— Olivia, Olivia… Escúchame, por favor.
— Señor Robert … — Decidió respirar para no gritar por la ira que tiene, ya que pensaba en su trabajo.
— Por favor, perdóname, no tuve que otra opción, de verdad — trata de tomar sus manos y ella no lo permite.
— Señor, después hablamos.
— No, Olivia.
Ella siguió su camino hasta abordar un taxi para recoger a su hija, tarde y la guardería ya iba a cerrar, mientras Robert la seguía.
Al llegar a la guardería, Charlot estaba llorando con histeria y descontrolado, por lo que Olivia la cargó con rapidez para calmarla; estaba tan cerca, podía escuchar cómo aquella madre intentaba calmar el llanto de su bebe que no la vio en todo el día.
— Ya, mi amor, estoy aquí, mami, está contigo — la bebé se calma.
Robert la llama, pero ella ignora su teléfono. Recibe una llamada de Thomas.
— Padre de familia, ¿cómo te fue? Jajajajajaj
— Es una locura, Thom
— ¡Ay! Mi amigo, solito te metiste en problemas.
— Déjame tranquilo.
Robert no evitó sonreír ante esa escena que le parecía tierna, cómo sostenía a ese ser tan pequeño y cómo su mirada expresaba el amor que ella sentía. Además, la reacción de Charlot, al ver a su madre, le causó una sensación bonita en su pecho y piensa — “Eres un imbécil, ahora tienes una familia forzada y te aprovechas de una madre soltera que le ha tocado sufrir”.
— Te lo dije, ¿de veras fingirás tener una familia? ¿Qué porquería eres, pobre mujer?
—Estoy desesperado, me preocupa la salud del abuelo.
— Piénsalo, esa mujer ha sufrido y ahora involucras a un bebé.
—¡Ah, amigo! Ya no hay vuelta atrás, me niego a aceptar esto, pero debo apoyarte.
— Tu hermana se dará cuenta y lo sabes.
— No lo hará, ya veré qué hago al final.
Terminan la conversación y él las sigue sin que se dé cuenta ella, mientras está en otra llamada.
Al día siguiente día, Olivia estaba en la oficina de su jefe para la documentación pendiente y notaba que estaba algo distante. Le parecía que era un descarado por usar a su hija en su engaño.
— Estos son los documentos pendientes por firmar, por favor, los revisa — ella está cortante y seria.
— Olivia.
Ella se queda con la perilla de la puerta en su mano.
— Mañana tenemos la reunión con mi familia y necesito de tu ayuda — mira como si pidiera auxilio otra vez.
— Ya le dije, no.
— Mire, haremos un acuerdo y aquí está para que revises. ¿Cuáles son tus condiciones?
— SE… SEÑOR ROBERT, no ayudare para eso y … Mi hija no es su escudo — dice enoja y nerviosa a la vez.
— Te pagaré muy bien.
— ¿Qué?
Olivia mira confundida, sentía que su dignidad y de su hija habían sido pisoteada, aunque tener un dinero extra no le caería mal para terminar de comprar las cosas para su hija.
— Te quedaste muda — Robert dice molesto y desesperado—, sabía que ella tenía la razón.
— Le dije que no.
— Entonces está despedida, gracias por tus servicios — Olivia sintió que un balde de agua fría cayó sobre ella, salió de un jefe terrible y se encontró con otro peor.
Sus lágrimas empezaron a caer sin control, al pensar que volvería a lo mismo y apenas estaba acomodando su situación económica y de vivienda. Se cuestionaba por qué su vida tan miserable.