Olvidándome del lobo

14

—No, ¿que estás haciendo? —pregunto a Connor al verlo subirse a su moto sin casco, está ebrio y enojado conmigo.

Este se voltea y me mira.

—No me hables, Kenzie, no me habless—repite mientras la enciende.

—Connor, por favor, no fue mi intención vender a nuestro hijo. Necesitamos obtener dinero —le digo. Nuestro hijo era un pollito.

—¡Se lo vendiste a los de Pollos Blancos, Kenzie! —reprocha.

—Pensé que lo querían para dárselo a la mamá gallina. Me dijeron que había perdido a su hijo y había quedado como en trauma. Por eso acepte dárselos. Fue por una buena causa.

Me mira y niega con la cabeza.

—Lo mataste —me dice—. Mataste a nuestro hijo. Y se va.

—¡Connor, vuelve! —grito—. ¡Vuelveeeee! —Kenzie —siento un zarandeo.


 

—Connor, vuelve. Recuperaré a pollito. Vuelve.

—¡Kenzieee!

Abrí los ojos de inmediato y evalúo todo a mi alrededor.

—¿Que? ¿En donde está pollito? —solté sin pensar. Pero me sorprende más ver a Carolina aquí, en mi casa, mirándome con cara de ¿Wtf?

—¿Pollito? —inquiere.

—Estaba soñando, ¿qué haces aquí? —quise saber. Y me doy cuanta de que me quedé dormida en el sofá, tengo baba en la barbilla y la camisa manchada de helado.

—Yo también me alegro de verte, Kenzie, y no me abraces tan fuerte que me vas a asfixiar —dice sarcastica. Le sonrío en forma de burla.

—Está bien, me da gusto verte... —pienso ¿como entró?— ¿como entraste? —recrimino.

—Deberías aprender a cerrar con llave —se levanta, porque estaba arrodillada, y ve mi casa. Asiente un poco para después poner su atención a mi. —Vine a pasar el día de hoy y mañana, Kayler y yo nos volvemos mañana en la noche —dice.

Y me alegra un poco, me alegra saber que Carolina estará conmigo por el resto del día de hoy. Quizás me anime un poco con sus locuras, porque sé que hará algo loco. Me dejo caer otra vez en el sofá pero antes hago una mueca de dolor y llevo mi mano a la nuca.

—Auch... mi nuca —me quejo sentándome.


 

Carolina se sienta en la mesita frente a mi.

—Kayler está abajo, antes de ir donde Connor quise pasar por aquí —explica. Siento algo cuando menciona a Connor.

—Pues está aquí a la par mía —explico poniéndome de pie y caminando a la cocina.

—Lo se, Kayler subirá y irá donde el, luego voy yo. Antes tenemos que hablar muchas cosas —la escucho venir detrás de mi. Le doy una mirada interrogante.

—¿Como cuáles? —abro la nevera, saco el botellón de agua y me lo empino. Si que tenía sed.

—Ah, ahorita no, solo quiero saber como has estado, ¿como es la preparatoria? ¿Ya tienes amigas? —cuestiona.

Siento un poco de agua correr por mi barbilla. Vuelvo a meter la botella a la nevera y limpio con mi camisa mi barbilla. Carolina está cruzada de brazos observándome atenta, lleva un abrigo negro que le llega hasta las rodillas, pareciera un vestido, unas mallas negras y unos botines de tacón en negros. Se mira genial. Su cabello rubio está amarrado en una coleta baja y floja. Vuelvo a decir: se mira genial.

—He estado bien, la preparatoria es más o menos y si, solo tengo una amiga... bueno, creo que dos —dudé, no sé si considerar a Barbara una amiga o ¿debería decir que si?—. Tenía tres pero esa es otra historia.

—Entiendo, me gustaría conocer el lugar —dice sonriendo. Achico los ojos en su dirección.


 

—¿Segura? —le pregunto. Asiente— ¿a la manera de Ja... Kenzie Coleman? —me reitero rascando mi nuca.

—Sip, no creo que sea peor que a la manera de Carolina Lane —sonríe.

Asiento, pensando en que extrañaba mucho a esta chica.

—¡Mi Caro! —exclamo mientras abro mis brazos y la rodeó en un abrazo de oso—. Te extrañé.

—¡Mi Kenzie! —devuelve ella abrazándome de la misma manera. —Bueno, báñate y vístete para que nos vayamos —sugiere al separarnos.

—Si, señora —hago un gesto militar, salgo disparada a la habitación, pero antes me giro donde ella—. Si quieres ve una película o algo mientras vuelvo —le digo.

—Si, ve —asiente.

Me meto al baño a la velocidad de un rayo, dejo que el agua helada recorra mi cuerpo, lavo mi cabello, enjabono mi cuerpo, para de último enjuagarme. Al salir busco mi ropa, pongo mis bragas, el brasier, como el día está soleado busco un pantalón talla alta en azulón, una camisa corta en rosa y unos zapatos converse en blancos. Seco mi cabello, dejándolo suelto para después buscar mis lentes de sol en negros. Estoy lista.

—¡Estoy lista! —anuncio. La escucho venir.

—No es Justo, hace calor y yo vine abrigada. Pensé que aquí también haría frío —se queja, haciendo puchero. Me rió.

—Si quieres te puedo prestar algo —sugiero. Esa idea parece gustarle.


 

—Perfecto.

Empezamos a buscar ropa, se prueba una y otra y ninguna la convence, hasta que por fin encuentra una. Se puso unos shorts cortos, muy cortos, una camisa blanca corta también dejando ver su ombligo, se decidió por unos converse celestes y al final soltó su cabello, poniéndose los lentes de sol oscuros. Estábamos listas.

—No sabes cómo extrañaba vestir así —dice suspirando.

—Lo imagino. Llamaré a una amiga para que nos acompañe, quizás sepa mejores cosas que yo. Aún no conozco bien el barrio —admití, tecleando un mensaje a Clara.

Jade: Necesito que vengas a mi depa ahorita, necesitamos a una guía, una amiga vino de imprevisto y pasaremos el día juntas ¿te apuntas? Espero conozcas lugares lindos.

Listo.

En ese momento me llegó su respuesta.

Clara: estoy aquí. Bajen ;)

¿Esta aquí? Wow que casualidad, y mejor para así no esperar

—Vamos —le digo. Carolina y yo salimos del edificio, bajamos el ascensor y salimos afuera. No sin antes despedirme de Carl. Clara está a la par de un coche descapotable color blanco.

Wow.


 

—Genial —dice Carolina sonriendo con forme avanzamos a ella. —Clara, ella es mi amiga Carolina Lane —la presento.




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