Olvida El Pasado [editando]

3. La salida

 

Salí en la bicicleta. En camino solo iba pensando en que podríamos hacer; ¿Jugar en los juegos básicos de parque? Probablemente no, no somos niños. Pero si me gustaría hacerlo. Recordé los momentos en el que salía con papá, me divertía, era felíz a su lado, papá me hacía sentir bien. Pero ahora que él no está, ya no se si salir o quedarme en casa, hoy preferí hacerlo, para sentir lo que es salir, divertirse, y ser feliz nuevamente. No sabía si en salir con Conan sentiría todo eso o estar nervioso e incómodo. Solo no queria que me ocurriera eso.
Llegué al parque y lo primero que hice fue buscar a Conan, por más que miraba al alrededor no lo encontraba. Los nervios empezaron a atacar, los miedos también; tenía miedo de que me ocurriera algo, de que Conan solo quiso que yo saliera para hacerme daño. Seguí buscando, aún no lo encontraba. Agarré mi celular para preguntarle en dónde estaba. Le llegaban los mensajes, pero no los contestaba. Si supiera dónde vive los buscaría, pero lastimosamente no se en donde vive.
—Abel! —Voltee al escuchar mi nombre. Era Conan. —¿Que te ocurre? ¿Estas bien? —Me preguntó mientras me agarraba los dos brazos. No, no estaba bien, estaba temblando, no conozco ese lugar, tenía miedo de que me ocurriera algo. No pude contestarle, no podía hablar, mi respiración estaba agitada. —¿Por que tiemblas Abel? ¡Dímelo! —Queria decirle, pero no podía, mi voz no salía.
—Tenia miedo— Enarco una ceja, estaba confundido, lo sabía.
—¿Por qué? —Me preguntó mientras me llevaba a una banca que estaba cerca de nosotros.
—Recuerda que soy nuevo aquí, no conozco estos lugares, y no he salido de casa solo después de la muerte de mi papá. Me da miedo de que me ocurra algo aquí. Además, no te encontraba. —Conan me dió un abrazo al escucharme, pude tranquilizarme. Conan a veces hacia a que me tranquilizara.
—Comprendo, pero, no te ocurrirá nada, estás en Los Angeles, aquí casi no ocurre nada. Y cuando no me encuentres y me estes buscando, llamame si no contesto los mensajes, ¿Si? —Asentí. Con Conan al lado mío, me sentía un poco más seguro, en ese momento, los nervios estaban muy poco, los miedos se habian ido, y la incomodidad, no la tenía. Me sentía bien en ese instante. —Ven, vayamos a una cafetería que está aqui cerca —Al llegar a la cafetería, Conan me dijo que me sentará em cualquier Mesa, mientras él pedía agua. Cuando le dieron la botella con agua, se sentó al frente de mí. —¿Ya estás mejor? —Asentí al terminar de tomar el agua. Si me sentía mejor. —¿Quieres ir al parque aún o quieres ir a casa? —Quería ir a casa, pero también queria ir al parque.
—Vayamos al parque —Sonreí, él, me devolvió el gesto y asintió. Quería tomar aire, estár aún mas tranquilo. Fuimos de regreso al parque, al llegar, nos sentamos en la misma banca que la de hace un momento.
—No pensé que me ocurriría esto, acepte salir porque quería volver a salir, a estar tranquilo y divertirme. No para que me ocurriera esto. Me siento como un niño asustado, y tengo 17 años. —Conan me escuchaba con mucha atención.
—Entiendo. Pero no te preocupes, si te vuelve a ocurrir algo así, me llamas, o tal vez a tu hermano, no estás solo, recuerda. —Asentí, era muy raro que él se preocupara tanto por mí, que llegaría a decirme que lo llamara cuando me ocurria algo así. —Y bien, ¿Que haremos?, Tratemos de olvidar esto ¿No? —Asentí nuevamente, quería olvidarlo, y esta vez, si divertirme y estar feliz.
—¿Tienes alguna bicicleta? —Le pregunté, pensé en que podríamos andar en bicicleta, y que el me llevará a conocer lugares cerca de aquí. Le dije lo que pensé. Sonrió, estaba feliz por hacerme conocer esos lugares.
—Sí, vine en ella. Vamos. —Estaba feliz, lo sentía.
El viento que corría sobando mi cara, hacia que me tranquilizara aún más, sentir el viento correr por mi, me hacía bien. Estar al lado de Conan también me hacía bien, cada segundo que pasaba al lado de él, me daba cuenta que no era como lo pensaba, me daba cuenta que era un buen chico, una buena persona. Pasamos por un río, nos empujabamos, haciendo que casi nos cayeramos en el agua, reímos. Hicimos de todo lo que podíamos hacer. Después de ver muchos lugares hermosos, de último me llevo a un campo. Era aún mas hermoso. El sonido de los árboles moverse, las hojas cayendo, el sonido de los pájaros, hacían que sintiera que estaba flotando, me sentía bien, cada vez más, me sentía como jamas me había sentido luego de la muerte de papá. Conan solo me observaba, feliz, sonriendo. 
—Sabía que esto te iba a gustar más que lo demás, por eso, lo deje de último —Definitivamente me gustó más que lo demás, siempre había querido estar en un lugar así, solo con el sonido de la naturaleza. Y estando con Conan, raramente me gustaba aún más estar ahí.
—Sí, me gusta estar aquí, quisiera no irme de aqui nunca. Pero lastimosamente no puede ocurrir-Aunque no quería irme de ahí, me sentía bien.
—Sabes, yo tengo una casa de campo, algún día te podría llevar, y nos quedamos unos días allá. ¿Te parece bien? —¡Claro que me parecía bien! Era lo que más deseaba en mi vida, esos lugares hacían que mi vida lo olvidará todo y solo se concentrará en ese ambiente.
—¡Si! Me parece super. Me encantan estos lugares así. -Asintió, él sentía mi felicidad, a él le gustaba verme feliz, no sabía por que, pero le gustaba, se veía en él.


