Habían pasado días de que había estado estudiando con Ares en la cafetería, él había desaparecido desde ese día y no había asistido a la universidad tampoco, por lo que escuche tenía una pelea pendiente en Venezuela y otra en otro lado, pero no pregunte nada al respecto, no quería que pensarán que teníamos algo o que me gustaba.
Había oscurecido ya, eran más de las ocho, Emma, Ruth y yo estábamos sentadas mirando películas en el sillón, cuando fuimos interrumpidas por el sonido del timbre de nuestra casa. Las tres nos miramos, pero yo me dirigí a abrir, encontrándome con un chico alto, con una campera de cuero, tatuaje en el cuello y un cabello revoltoso parado frente a mi. Lo observe unos segundos, y recordé que era el hermano de Damon, al recordarlo un escalofrío se hizo presente. — ¿Emma? — Llamé sosteniendo su mirada, él me observo de pies a cabeza, deteniéndose en mi rostro, sus ojos se clavaron en los mío y un pequeño escalofrío recorrió mi espina dorsal, haciendo que cortara con nuestras miradas.
Era el mismo joven que la había ido a buscar en moto a Emma aquel día, me daba cuenta por el tatuaje que poseía en el cuello.
— ¡Oh! Hola amor. — Saludó Emma con un beso a Andrew, haciendo que yo volviera a la realidad. — Hola nena. — Escuché decir a Andrew, mientras ambos me miraron unos segundos. — Voy por mis cosas y nos vamos. — Oí decir a mi prima, a lo que inmediatamente respondí algo enojada. — No te irás con este idiota. — Ordené a lo Emma solo abrió sus ojos sorprendida ante mi comentario.
Se formó un aire tenso que quizás podía cortar con un cuchillo si eso me apetecía, era un momento en los que todos intercambiamos miradas hasta que escuché la voz de mi hermana detrás de mi.
— ¿Qué pasa? — Preguntó Ruth parándose detrás. — ¿Qué pasa? — Pregunté gritando, como si la respuesta no fuera demasiado obvia. —Que quiere volver a escaparse y a causar problemas Ruth. —Informé enojada, obteniendo una sonrisa divertida de parte de Andrew, quizás era divertido para él, pero esa sonrisa no le quitaba lo sínico que era, y de seguro andaba en cosas realmente malas. — No, Emma no te volverás a ir, no esta vez, ya hemos estado detrás de ti, por años, esto es lo último. —Ordenó Ruth tomando del brazo a Emma, quién se lo sacó bruscamente. — Vete al diablo Ruth. —Maldijo Emma, queriendo irse de la casa, pero esta vez volví a traerla del brazo, pero esta vez fue Andrew el que quitó mi mano del brazo de mi prima, pero lo hizo violentamente. Ante ver que estaba dispuesto a quizás hacernos daños, solo retrocedí para que ellos solo se fueran de mi casa.
—Es un idiota y Emma es igual.— Dijo Ruth totalmente enojada. — ¿Te hizo daño Gin? — Preguntó Ruth tomando mi mano, a lo que yo negué rápidamente, algo abrumada.
Volvimos a retomar nuestra noche, pero esta vez, después de unas horas me encontraba acostada en mi cuarto, mirando el techo sin poderme dormir, como los días anteriores. Mire mi celular, era medianoche, tenía un mensaje de Jade, deseándome buenas noches, a lo que respondí inmediatamente y deje mi celular sobre mi pecho, pero a lo segundos este comenzó a vibrar nuevamente, mire la pantalla, era una llamada, pero no había número, en lugar de eso, aparecía el "Desconocido" parpadeando en mi pantalla. Decidí contestar la llamada, para arrepentirme inmediatamente de haberlo hecho.
—Ginebra. —Pronunció una voz ronca del otro lado del celular. — Soy Damon, bueno creo que ya te habrás dado cuenta, sé que han pasado años, solo quería pedirte disculpas por lo que sucedió hace unos días en el antro, no sabía que Alaister era tu novio. —Comentó. Mientras yo seguía sockeada al volverlo escuchar, asustada, no quería si quiera escuchar su voz. — Siempre metida en problemas la pequeña Black. — Pronunció él, con un tono divertido. — Siempre has sido una chica problemática de chica, recuerdo que sabíamos meternos en problemas juntos. — Recordó mi ex novio detrás de la línea.
No sabía que contestar tampoco, mi voz se quebró por un momento, pero agarré fuerza. — ¿Quién te dio mi número Damon? —Pregunté enojada, sin recibir respuestas de su parte, volví a hablar. —Si fue Emma, que estoy segura que fue ella, dile que su ojo dolerá mañana y tú no vuelvas a contactarme porque voy a denunciarte y voy a hacer que te arrepientas de haber nacido Cromwell.- Finalicé, pero él volvió a decir algo. — Alaister no podrá alejarte mucho tiempo de mi Gin, tú me quieres. —Advirtió. — Jamás te quise Damon. — Respondí enojada, mientras escuché como colgaba la llamada.
Estaba asustada, mis piernas temblaban y estaba segura que sería otro día sin dormir. Por lo que me puse mis crocs y salí hacía la cocina, por un vaso de agua, tenía que tratar de calmarme. Cuando baje las escaleras, todas las luces estaban prendidas, por lo que me resultó algo extraño, terminé de bajar las escaleras para ver a Ruth acomodándose el cabello y a Cassiel con su celular en el sofá.