ARES
Caminando de vuelta hacía el estadio, donde minutos antes había vencido a golpes a una persona por dinero que no necesitaba, sentí un cierto enojo conmigo mismo, es decir había traído a Ginebra a una pelea sin saber exactamente que era lo que eso le producía a ella, supongo que debí haberle hecho caso cuando me dijo que esto le desagradaba.
Cuando estaba cerca de ella, siempre terminaba haciendo cosas tontas, a veces sin explicación, pero siempre terminaba cagando el momento, no pienso lo que digo o lo que hago cerca de ella, no importa cuánto planeara algo, si estaba ella, las cosas salían mal.
Pero ella lograba captar mi atención, no lo intentaba, ella solo siendo ella, su esencia lograba llamarme y hacía que miles de preguntas se formularan en mi cabeza.
— ¿Por qué querría acercarse a mi o ser amiga de alguien como yo? — Esa era la pregunta que más rondaba en mi cabeza desde que la he conocido.
El rostro del joven que acompañaba a Ginebra esta noche, me hacía llenar la cabeza de preguntas también. — ¿Sería otro amigo? ¿su novio tal vez? — Me preguntaba mientras caminaba entre la poca gente que quedaba en el lugar. — Si era su novio, de seguro estaría molesto porque la traje aquí. — Pensé.
Y la verdad es que ahora tenía curiosidad en saber quién era ese chico en la vida de ella, no sabía exactamente cuáles eran mis razones por las que quería saber aquel dato, pero la verdad es que quería saberlo. Ginebra siempre estaba cerca de mi, la mayor parte del tiempo, su comportamiento era algo que no lograba deducir, pero lo cierto es que me parecía una linda chica, pero no era su físico lo que lograba captar mi atención, si no su personalidad fuerte, me gustaba su forma de no callar nada cuando las cosas le molestaban, sin importarle quienes estuviesen.
—"Quiero que seas mi amigo. "—Recordé claramente sus palabras en mi cabeza y automáticamente golpee mi cabeza contra el lockers en el cual estaba apoyado.
— Ares. — Llamó Cassiel del otro lado del vestuario obteniendo mi atención, él se encontraba parado en la puerta del pequeño lugar mirándome. — Aáron. — Corregí a mi hermano quien pasó al lugar dejando el dinero que había ganado en la única silla que había. — Tengo tu dinero, ¿sucede algo? — Preguntó él apoyando su espalda a un costado del lockers en el que me encontraba. — Me llamó Aáron, Cassiel soy Aáron. — Repetí tranquilo, mirándolo levantar las manos mientras caminaba por el lugar observando los posters en las paredes. — ¿Puedo pedirte algo? — Pregunté cambiando de posición, poniéndome de espaldas al lockers que minutos antes había apoyado mi cabeza.
No estaba muy seguro de preguntarle a mi hermano sobre cuestiones de chicas, no sabía si realmente era lo correcto, pero intentaría hablar de eso. — Dime, te escucho. — Ordenó mi hermano, sentándose en la silla del lugar. — Ginebra. — Pronuncie volviendo donde se encontraban los pequeños lockers. — ¿Si? ¿Qué sucede con ella? —Preguntó Cassiel curioso, mientras yo sentía que esto había sido un error. — Somos amigos o eso creo. — Respondí sin querer ya seguir la plática. — ¿Y qué hay con eso? ¿ella te gusta? —Preguntaba mi hermano tratando de averiguar que era lo que yo quería. — No se si me gusta, me llama la atención, pero no sé, todo sale muy mal cuando estamos juntos y ella dice que quiere ser mi amiga. — Relaté mirándolo, mientras movía lentamente mis manos. — No entiendo, ¿ella quiere ser tu amiga porque cuando están juntos sale todo muy mal? — Se expresó mi hermano casi igual de confundido que yo.
Esto había sido un error, no debí haber contado este tipo de cosas, estaba ahogándome en un vaso de agua. — No Cassiel, ella quiere ser mi amiga, pero no sé si es porque a lo mejor quiere estar cerca mío o porque realmente quiere ser mi amiga. — Respondí algo enojado y apenado por la situación. — Creo que Ginebra quiere conocerte mejor, quizás si quiere acercarse a ti, pero no te olvides que tiene un pasado también y quizás eso sea lo que la esta deteniendo a ser más directa contigo, el miedo. —Mencionó Cassiel. — De hecho cuando estaba en el estadio, ella perdió su celular, yo lo encontré, pero cuando estaba por ir a entregárselo, un número comenzó a llamar, atendí pensando que era ella de otro celular quizás, tratando de encontrarlo, pero era Damon. — Dije recordando la breve conversación que había tenido con él.
Cassiel estiró sus manos y encogió sus hombros. — A lo mejor sigue molestándola, no lo sé, pero deberían darse la oportunidad a que ambos se conozcan más para que las cosas no salgan tan mal. — Aconsejó el castaño parándose de esa silla para caminar hacía la salida del lugar, pero se detuvo antes de salir por la puerta.
— Se nota que realmente te gusta Ginebra, si no me estarías preguntando ¿verdad? — Preguntó mi hermano esperando por alguna respuesta de mi parte, pero solo me encogí de hombros, quitándole importancia al asunto.