Después de unas horas, Charlot se quedó dormida en su cuarto, los abuelos y los papas de Robert. Los demás estaban en el jardín, al lado de la piscina, ya borrachos.
— Cuñada — grita Erika.
— Si cuñadita, bebe esto — Jhon insiste.
— No, saben que no puedo beber licor — se niega porque sabe que está lactando.
Aprovechan que Robert se va al baño y la obligan a beber. Él se queda dormido sobre el sofá de la sala durante 40 minutos y se despierta recordando que Olivia está con ellos y puede hablar de su mentira en cualquier momento.
—Olivia — Robert ve que ella está borracha y recuerda cuando le menciono que era mala con el licor.
La ira de Robert se desata de modo incontrolable.
— Eres una idiota, estás lactando, ¿tienes idea cuantos días debes esperar para alimentar a tu bebé? — está tan furioso que la zarandea con furia.
— ¡Ay! Cuñado, deja de molestar
Robert ordena a los empleados que limpien todo y se lleva a Olivia para la habitación, pero sus hermanos no permiten que se recoja todo.
— Déjame, que … Qué amargado eres — se cae sobre la alfombra de la habitación.
— ¿Qué te dije?, al menos recuerda lo que te dije — la ayuda a levantarse.
— Déjame en paz, imbécil — Olivia se levanta tratando de no caerse nuevamente.
— Fue suficiente
Olivia es arrastrada hacia la ducha y es mojada para ver si ya reacciona de su borrachera, pero grito debido a lo fría que estaba.
— Robert, idiota ¿Qué haces? — ella le grita y del forcejeo que hacen, ambos caen al suelo en la ducha.
— OLIVIA
Salen de la ducha, ella tenía la ropa tan pegada al cuerpo que permitía ver como sobresalían sus pensiones y su silueta, Robert quedo impactado al ver lo hermosa que era.
— ¿Qué miras? — ella está enojada en medio de su embriaguez.
— Nada, mejor cámbiate — Robert desvía su mirada, pero su lado lujurioso se despertó de manera feroz.
Olivia usó una camisa de Robert como pijama sin panti debajo, así que se acostó en la cama. Él no se percató de ello hasta que se giró y detallo como su trasero estaba descubierto haciendo que su mente imaginara cosas.
— Esta mujer — se acerca para cubrirla con la sabana, pero Olivia se gira y lo hala del brazo.
— ¿Qué haces mirándome el trasero? — ella estaba ebria, sin embargo, no estaba tan perdida como él creía.
— Suficiente — Robert trata de soltarse.
— No muerdo muy duro — se arrodilla frente a él sobre la orilla de la cama y acomodo la camisa de tal modo que se veía la forma de sus nalgas, haciendo que los ojos de Robert no se quitaran de encima.
“Un beso robado debe ser un arte y saber cómo darlo sería la técnica”- Olivia recordó la frase de un libro erótico que leyó hace en tiempo.
— Estás borracha, ya duerme – Robert lucha contra sus instintos, deseaba besarla y poder tocar su trasero.
Olivia deseaba hacerlo otra vez, sus ganas eran cada vez más fuertes así que no podía controlarlo.