Olivia

11. esa bastarda

— Madre

— Mi vida ¿Dónde estás?

— ¿por qué la pregunta?

— Tus abuelos, tu padre y yo estamos en la ciudad, queremos verte y a Sofía.

Él se quedó frío escuchar eso, no le había dicho nada a sus padres de todo lo ocurrido.

— Buenos, nos vemos mañana en la cena — Estaba preocupado con la rección de ellos.

No sabe qué hacer, no tenía familia ni pareja que mostrar y no quería que su abuelo se enfermara más, además era terriblemente estricto.

Con todo y su preocupación siguió a Olivia viendo cuando recoge a su pequeña de la guardería, era un lugar poco agradable para cuidar niños, pero entendía que su situación no le daba para más y se le ocurrió una idea descabellada.

Llego el martes, no había planeado nada todavía y estaba desesperado hasta que tomo la iniciativa en medio de su crisis, justamente ella entró a su oficina.

— OLIVIA — grito él.

— Señor — ella se asusta.

— Necesito que me ayudes — él la sujeta de ambas manos y la mira como si pidiera auxilio, a punto de un colapso.

— ¿Cómo lo ayudo? — pregunta extrañada por su actitud.

Robert no sabía cómo decirle que necesitaba una familia falsa, la haría enojar con algo como eso. Sus padres y abuelos llegan a la oficina.

— Mi muchacho — saluda Pedro queriendo dar un abrazo a su hijo.

— Mi nieto querido — Orlando se le acerca con una enorme sonrisa.

— ¡Eh! Hola — Saluda Robert, quebrantando la voz.

Su familia lo saluda con cariño hasta que hacen la gran pregunta.

—¿Quién es ella? — pregunta Sonia, su mamá.

— Ella … Es … Es mi esposa — Robert no sabía que más decir.

Olivia lo mira sorprendida por lo que dijo, estaba confundida

— ¡Eh!, yo … — es interrumpida en medio de su confusión.

El abuelo la mira con desprecio, como una mujer desarreglada, poco agraciada, era la esposa de su nieto, por otro lado, sus padres estaban confundidos al escuchar esa noticia, esa mujer no era Sofía.

— ¿Dejaste a Sofía por esta mujer? — la pregunta es incómoda para Robert e hizo sentir mal a Olivia.

— Papá no seas grosero — responde Sonia.

— Cariño, no seas así — responde la abuela Lucia.

Esas palabras hacen enfadar y sentir incómodo a Robert, se esforzaba para complacer a su amado abuelo para que se comporte de una manera despreciable, pero podía más su temor de que le pasara algo por la decepción. Mientras tanto, Olivia trato de refutar, sin embargo, la mirada fulminante de Robert fue más intimidante y la aprieta de la mano.

— Si abuelo, es mi esposa y tenemos una hija — sus palabras caen como balde de agua fría para todos y el abuelo se desmaya.

— ¿Tengo una nieta?, ¿Por qué no nos dijiste? — Pedro espeso con seriedad.

— Soy abuela, quiero verla — Sonia, mostró rostro de felicidad ante la noticia.

— Sí, les presento a mi esposa Olivia y tenemos una bebé hermosa — Olivia lo mira con rabia porque está usando a su hija en su mentira, Robert le pide auxilio con la mirada.

— Mucho gusto, un placer en conocerlos. Robert me hablo mucho de ustedes — dijo ella con una sonrisa amarga.

— No me hables sinvergüenza, solo vez a mi nieto como un fajo de billetes y esa bastarda ni será suya — dice el abuelo furioso y ella se queda en blanco por su actitud.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.