Olvidar el pasado

Uno

Llegué a una ciudad desconocida para mí. Asustada por la idea de tener que vivir sola, con apenas cinco mil pesos guardados, unos cuantos cambios de ropa y algunos objetos personales que logré empacar rápidamente antes de aventurarme en esta locura, decidida a dejar todo atrás...

"Bienvenida a Cardel señorita, que su estadía en la ciudad sea de su agrado"

-¡Gracias!- Respondo al conductor con una sonrisa forzada mientras tomo mi equipaje.

Me dirijo a la puerta desorientada, sin saber a donde ir y comienzo a darme cuenta de la estupidez que fue el haberme comprado un boleto de autobús con la salida más pronta que había sin conocer el destino.

<<Maldición>> Me digo a mi misma. Tomo las maletas que había soltado en el piso y comienzo a caminar sin rumbo. Pasan dos, tres, ocho cuadras y aún no sé que se supone que debo hacer.

Veo un parque cruzando la calle y me dirijo a el para sentarme a pensar. Camino en su interior, veo hasta el fondo  una banca vacia en el medio del pasto bajo un frondoso árbol, no parece que la gente frecuente muy seguido esa zona y me pregunto si es buena idea sentarme allí, pero de todas formas lo hago. 

Una lágrima brota de mi interior y la limpio, luego otra más y finalmente después de un rato tratando de evitarlo, rompo en llanto sin importarme que mis sollozos puedan llegar a ser escuchados.

-¿Disculpa?- Una chica alta de cabello lacio se para frente a mí.- ¿Te encuentras bien?

-Emm... Si, eh... Bueno yo, yo sólo descansaba un poco- respondo limpiando disimuladamente mis lágrimas.

-¿Me permites sentarme? -Asiento.- Así que ¿Acabas de llegar a la ciudad?

-Si yo, llegué recién hace una hora ¿Tú vives por esta zona?

-Unas cuántas calles más abajo, Alejandra Limón, para servirte.- Me extiende la mano.

-Alicia Martinez, mucho gusto.

-Y bien Alicia ¿A dónde te diriges?

-Yo, bueno... Realmente no lo sé.- Hago una mueca de disgusto.

-¿Quiere decir que estás perdida? 

-Es algo parecido. Esta mañana he tomado mis cosas y he salido de casa, dispuesta a tener una nueva y mejor vida. Llegué a la central y compré el boleto del primer autobús que salía. Y aquí me encuentro, en una ciudad totalmente desconocida, sin un hogar, un trabajo o tan siquiera algún conocido.

-Ya, pues si te interesa, en mi trabajo han estado solicitando hace tiempo, es contratación inmediata y está cerca de aquí, puedo acompañarte ahora- Esboza una sonrisa. -Es un trabajo sencillo, sólo debes atender una cafetería, y yo sería tu compañera.

-Te agradezco, sería de gran ayuda.- Respondo soprendida por su amabilidad.- ¿Qué papeles solicitan? Bueno,  aqui traigo mi currículum y cartas de recomendación.

-Con eso está bien, venga vamos. Seguro que yo puedo recomendarte para que el empleo sea tuyo.

Su amabilidad y su entusiasmo me hacen sonreír, tomo mis cosas y camino siguiendo su paso. Después de unos cinco minutos caminando nos paramos a un sitio elegante, con un letrero luminoso en cursivas color blanco en las que se lee "Rock&Coffee".

-Aquí, hemos llegado.- Me dice sonriente.

Me quedo atónita al ver lo lindo que es el todo. El piso de azulejos negros y blancos al estilo del ajedrez, un minibar rodeado de bonitas sillas altas en un tono rojo brilloso, mesas redondas, mesas rectangulares pegadas a la pared con bonitos sillones de piel del mismo rojo brillante y detalles en negro, fotografías de los Rolling Stones. En fin, un estilo de lo más retro.

Del otro lado del minibar, donde los trabajadores se encargan de preparar las bebidas, se encuentra un tipo apuesto y corpulento. Su barba de candado y su mirada profunda lo hacen ver como alguien de pocos amigos, pero en el instante en que ve a Alejandra entrar junto a mi su mirada se enternece y deja mostrar los dientes en una linda sonrisa.

-Efrén, buenas noches.- Dice Alejandra devolviéndole la sonrisa.- Esta es mi amiga Alicia, recién viene llegando a la ciudad y le gustaría pasar a una entrevista ahora mismo ¿Será que tengas tiempo?

-Por supuesto. Bueno mi nombre es Efrén, soy el gerente de...

-Mejor dicho el dueño absoluto, no seas modesto querido.- Interrumpe Alejandra juguetonamente y este ríe.

-Bien, como decía. Pasemos a mi oficina por favor. ¿Traes contigo tu currículum?

-Sí, por supuesto, aquí lo traigo.- Digo nerviosamente mientras lo saco y se lo entrego.

-Toma asiento, permíteme revisarla.- Me sonríe y se pone unas gafas para leer.

Lo observo detenidamente mientras lee. Juego con mis dedos golpeteando en mis piernas. Lo miro detalladamente buscando alguna señal de disgusto que me indique que no obtendré el empleo.

-Bien- Dice finalmente.- Aquí dice que has trabajado en restaurantes anteriormente.

-Sí, estuve como cajera y también como ayudante de cocina, como mecera y en una ocasión como encargada.

-Pues no veo ningún problema, tienes experiencia y puedes empezar mañana mismo... El trabajo es tuyo. Es poco al inicio, novecientos pesos semanales más propinas. Tendrías un día de descanso y el resto de la semana entrarías a las 08:00am y saldrías a las 04:00pm. Me gustaría que me dejaras tus medidaa para revisar si en la bodega tengo algún uniforme que te quede, por lo pronto mañana podrías venir con un pantalón de mezclilla oscuro y una camisa preferentemente negra o café. Alejandra se encargará de capacitarte.




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