Pasa una semana, Olivia continúa haciendo su trabajo con las solicitudes hechas por Robert y se sentía increíble porque nadie la presionaba y menos la acosaba. Es llamada a la oficina del jefe.
— ¿Me necesitaba, señor? — pregunta con nervios.
—Olivia, tenemos una noticia quedarte sobre la decisión que acabamos de tomar la junta directiva — dice Thomas con seriedad.
Ella estaba asustada y sabía que perdería su trabajo, su dicha apenas duro una semana.
— Sí, dígame
— A partir de ahora, eres la nueva coordinadora financiara de la empresa, por ende, tu salario incrementara, además la empresa financiara tu carrera de negocios internaciones en la universidad de Yale de manera virtual, claro si aceptas — fulmina él con esa grata noticia.
Olivia quedó muda ante esta noticia, sus lágrimas querían salir esta vez por la emoción de aquel momento y su salario la motivo aún más porque podía comprar muchas cosas para su pequeña hijita, no sabía qué decir.
— ¡Eh! Yo… gracias … Yo — tartamudea e intenta contener la emoción, por fin una buena noticia.
—¿Solo dirás eso? — pregunta Robert al ver que su reacción le causaba gracias.
— No, … Es que no esperaba algo así y les agradezco por semejante consideración conmigo y Sí, acepto la oferta de estudio — ella se siente agradecida.
— Antes de que lo olvide, hoy recibirás tu primer sueldo como anticipo para que esté enterada — Robert decidió pagar su sueldo dos días antes de la quincena y le da el día para que descanse.
Thomas lo mira con intriga y curiosidad porque su amigo tiene tanta consideración con esa mujer que es una desconocida.
Después de unos minutos, ella se había ido como se lo indico su jefe y no podía con tanta felicidad porque sentía que su vida se había arreglado por un momento. Decidió ir a comprar cosas para su bebé.
— ¿Te enamoraste o qué?, que pendejo — pregunta Thomas con una sonrisa pícara.
— Eres idiota — refuta Robert, le parece ridículo ese comentario.
— No soy ciego, mi querido amigo el enamorado — dice él entre risas y se va.
Olivia sigue en la mente de Robert, se preguntaba porque ocurría eso o simplemente sería porque sintió lástima por una mujer con dificultad económica y con una bebé tan pequeña. Pensaba que era una persona buena, que le ha tocado sufrir, se daba cuenta al ver su mirada triste y decide seguirla.
Olivia estaba parada fuera del edificio y ya tenía el pago en su cuenta, en su mente tenía todo lo que quería comprar para su hija. Ingreso a una tienda para niños donde compro 2 vestidos, demás ropa, 2 juegos de cobijas, unos adornos para su cuarto y dos peluches que tanto quería darle a ella, luego compro 3 fórmulas de la leche que le daba a Charlot; se veía como su rostro irradiaba felicidad como nunca.
Desde lo lejos, esta escena le pareció muy tierno y conmovedora a Robert como una madre es capaz de hacer lo que sea por sus hijos, hasta que recibió una llamada.