Chapter Seventeen: La reina y el rey

1

La pelinegra movió un peón hacia adelante.

-¿Entonces qué es ella para ti? -Preguntó sin quitar la vista del tablero, debía aprovechar que Oliver le había dado la chance de enseñarle a jugar.

-Es mi reina -Él contestó tomando otra pieza y moviéndola de igual forma.

Ella lo miró, algo desdeñosa.

-¿Algo así como tu novia? -Cuestionó.

Liver se lo pensó y se encogió de hombros.

-Sí, eso creo -Respondió, jugando con la reina blanca, lanzándola al aire y atrapándola nuevamente.

-Pero es muy vieja -Chilló Violet, con el ceño fruncido.

-Ella no es vieja -Dijo cortante el chico, devolviéndole la mirada con firmeza.

¿Cómo se atrevía esa mocosa a decir tal cosa de su reina?

-¡Claro que sí! ¿No preferirías alguien como yo? -La chiquilla sonrió e intentó acercarse, a lo que Oliver retrocedió.

-No, tú eres irritante, agradece que sigues viva –Gruñó él, cruzándose de brazos.

La niña dio la partida por terminada.

-¿Y se besan? –Curioseo. No le agradaba la idea de que él considerara a Katrina su novia ¡era demasiado mayor! Pero aun así, le causaba intriga el punto de vista del chico al respecto.

Pritzker pestañeo, luego frunció el ceño.

-No ¿Por qué haría tal cosa? –Parecía causarle asco la idea.

Violet encontró su reacción tremendamente divertida. ¿Eso quería decir entonces que Oliver no había dado su primer beso?

-¿Entonces no sabes cómo se siente? ¿No quieres saber cómo es un beso? –Preguntó esta vez.

Él la miró con extrañez. Sinceramente nunca había pensado en el tema, consideraba que no era algo de su interés, aunque ahora raramente si estaba teniendo cierta curiosidad. ¿Sería realmente tan asqueroso como pensaba?

-Creo que… si quisiera saber, un pequeño experimento, no lo sé –Era la primera vez que oía a Oliver dudar de algo.

Ella se le acercó un poco.

-¿Y si te ayudo? –Insinuó, queriendo que Liver se acercara también.

Pero él alzó una ceja y se volteo a la puerta para luego llamar a Katrina. ¿Es que la mocosa se creía que la iba a besar? Pues estaba muy equivocada.

-¿Qué ocurre, Oliver? –La rubia no tardó nada en llegar, curiosa de porque había sido llamada a la habitación donde su pequeño rey jugaba con esa mocosa.

-Tengo curiosidad sobre algo –Él declaró observándola, como si se preparara mentalmente para hacer algo que consideraba asqueroso pero que realmente ahora quería hacer.

-¿Sobre qué? –Extrañada miró a la niña ¿acaso le había metido ideas raras a Liver en la cabeza?

Pritzker la jaló hacia él, ella se inclinó y sus ojos se abrieron de par en par al sentir los pequeños labios de Oliver contra los suyos, mariposas revoltosas parecían explotar en su estómago o quizás era un enjambre de abejas asesinas, que querían matar lo que le quedaba de cordura exponiendo su amor por el niño ante aquella pelinegra que observaba con sorpresa la escena. Katrina terminó, literalmente, arrodillada frente a su adoración, había movimiento de labios sutil en el beso, un beso que le supo a timidez, a inocencia e inexperiencia. Un beso dado por su amado que le supo a gloria, y que al mismo tiempo terminó de enterrar la voz de su moral en alguna tumba sin nombre en un territorio alejado de allí, sus ojos estaban cerrados al sentir el frío que Oliver le dejó al separarse.

Al volver a abrirlos, su mirada se encontró con los orbes helados del chico, que la miraba igualmente a los ojos, no parecía estar disgustado ante lo que había hecho.

-¿Con que así se siente un beso…? –Murmuró más para sí que para ella, algo pensativo. Sin ser muy consciente del trance en el que estaba su tutora- No es tan… repugnante como creí que sería. Es más, creo que se siente bien…si ¿podemos hacerlo otra vez? Por favor… -Pidió mirándola fijamente, ella sintió que se había quedado sin voz como para responderle- Prometo no decirle a nadie… -Había sinceridad en sus palabras y ganas de otro beso en lo más profundo del corazón de la rubia.

-Pero yo sí podría decirle a alguien –La niña, de la cual parecía que habían olvidado su presencia, rompió el momento- Es ilegal que ella haga eso, Oliver... -Presionaba los labios, estaba molesta por no ser ella quien recibiera ese beso.