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Soltó un gruñido ante la luz potente que molestaba sus párpados ¿quién había dejado abiertas las cortinas?
Abrió lentamente los ojos, se sentía pesado, somnoliento. La confusión apareció en su ser al abrirlos, se sentía desorientado... No, se despabiló por completo al reconocer donde se encontraba. Era su habitación, aquella que había dejado atrás cuando tuvo que irse hace casi dos meses ya.
Se sentó lentamente, observando a detalle su alrededor, notando familiar cada póster que había en las paredes, cada libro en los estantes y cada detalle de su cuarto.
-Hasta que despiertas, no deberías desvelarte. Te salteaste la escuela -Una voz masculina, que creyó que jamás volvería a oír, lo sorprendió- Hey... ¿Estás bien, hijo? -Pregunto el hombre sentándose a su costado, mirándolo con atención.
Adam Pritzker lucía tan impecable como siempre, con su traje azul marino, corbata perfectamente anudada y su gesto amable presente.
-Tú... ¿Que...? -Se sentía extraño, desconcertado y perdido. Era como si después de haber estado tanto tiempo al mando de algo, se lo hubieran arrebatado de la nada y no comprendiese que pasó- ¿Que hago yo aquí?
El hombre sonrió ante el tono tímido que el chiquillo utilizó y acercó su mano al cabello del menor acariciándolo cariñosamente antes de que Adrien apareciera, recostado en el marco de la puerta observándolos.
-Estas en casa, Oliver -Adrien fue quien habló- Es donde debes estar ¿porque lo preguntas? ¿Soñaste algo acaso?
-¿Donde esta Katrina? -Preguntó alzando un tanto la voz. ¿Dónde estaba su reina? ¿Porque no estaba a su lado como siempre?
Ambos hermanos intercambiaron una mirada extraña.
-¿Quién es Katrina, pequeño? -Pregunto Adam.
-¿Es acaso alguna niña de la escuela que te gusta, sobrino, eh? -Adrien esbozaba una sonrisa juguetona, de brazos cruzados, causando que su hermano mayor soltara una risita.
A Oliver se le subieron los colores.
-¿Que? ¡No! -Frunció el ceño, cada vez se confundía más, no entendía que estaba pasando- ¡Ella es mi profesora de idiomas!
-¿Te gusta una mujer mayor? -Adam se giró hacia Adrien- Habrá sacado eso de ti -Bromeó en tono de regaño hacia el menor, que fingió estar ofendido.
-Oye, oye, a mí nunca me gustó una mujer mayor -Le sacó la lengua infantilmente.
Sinceramente la confusión de Oliver, y su irritación a causa de no entender qué diablos ocurría, estaba aumentando a niveles insospechados.
¿Todo había sido un simple sueño? Él manipulando a quien se le antojaba y usando a las personas como quería, Katrina, Cerbero, la muerte de su madre. Su vista se posó en el par de hermanos, que ahora parecían hablar de algo que él no estaba prestando atención, sus muertes... Estaba incrédulo. Era como una pesadilla luego de haber vivido, o más bien soñado, tanto.
-Wally... -El susurro escapó de sus labios antes de que pudiera frenarlo, atrayendo la atención de Adam.
-¿Wally? -Pestañeo- Él está en la escuela, donde tú también deberías estar, pero te salteaste por quedarte dormido -Le pellizco una mejilla, a lo cual el menor soltó un leve quejido.
¿Wally en realidad estaba vivo? ¿Y Luca y Tucker?
-Bueno, ya que no fuiste a la escuela, ven, debes desayunar y Luz se esmeró esta vez -Rió el hombre poniéndose de pie.
Oliver también se levantó en cámara lenta, intentando procesar esta realidad. Sentía que había dormido mil años, es más, sentía que seguía dormido.
-E... Está bien -Murmuró refregándose la cara- ¿Y mamá?
-Oh, tu madre, pronto llegará. Salió -Caminó a la puerta y palmeo el hombro de su hermano, el cual le sonrió antes de encaminarse a la cocina también.
Sin decir más, pensativo, los siguió hasta la cocina pensando que probablemente había visto muchas series detectivescas o así. Sino no comprendía como había podido imaginar tantas cosas. ¡Incluso había asesinado personas y animales! Era extraño, pues sentía que había tenido una vida entera, pero había sido solo un sueño.
-Oliveer-
Se detuvo en seco al escuchar la voz de Katrina llamándolo. No, ella no había sido real tampoco, quizás había visto alguna actriz que le pareció bonita y creó ese personaje en su mente.
Suspiró, luego se agarró la cabeza al sentir una fuerte presión en la misma. Oía sirenas de policía pero parecía ser que era el único.
Editado: 08.05.2019