Nueve meses, nueve jodidos meses y ni una llamada. Sé que sabes mi número cariño, lo aprendiste de memoria porque ni yo misma lo podía recordar.
¿Sabes? He conocido a alguien nuevo.
Lo conocí hace un mes cuándo salí a cenar con mis padres por motivo de su aniversario, salimos en familia. Este chico, Theo, nos atendió. Es mesero del lugar e inmediatamente conecté con él. Es muy amable, carismático y sociable.
Me pidió mi número anotando la pregunta en una servilleta cuando nos trajo el postre, por suerte, esa noche lleve mi cartera y tenía un lapicero y se lo dí.
Amor, lo siento, de verdad que lo siento.
Pero, más que todo lo siento porque estoy empezando a sentir cosas por él, cosas las cuáles no había sentido por ti.
Pero si tu aún decides volver mañana, prometo dejarlo a el e ir por ti. Juro que lo hago.
Theo tuvo que viajar la semana pasada por motivo del nacimiento de su sobrino, quiso que lo acompañara pero decidí quedarme.
¿Sabes que hice? Fui hacía el lago, aquél lago dónde tantas veces fuimos a besarnos y hacer el amor.
Lleve nuestras fotos, las vi, todas y cada una de ellas. El dolor regresó, te empecé a extrañar con mucha más fuerza.
Muchas personas le llamarían a esto suicidio, pero yo le llamo homicidio. Me estoy matando lentamente con nuestros recuerdos, nuestros bellos recuerdos. Me hiciste hacer y sentir tantas cosas por primera vez que serás la cicatriz mas fuerte que mi corazón tendrá.
Serás muy difícil de sanar, amor.
Solo quiero que sepas que, aunque sienta cosas diferentes con Theo, lo que siento por ti jamás cambiará. Nunca dudes de mi amor por ti que no dudaré del tuyo por mí.