La llegada a Los Angeles, California, para mi no ha sido fácil, desde la muerte de papá, he cambiado todo de mi: Mi forma de ser... Hasta he cambiado de opinión sobre que carrera estudiar.
Mañana es mi primer día de clases aquí, y no me siento preparado para ir.
—¿En que piensas? —Preguntó mi hermano un poco desconcertado. Siempre ha estado ahí para mí y luego de lo de papá , se ha preocupado aún más por mi.
—En el día de mañana... No siento que estoy preparado para ir al colegio, estoy muy mal... Lo sabes.... Y sabes porqué. —Siempre estaba con papá, era el único que pasaba más tiempo con él, luego de eso, me siento desconectado, siento que todo dentro de mí se derrumbó... Como si mi vida hubiera terminado.
—Lo sé, se que estas mal, yo igual... Pero no puedes quedarte aquí en casa y no estudiar todo el tiempo que estés mal. No puedes hacer nada, ocurrió, murió, nos mudamos, y aquí estamos, a sólo un día de regresar al colegio... Tampoco estoy preparado, pero tengo que ir. Por nuestro futuro, tenemos que ir —Hablaba en voz ahogada. Sabía que todo regresó a su mente —Bueno, tengo que bajar a ayudar a mamá a terminar de ordenar las cosas, te quiero. —Me dió un beso en la frente y me dio un fuerte abrazo.
Luego que salió del cuarto, me recosté en la cama mirando a la nada del techo blanco. Sabía que él estaba mal, pero no más que yo. A cada minuto que corre, me acuerdo de todo y me siento aún peor. Todos sabemos que "Con el tiempo siempre se olvida todo", pero la muerte de papá, no sera nada fácil olvidarlo... Me conozco.
Bajé a la cocina para entretenerme en algo más y tratar de olvidarlo por lo menos unas horas. Mi mamá estaba terminando de cocinar, mientras mi hermano estaba arreglando la mesa. Me sonrió al verme, sabía que baje para olvidarlo, para pensar en otras cosas y no pensar en eso.
—¿Como estás? —Me preguntó mi mamá, con una sonrisa sin felicidad. También sabía que lo de papá, no iba a ser nada fácil para mí.
—Más o menos, se me hace muy difícil no pensar en eso, y cuando lo pienso, me hace aún más mal de lo que estoy —Le dije mientras me sentaba en una de las sillas de la mesa.
—Lo sé, para mi tampoco es nada fácil, lo amaba muchísimo, y ustedes Nos señaló a mi hermano y a mí-Eran testigos de todo el amor que nos teníamos ambos —Sonrió al ver que mi hermano y yo nos acordabamos de todos los momentos más hermosos que tuvieron nuestros padres. Eran muy felices sin darse cuenta.
Comimos, jugamos UNO, reímos, vimos una película e hicimos de todo, esos momentos hacían que lo olvidara todo, a que me relajará, y estar más en el presente. No me había divertido tanto luego de la muerte de papá.
Subí a mi cuarto un poco cansado, eran las 11:00 de la noche. Me acosté en mi cama y perdí la vista en la ventana, sentía mis párpados cansados. Luego de unos minutos me dormí sin darme cuenta.
Abrí mis ojos al escuchar la puerta abrir. Era mi mamá. Sonrió al ver que desperté.
—Buenos días, es hora de levantarse a desayunar para ir al colegio —Al escuchar "Colegio" me arrope con mi manta hasta la cabeza —Vamos, tienes que ir, no puedes quedarte aquí- Ella sabía que no quería ir.
No tuve de otra que levantarme a desayunar. Comímos los tres juntos. Al ver que una silla estaba vacía me acordé de todo. Lloré como jamás lo había hecho, cada vez que me acordaba de eso, sentía que mi vida se pausaba, como si terminara, no estaba bien, ya habían pasado tres meses de eso, y aún me sentía muy mal. Mi hermano me abrazo al escucharme llorar. Definitivamente no estaba bien... Nada bien.
Al salir de casa mi hermano agarró la bicicleta de cada uno, para ir juntos a la escuela. Sonrió al verme hacerlo. Sabía que a él le gustaba que estuviera feliz... Que estuviera bien.
Al llegar al colegio, vi a un chico de pelo largo, le llegaba hasta los hombros, lo tenía color castaño. Tocaba la guitarra mientras cantaba una canción, muchas chicas estaban al frente de él dándole mucha atención. La canción no la conocía, pero me gustó.
Al sonar el timbre, camine hacia dentro del instituto.
—Cuídate —Me dijo mi hermano mientras me daba un fuerte abrazo —si ocurre algo me llamas, ¿Si?.
—Esta bien, lo haré. Cuídate también.
Mientras caminaba, mis ojos veían todo alrededor, paredes de color blanco, bancas, cosas normales. Por estar mirando alrededor y no el frente, tropecé con una persona, al alzar mi mirada, me di cuenta de que era un chico, un poco más alto que yo, de ojos verdes, cabello rubio y tenía un piercing en la nariz. Era muy lindo, pero parecía de esos chicos de los cuales, solo los miras y te meten un puñetazo.
—Ah, disculpa —Dije, el chico solo mantenía su mirada en mi, serio. Y de un momento a otro sonríe. «Este tipo es raro» Pienso.
