Olvidándome del lobo

7

Clara, Barbie y yo llevábamos caminando un buen rato, este bosque tenía algunos pantanos, había notado eso. Las nubes grises se hacían más notorias y habíamos presenciado uno que otro relámpago. No sacaba la mirada retadora de Connor de mi cabeza, era tan oscura y llena de secretos. Clark también dijo que el mentía, que también guardaba secretos pero ¿en que mintió? ¿Cual será su secreto? Si tan solo supiera que no lo engañé porque quise...

—Esto es inútil —bramó Clara—. Es obvio que no la vamos a encontrar.

—Entonces quizás le pasó algo malo —planteó Barbie, deteniéndose—. Tengo un mal presentimiento, chicas —nos miró, llevándose una mano al pecho.

Miré a Clara, quien también me miró, yo se que ella sabe algo.

—¿Habían pasado cosas así antes? —quise saber, mirando a Barbie.

Asintió.

—Si, se han dado casos de gente muerta en el bosque —respondió—. Gente desaparecida.

Yo sabía que eran lobos los que asesinaban personas. Un escalofrío me recorrió el cuerpo a la hora que una ventisca fría me golpeó la piel. Tiempo después una llovizna empezó a caer, empapándonos.

—Tenemos que volver —dijo Clara, intentando caminar devuelta pero la voz de Barbie la interrumpió:


 

—¡No! Pam quizás no tenga mucho tiempo, estamos cerca del lago quizás la encontremos allí, quizás esta allí con un chico —se exalto. Estaba un poco nerviosa.

—¿Y su celular que? ¿Lo dejó tirado así como así ? —me atreví a preguntar.

Dudo un poco, intentando encontrar una buena respuesta, que sea convincente.

—Quizás lo perdió —dijo por último.

—Debemos volver, no es seguro estar aquí. Y más cuando llueve —Clara nos dio una mirada suplicante a ambas.

—¿Porqué no? ¿Hay algo de lo que tengamos que cuidarnos? —me cruce de brazos. Mi ropa se empezaba a pegar a mi cuerpo y mi cabello ya estaba completamente mojado. De suerte que no me puse delineador porque sino en este momento estuviera todo corrido.

—Jade, por favor —rogó.

Miré a Barbie, quien también me miraba queriendo una respuesta, pero era Pamela la que estaba perdida, apenas y la conocía de una hora atrás, sin embargo era un ser humano, estaba quizás perdida en el bosque, asustada por haber visto los lobos.

—Vamos a llegar hasta el lago —impuse, mirándolas a ambas. Clara resopló, negando con la cabeza, mientras que Barbie suspiraba aliviada. —Vamos, Clara, te aseguro de que nada malo pasará.

Esta me miró por unos cuantos segundos para después empezar a caminar hacia adelante por su cuenta, nosotras la seguimos. Se estaba empezando a hacer barro la tierra, mis zapatos se hundían en el, los truenos resonaban en el cielo, mientras que relámpagos nos iluminaban. Empezaba a tener frío, empezaba a salir ese humo de nuestra boca. Creo que nos dará un buen resfriado


 

después de esto, y si Pamela esta bien y resulta que solo se fue por allí con un chico va a tener que pagarme los medicamentos y comprarme cosas ricas para comer mientras esté postrada en una cama.

—¿Falta mucho? —cuestioné, abrazándome a mí misma.

—Solo unos metros más adelante —respondió Clara—. Pero si quieres nos podemos devolver — me dió una mirada rápida, sonriendo un poco.

—Clara... —sentenció su amiga.

—Está bien, no he dicho nada —elevó las manos en forma de paz.

Al llegar a una zona plana en donde parecía estar un poco despejada de árboles sentí algo, como si algo o alguien nos venía siguiendo. Volteé a ver detrás de mí para asegurarme, pero no había nada. Empecé a caminar un poco más rápido hasta alcanzar a las chicas, pero un ruido a nuestra izquierda nos hizo quedarnos quietas, mirándonos entre sí.

—¿Que ha sido eso? —susurró Barbie, gotas de lluvia cayéndose de su barbilla.

—Les he dicho que es peligroso estar aquí —respondió Clara en el mismo tono de voz.

Miré a ambos lados, esperando ver a un animal o algo así, o por último un hombre con una motosierra que nos viene a matar. Okay, muchas películas, tengo que dejar de verlas.

—Solo sigamos caminando —las apure, pero en el momento en que íbamos a dar otro pasó escuchamos un aullido a lo lejos. Nos quedamos de piedra.

—E-es un l-lobo—tartamudeó Barbie.


 

—Está lejos así que solo caminen —intente hacer que avanzaran pero ellas se habían quedado paralizadas mirando detrás de mi.

—Oh por Dios —exclamó Barbie en un susurro, pasmada.

Había algo detrás de mi eso era obvio, ellas no quitaban la vista de sea lo que sea que haya allí. Sintiendo mis manos temblorosas decidí voltearme lo más lento posible, quedando frente a frente con la bestia. Abrí los ojos del asombro, pude sentir como mis pupilas se dilataban al presenciar semejante cosa.

Era enorme.

Tenía a un enorme lobo negro frente a nosotras, a solo centímetros de mi. Era incluso más alto que nosotras, nos mostraba sus colmillos, llenos de sangre. Tragué grueso. Era el fin, era obvio. La lluvia empapándonos, el lodo en nuestros pies y la muerte frente a nosotras.

El lobos nos miraba saboreándose la lengua, nos miraba con una chispa de diversión en sus oscuros y atemorizantes ojos. En definitiva no era el lobo que me había encontrado días antes en el laberinto. Este se miraba más sanguinario.

El lobo dio un paso hacia nosotras.

—Por favor, no —suplique a lo bajo. Sentía mi corazón latir a mil por hora. Estaba aterrada. Mis lagrimas estaban a punto de salir, lo sabía.

El lobo gruñó, haciendo que se nos escapara un pequeño grito ahogado, Barbie y Clara se pusieron detrás mío, sosteniéndose de mis brazos. Claro, ponerme de escudo a mí es una genial idea, ¿no?


 

—Tenemos que hacer algo —susurró Clara.

El lobo hace un gesto con su pata delantera, escarbando un poco el lodo, o solo preparándose para atacar.

—Hay que correr —opinó Barbie—. Vamos, hay que buscar algo para defendernos. Si hubiera querido matarnos ya lo habría hecho.




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