pie ante el ataúd mientras lo bajaban al hueco donde lo enterrarían, vestido con un traje negro de luto que no le gustaba, y de pronto una mano un poco más delicada tomó la suya. Al ver a su lado, notó a Violet, al parecer la niña se había enterado de lo ocurrido y no parecía resentida con él por haber intentado asesinarla, tal vez estaba casi tan loca como su abuela materna.

-Lamento tu perdida -Susurro ella, posando su vista café en el cajón.- Aunque sé que tu no

-Me sorprende tu presencia luego del inconveniente de la última vez -

-Me dejaste un recuerdo -Levanto un poco la cabeza, mostrándole las moradas marcas de asfixia en su cuello. Tardarían en desaparecer.- Además aun así me caes bien... -

Si, estaba loca, era definitivo.

-Tu no a mi -Él murmuró, ella lo escuchó pero aun así apoyó su cabeza en el hombro del chico.

Desde su lugar entre las sillas, Katrina entrecerró los ojos. Quería a esa mocosa lejos de su Liver, ella era indigna de tocarlo, o respirar el mismo aire que él siquiera. Ya se había deshecho de Edith, si esa chiquilla llegaba a volverse un obstáculo entre ella y su Liver...

De pronto, pestañeó. Estaba volviéndose un monstruo ¿como era capaz de pensar así sobre esa niña a la que ni conocía? Dios santo, estaba perdiendo la cordura.

2

Cuando regresaron, Oliver se quitó la corbata sin miramientos antes de dirigirse a su habitación. Había logrado despegarse a Violet a duras penas y solo porque la madre de la misma la había llamado, se arrepentía de no haberla matado. Le hubiera hecho un gran favor a la humanidad.

Mientras caminaba a su habitacion, no pudo evitar mirar la puerta de su madre, quizá en el fondo la extrañaria, seria algo natural... Normal, después de todo era su madre la que acababa de enterrar en aquel cementerio.

Entró al cuarto, viendo la gran cama con rojizos cobertores y las paredes bellamente decoradas al gusto de la mujer. Su vista se detuvo muy poco en el retrato de ella con Adam, su padre, el cual estaba colgado en el muro justo frente a la cama.

Más allá, en una esquina, sobre una repisa... Un oso de peluche café, le observaba con fijeza con aquellos muertos ojos de botón, una sonrisa cosida en el rostro de tela. Liver se extrañó, nunca había visto tal peluche antes, no sabia que Edith tuviera uno y si así fuera... ¿Por que no lo había visto antes? Miles de veces había ido a la habitación de su progenitora pero jamás había reparado en esa cosa. Lo tomó entre sus manos examinandolo un poco, se veía que estaba algo desgastado por los años, pero en bastante buen estado.