1
Cuando Edith volvio a la casa, Katrina casi se sentia desilucionada, puesto que la burbuja en la que habia permanecido con su niño era rota sin mas. Al haber vuelto la dueña de casa y su amante (la rubia no era ninguna estupida, estaba segura de que Adrien se acostaba con Edith) los dias de pasar momentos tranquilos y lindos con su alumno favorito habian terminado.
El perro ladró enseguida cuando la mujer cruzó la puerta, sin asustarla pero desconcertandola. Pero lo raro era que Cerbero se quedaba a los pies de Katrina o de Oliver, sino de nadie. Es mas, podria decirse que tenia alguna especie de rencor u odio hacia Edith, pues solo a ella le ladraba, a Adrien le gruñia erizando el lomo como si ellos fueran un peligro. El hombre solo lo ignoraba, no le importaba lo que hiciera ese saco de pulgas mientras se mantuviera alejado de él. Edith era otro cuento, a ella le ladraba con fuerza, enseñando los afilados y peligrosos caninos, aunque esto solo pasaba cuando se acercaba a Katrina, cuando se acercaba a Oliver se mantenia ligeramente mas tranquilo.
Quiza el animal tomaba a Katrina de estupida y a Oliver como que ya sabia defenderse solo. Cerbero solo protegía a sus amos, porque si, al parecer él habia adoptado a ambos como sus amos, aunque realmente solo el niño lo fuera.
Los dias pasaron nuevamente, la rutina habia vuelto, Katrina se habia largado de nuevo a su departamento agradeciendo no tener mascotas pues se habria olvidado de alimentarle luego de todo lo que paso en esos dias. La primera vez que Edith sintió mareo no se preocupo, lo atribuyo a que no habia desayunado esa mañana. La segunda vez tampoco le prestó mucha atencion, considero que tal vez era por el intenso calor que estaba haciendo. Pero la tercera vez... se desmayó.
Entonces si, con ligeras sospechas fue al medico. Eso solo le confirmo lo que pasaba, la colera hirvio en su sangre por dentro, más por fuera se mostró sorprendida y hasta incredula.
Alguien habia estado intentando envenenarla. Pensó quien podria ser el responsable.
Luz no, era imposible pues sabia que la mujer la adoraba y la queria mucho. Aunque para Edith fuera una sirvienta mas.
Katrina tampoco, primero le parecio absurdo y luego concluyo que ella no podia haber sido porque casi no tocaba la cocina.
Oliver... No, por supuesto que no, su bebé jamas haria algo asi y menos a ella. Es decir, si, él era un tanto especial y tal vez lastimaba a sus mascotas pero Oli jamas habia dañado a una persona, no creia que fuera capaz, mucho menos a su madre.
Asi que la unica opcion que le quedaba era él. Adrien.
Jugaba mordiendo su boligrafo con el ceño fruncido. ¿Porque él haria eso? ¿Es que ya no la amaba? ¿Que habia hecho mal?
Decidio que no podia dejar las cosas asi.
Sin embargo, Edith no sabia que nuevamente estaba siendo utilizada, tal como en su infancia.
Despues de todo ¿porque ensuciarse las manos si podia hacer que otro hiciera el trabajo sucio por él? Eso es lo que Oliver pensaba con una sonrisa en la tarde cuando vio a su madre discutiendo con Adrien.
2
Oliver miró sus juguetes tirados por la habitacion, sin querer jugar con ninguno, y tampoco recogerlos cabe aclararse. Cerbero se acercó hasta su amo y lamio su mano, ganandose asi una caricia entre las orejas.
-Podriamos buscar una forma de divertirnos ¿verdad? -
El perro solo lo observo, era obvio que no responderia.
-Si, estoy casi seguro de que hoy sera un dia muy divertido -El chiquillo sonrio, alargando la "u".
Se levanto de la cama con el perro siguiendolo como una sombra y se asomo al pasillo a traves de la puerta entreabierta. Habia demasiado silencio.
En su mente una extraña melodia comenzo a sonar y él comenzo a cantar en voz baja la letra imaginada, mientras se salia lentamente de su habitacion. Era un silencio raro, demasiado para él. Es decir, lo sentia diferente al tipo de silencio que solia haber. Este era como la calma antes de la tormenta, era como un silencio que no auguraba nada bueno.
Sus amigos imaginarios nuevamente comenzaron a hablarle, él miro en ambas direcciones del corredor, y emprendio rumbo por donde ellos le decian. Nuevamente cumpliria su voluntad, solo porque estaba aburrido.
Sus pasos se dirigieron a la cocina donde Luz, la cocinera, estaba de espaldas preparando lo que Oliver supuso como un pastel. El niño tomo asiento en la banquilla frente a la isla del centro de la cocina, observando la espalda de Luz, aunque realmente la miraba sin ver, pues su mente estaba en otro lado. Era como si no estuviera del todo consciente de lo que hacia. Mas tarde cuando le preguntaran no sabria que diria, quiza inventaria algo, como siempre. No seria la primera vez que no fuera del todo consciente.
En algun momento parece que sus pies se levantaron del banquillo. En algun momento, él tomo un recien afilado cuchillo de carnicero que estaba sobre la mesa. En algun momento caminó hacia la cocinera, oyendo los susurros de sus amigos, oyendolos gritarle y susurrarle a la vez. Eso no tenia sentido, pero asi lo sentia.
Lo siguiente que recuerda es ver a Luca sonriendole de lado, como si fuera algo bueno lo que le dijo que hiciera. Wally apoyado contra su espalda, como alentandole emocionado.
-¡Al fin diversion real! -Exclamó con tono malicioso el chico de dientes de tiburon.
Quiza paso una hora o quiza dos, no podria asegurarlo, era como si ese lapso de tiempo se hubiera borrado de su mente. Oliver miró el cuchillo en su mano, la sangre manchando su ropa y luego el cadaver degollado de la mujer en el piso, desangrandose.
Editado: 08.05.2019