Al salir de ahí, sentía que mi vida había Sido la mas feliz en el mundo, mi vida se sentía mucho mejor. Cada vez que Conan me miraba, sonreía, parecía estar muy feliz de que yo lo estuviera. Conan me acompaño hasta mi casa, me despedí, cuando iba a entrar, mi hermano abrió la puerta, le dijo a Conan que no se fuera, que si se quería quedar a cenar. Conan solo asintió. Mi hermano me abrazo y me preguntó que como me había ido, le conté todo, literalmente todo. El estaba feliz también de que yo lo estuviera. Salude a mi mamá y subí a mi recámara. Me di un baño y me vesti. 
Al bajar, todos ya estaban sentados en la mesa, me estaban esperando. Comimos, jugamos, reímos y nuevamente era felíz, me gustaba estar con todos y Conan estando ahí mucho más. Conan al irse, se despidió de mi mamá y de mi hermano, yo lo acompañe hasta la puerta.
—Me gustó el día de hoy, me sentí diferente y feliz al haber salido a tu lado, también cuando estaba con tu mamá y tu hermano. —Sonreí, él, también.
—Lo sé, te veía y sentía la felicidad que tenías. Yo también me sentí diferente. —Silencio. —Por cierto, puedes venir cuando quieras —Asintió feliz.
Cerre la puerta, y subí a mi recámara, me sentía bien, feliz, diferente. Me acosté en la cama y perdí mi vista en el techo. Y solo pensé en todo el día. Me di cuenta de que, Conan hacia que mi vida cambiará, que mi vida estuviera mucho mejor, hacia que me sintiera bien. Con Conan a mi lado, lo olvidaba todo, todo de mi vida, que olvidará hasta el día anterior. Sabia que este día, jamás lo íbamos a olvidar. 
Al seguir pensando en todo eso, volvieron las dudas del día anterior; ¿Lo que Conan hace a que sienta cuando estoy con él... Es por que me gusta? Dudas iguales aparecían en mi mente, al mismo tiempo, aparecían imágenes de él, viéndolo sonreír, viéndolo con el cabello moverse por el viento. Hacían que sonriera cada vez que aparecían esas imágenes. Conan prácticamente, estaba cambiando mi vida. Después de tanto pensar, mi mente estaba cansada, mi cuerpo igual. Después de unos minutos, logré dormir.



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En el texto hay: romance, amor, amor lgbt

Editado: 08.09.2022

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