Olivia

8. El llanto de un bebé

Robert toca su cabeza con gestos de impotencia ante esta situación, no podía creer que Olivia llegara al lugar.

Olivia pensaba en su hija, a quien le pidió perdón por lo que iba a hacer antes de dejarla con la señora Owen porque no le quedaba más opción para poder mejorar. Tiene en su mente a la bebé acostada en cama, ya dormida y al cuidado de otra persona en el momento que solo tiene para compartir con ella.

— No era lo que esperaba, pero estás bien — habla su jefe, mirándola con deseo.

— No vine a una cita amorosa — refuta ella.

Ella se había detenido unos pasos antes de llegar a él, le daba asco ese hombre que era tan sucio y vil, además le daba miedo solo verlo.

— Entonces ¿Qué harás?, mejor nos divertiremos un poco — Gonzalo le pregunta mientras le entrega un vaso con whisky.

Quería pedir ayudar y que ese cerdo no la tocara, pero era tarde ya la tenía sostenida de la cintura y seguía con sus amenazas hasta que ocurrió un milagro.

Robert da un golpe en la cara de Gonzalo, no podía creer que ese señor abusara de una manera tan cruel de sus empleadas y este cae al suelo. Olivia se escondió tras él.

— ¡Imbécil!, te mataré — espeso Gonzalo y se abalanzó sobre él para regresar el golpe.

— Vete, rápido — grita Robert y ella se va.

— Olivia, ven aquí — el jefe estaba furioso y al notar que llegaba la policía se fue.

Robert salió rápido del luchar, persiguió a Olivia, pero no la vio, así que regreso a su auto para buscarla. Ella corrió tan rápido como pudo, las lágrimas salían sin control y sentía que su vida se hundió en lo más profundo, ya no tenía como darle de comer y una buena vida a su hija, le había costado mucho encontrar ese empleó.

— Espera, Olivia — varias cuadras adelante detuvieron su auto y la llamo.

— Déjame tranquila — grita con todas sus fuerzas y se sube a un taxi.

Olivia está desconsolada por todo y Robert la sigue, no quería ver a una mujer trabajadora y desesperada derrumbarse de esa manera. Ella llega al edificio y recoge a su hija con urgencia y la coloca en la cuna que está en la habitación, pues ya había llamado a la señora Owen, quien se queda sorprendida al verla y él llega detrás.

— Olivia cálmate, por favor — él este desesperado, no deja que este cierre la puerta.

— Vete — dice ella, forzando la puerta.

— Por favor, cálmate y escúchame

— No, por tu culpa se acabó lo poco que conseguí, ¿qué haré ahora?

Robert logra abrir la puerta, ella cae al suelo llorando del desespero. Estaba desconsolada como si su mundo se hubiera acabado, tal imagen daba lástima como una mujer joven se sentía que la vida se le acaba y no entendía por qué se comportaba de esta manera, era lógico porque se podía ubicar en otro lado. Al fondo escucha llorar un bebé y se queda frío.




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