—No te preocupes —Asiento. Silencio, y el momento se pone incómodo, hasta que por fin lo rompe. —. Eres el nuevo ¿Cierto? —Y nuevamente asiento. —. Me llamo Karl, Karl Walker. Un gusto. —Estira su mano hacia mi, para tomarsela.
—Abel Baker, el gusto es mío. —Le devuelvo el gesto, estirando mi mano para tomarlo de la mano, y luego soltarlo.
—Ven, te enseñare dónde queda el salón. —Caminó en el pasillo, yo iba detrás.
—Aquí está nuestro salón. —Cuando miré hacia el salón. Lo ví.
El chico de la guitarra estaba recostado en la puerta, estaba hablando con una chica. No entendía lo que hablaban, lo único que entendi era sobre «Una nueva canción», no le di importancia. Entre al salón y me senté.
Cuando el profesor entro al salón, saludo al chico extendiéndo la mano. Como si lo conociera hace mucho. Había dicho su nombre, pero no oí ya que no le di la mínima atención. El profesor pasó lista, escuché su nombre, era: Conan Lee Gray, levantó la mano al escucharlo. Todos voltearon a mirarlo, él, no hizo nada al respecto, parecía estar ya acostumbrado a que muchas personas lo vieran. Incluso, en toda la clase, la mayoría de las chicas no le prestaban mucha atención al profesor, solo miraban al tal Conan. Parecia el típico chico popular del colegio; para mi lo era, no sabía en realidad quien era él.
Al terminar la clase, fui directo a la cafetería, estaba más o menos vacía, un poco de silencio no me haría mal. Me senté en una mesa, solo. Iba a sacar la laptop de mi mochila, cuando ví a un chico un poco mas bajo que yo. Al ver su pantalón, supe quién era. Entorne los ojos al saber que era él, no me caia nada bien al pensar que "era el popular", no le di importancia. Abrí mi laptop para empezar a hacer las tareas que había dejado el profesor de matemáticas. Al ver que no se iba le hable.
—¿Que quieres? —lo cuestione cuando voltee para verlo.
—¿Un hola por lo menos? —Enarco una ceja. —En fin, ¿Como estás? ¿Que tal? ¿Todo bien? —Arrugue la frente al escucharlo preguntarme todo eso. Se me hacía raro. Luego de unos segundos de silencio, le conteste.
—Estoy bien, y todo está bien. ¿Y tú? —Voltee para seguir con las tareas, Conan se sentó en una silla al lado mío. No gire la vista, seguí con la vista a la laptop, aunque me sentía un poco incómodo, pero no tenía la mínima idea del porqué.
—Estoy bien —Pasaron unos minutos de silencio, me parecieron eternos, hasta que al fin volvió a hablar —Me he dado cuenta de que te caigo mal... ¿No es así? —Me congelé. No sabía que decir, tenía miedo de que si le decía que si, me dejara de hablar y le diga a los demás que no me hablen, no quería estar aquí solo, sin amigos. Solo tengo a mi hermano.
—¿Hm?... Sí —Silencio. Me sentía aún más incómodo.
—¿Y... Por qué? —Me cuestionó. No quería decirle, no se porque, pero no quería. No tenía de otra que decirle, no le iba a mentir.
—Porque pareces de esos chicos populares de las escuelas, y siempre son como que se creen la gran cosa, y pues eso. —Le dije con voz temblorosa, estaba nervioso, temblaba.
—Entiendo. Los nuevos siempre creen lo mismo, pero no creas que soy así. Con el tiempo, te darás cuenta de que no soy lo que crees, soy muy cool, luego te caeré bien, lo verás. —Sonrio, lo dijo con firmeza, luego de eso, pude tranquilizarme.
—Eso espero... Y bien, ¿Querías algo? —Le pregunté otra vez, no me quedaría sin saber que era lo que quería.
—Tu amistad, siento que eres muy buena persona. Pues aunque yo "Te caiga mal", a mi tú me caes bien, se que eres de esas personas geniales. —Asentí. Si lo era, pero desde que papá murió, he cambiado —Y bueno, ¿Aceptas darme de tu amistad? —Silencio otra vez. No sabía que responderle, al final, me decidí en decirle que si. Asentí nuevamente. —¡Bien! Seremos buenos amigos —Se paró y se fue. Me sentía bien, aunque aún estaba un poco nervioso, estaba bien.
Al terminar la mañana de clases, me encontré con mi hermano y fuimos juntos a la casa. Estaba cansado, necesitaba mi cama. Llegamos a casa, le di un beso a mi mamá y subí a mi recámara. Me di un baño, y me vesti. Me acosté en la cama y solo pensé en "Conan", tenia muchas dudas.
¿En serio quería mi amistad? ¿Quiere ser mi amigo en serio? ¿Quiere hacerme pasar pena en frente de toda la escuela? O aún peor ¿Me querrá lastimar?. No tengo idea, muchas preguntas surgieron... Y las respuestas, no las tenía, necesitaba que pasará más tiempo para encontrar las respuestas a todas esas preguntas. Lo cierto es que, estaba nervioso, de que si quisiera lastimarme. No quiero sufrir más de lo que ya lo estoy. Solo espero que si quiera ser mi amigo en serio.