A pesar de estar viviendo juntos no nos estábamos viendo muy seguido, o algo así, Lena iba a la editorial durante el día, se iba temprano así que no la veía en las mañanas, yo iba a practicar al skatepark durante la noche, cuando regresaba ella ya estaba durmiendo, lo cual me parecía extraño ya que ella era quien se iba a la cama ya tarde, prácticamente solamente nos veíamos al dormir.
Antes de ir a practicar, dejaba hecho un poco de comida para que Lena no tuviera que cocinar, por supuesto, eran cosas sencillas como pastas o ensaladas. Bien, terminé de hacer la pasta, ya es hora de que me vaya.
Al llegar al skate park estaba repleto de gente
-jake, ven aqui- Sam alzaba la mano derecha mientras me llamaba
-¿no podremos practicar el día de hoy?- le pregunte
- si, solo espera un momento-
Estuvimos unos 15 minutos sentados sin hacer nada, el número de personas que ocupaban el skate park poco a poco iba disminuyendo, después de esperar unos minutos más tomamos nuestras patinetas y nos dirigimos a los obstáculos que queríamos practicar.
Tome uno de los barandales más altos, ya que, en estos es donde se me dificulta hacer los trucos, tenía que calcular mi posición en la tabla para poder mantener el equilibrio para que el recorrido y la caída fueran perfectos, hice varios intentos pero seguía fallando, comenzaba a frustrarme, pero a pesar de la frustración iba mejorando poco a poco.
Para poder relajarme comencé a hacer un recorrido por todo el skate park lógicamente con la patineta, durante el recorrido vi que habían demasiadas personas en la sección de gradas, pero un rostro me era muy familiar, puede que este alucinando, ella nunca vendría a este lugar, después de todo nunca ha ido a una de mis competencias, ¿por que vendría a ver un entrenamiento?
Ah, no estoy alucinando, vi que movía la mano de un lado a otro mientras sonreía, salí del skate park y me dirigí hacia donde ella se encontraba
-Lena ¿que haces aquí?-
-¿a caso no soy bienvenida?- preguntó
-no es eso, es extraño verte por aquí, creí que odiabas este tipo de lugares-
-no es el lugar en sí el que odio, si no los lugares repletos de gente-
-en todo caso dices que odias a la gente-
-bueno, si así es como lo quieres ver, en fin, sigue practicando, esperaré hasta que termines-
De alguna forma eso me hizo feliz, demasiado feliz diría yo, con una gran sonrisa en el rostro me dirigí nuevamente al skate park, y todo me estaba saliendo pésimo, creí que había mejorado, pero ahora era todo lo contrario, parecía principiante en este momento, hasta los trucos más fáciles se me estaban dificultando, mis amigos me preguntaban a cada rato si algo estaba mal. Ni siquiera yo lo sabía.
Ocasionalmente veía en la dirección en la que se encontraba Lena, pero ella no estaba prestando atención a lo que yo estaba haciendo, la veía sumergida en su computador, eso comenzó a molestarme, pero no le podía reprochar nada, después de todo yo tampoco le estaba prestando la suficiente atención por estar practicando, practica que no me estaba llevando a ningún lado en este momento.
Decidí terminar la práctica de esta noche, iba saliendo de la pista cuando vi venir a Lena correr hacia mi, se le veía feliz, demasiado feliz diría yo, me encontraba en la orilla del bowl cuando Lena se aventó hacia a mi para darme un abrazo, esto me tomo por sorpresa, no pude mantener el equilibrio y ambos nos deslizamos hacia el centro del bowl, tuvimos suerte de que no hubiera nadie practicando ahí. Ella seguía sonriendo, se levantó primero y me alzó la mano, la tomé e hizo mucho esfuerzo para jalarme, me levante y ella nuevamente me abrazo diciendo
-gracias-
-¿puedo saber por qué me das las gracias?- pregunte
-por qué gracias a ti tengo una historia que contar-
-no te entiendo-
-no es necesario que lo hagas, en agradecimiento te invitaré un delicioso y cremoso helado-
Me tomo de la mano y comenzó a caminar, se detuvo por unos segundos
-¿como salimos de este agujero?- pregunto
No pude evitar soltar una carcajada, salí primero del agujero como lo llama Lena, después estire mi mano hacia ella, la tomó y jale con fuerza para sacarla de ahí. Ella aún seguía con una gran sonrisa en los labios, lo cual me hacía sonreír a mi también. Ambos comimos el helado y fuimos a casa. Esta era la primera vez en mucho tiempo que veía a Lena usar la computadora a altas horas de la madrugada, al parecer regresaremos a la rutina del inicio, en donde ella era quien dormía más tarde que yo.