Olivia

6. Usted sabe porque lo hago

— Por fin, creí que no usarías tu cerebro mi querida Olivia — Gonzalo se alegra al ver que estaba decidida.

— Usted sabe por qué lo hago y será la última vez — refuta con asco.

— Ya veremos, vemos el sábado en la noche en el lugar que te indicaré — filmina Gonzalo y le indica donde verse en la noche.

Robert se queda sorprendido al escuchar su conversación, no podía creer que Olivia era ese tipo de mujer y algo en esto no lo convencía. Se encuentra con ella en el archivo buscando unos informes y ve que casi se cae.

— ¿No has almorzado? — pregunta él.

— ¡Eh! Sí, claro — su estómago rugió.

— ajajajajajaja Si, claro, ven te invito a almorzar — dice él y ella se fue forzada le dio pena.

Paso la hora del almuerzo, ella se sentía bien porque llevaba días sin comer algo decente en el almuerzo.

— ¿Qué harás el sábado noche? — pregunta él curioso con su respuesta.

— Yo… estaré un poco ocupada ¿Por qué? – contesta ella nerviosa.

— Quería invitarte a comer, has sido muy buena conmigo y tienes mucha paciencia – responde él entre risas esperando una respuesta.

— ajajajajajaja eres bueno aprendiendo, pero de veras esa no puedo — responde ella y ambos continúan trabajando, ya que les toco el archivo nuevamente hasta la finalización de la jornada laboral.

Ella no se fija la hora y se le hace tarde para recoger a su hija.

—¡Ay, Dios mío! Ya me tengo que ir, son más de las 5 pm. Nos vemos mañana – Sale ella corriendo.

— Adiós — responde él con curiosidad de su afán.

No sabía que Olivia tiene una bebé de meses, eso solo lo sabía el viejo asqueroso. Y ella seguía con su monotonía y suplicio.

— Hola mi niña — saluda una vecina.

— ¿cómo está, señora Owen? — responde con afán.

— Muy bien, gracias y tu bebé cada día más grande — dice la señora.

— Gracias, que tenga buena noche — contesta rápido e ingresa a su vivienda, tenía mucho frío.

Ella dormía con su bebé lo que hacía que se sintiera más tranquila en las noches y el poco tiempo que podía dedicarle a ella.

Al siguiente día, su mañana era muy atareada con la información solicitada de su jefe y Robert le ayudaba para que agilizara, aun así, su trabajo no se detenía por eso.

— Tráeme lo pedido, Olivia — grita Gonzalo.

Gonzalo vio como el nuevo le ayudaba y eso no le agrado, entonces lo llamo para dejarle claro cuál era su trabajo, no interferir en los asuntos ajenos y Robert no le hizo caso. Ella junto con su compañero llevaron los documentos a la oficina del jefe como lo indico, sin embargo, la expresión de este no fue buena.

— ¿Ahora te la pasas jugando con el nuevo? Haz tu trabajo más rápido- espeso Gonzalo con fuerza y la zarandea.

— Oiga, ¿qué le pasa?, me está lastimando — refuta con molestia.

— ¿le parece una buena forma de tratar a sus empleados? — dice Robert enojado.

— Cierra la boca, bastardo — responde cada vez más molesto.

— Le sugiero cuide sus palabras y suéltela — Robert está perdiendo la paciencia.




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