Olvídate del Pasado

✨Capítulo 15✨

Baje las escaleras algo dormida aún y vi a Jade sentado en la mesa con hielo en su rostro, cuando nos vimos, ambos sonreímos. —Somos un buen equipo. — Escuché decir a mi mejor amigo, mientras reía y se quejaba del dolor, pero mi sonrisa desapareció al ver los golpes, me sentía realmente culpable por lo que le habían hecho. — Tranquila, no es tu culpa, estoy bien, créeme he recibido golpizas más grandes. —Comentó observándome, mientras sentí una punzada en mi pecho, al recordar las veces que el padre de Jade lo golpeaba. — Gin, no sé qué haría sinceramente si algo llegase a pasarte, sos lo más brillante que tengo en mi mundo. — Dijo mirándome con brillo en los ojos, parecía querer llorar. —Por cierto, tenía un regalo que darte, está en mi chaqueta. —Mencionó señalando su chaqueta colgada en el espaldar de una de las sillas, haciendo que yo fuese a buscarlo.

Busqué en su chaqueta, encontrándome con una caja color plateado y un moño rojo. —Ven aquí que quiero que sea una sorpresa. —Ordenó haciendo que le entregará la caja, para después cerrar mis ojos, mientras sentía que tomaba mi mano y colocaba algo frío alrededor de ella. — Ahora puedes abrirlos. —Sugirió Jade y obedecí mirando la pulserita en mi muñeca, era metálica, con dijes brillantes y uno en especial, era color verde claro, su forma era redonda y mediana, pero totalmente vistosa. Era algo muy delicado, sencillo, pero era totalmente muy hermoso. —Tengo algo parecido, pero es más masculino, ya sabes. —Comentó él, mostrándome en su dedo un anillo, grande y con una piedra del mismo color que el dije de mi pulserita. Sonreí.

Jade, era el mejor amigo que una chica pudiese pedir y no, no era especialmente por sus detalles, si no su corazón, un corazón que no le cabía en su pecho, difícilmente encontraría a una persona así en mi vida.

— ¿Cómo van tus heridas rubio? —Preguntó Ruth acercándose a Jade, tomando algodón y alcohol, mientras curaba de apoco sus heridas. — ¿Emma irá realmente a rehabilitación? —Preguntó mi mejor amigo incrédulo ante la noticia, mirando a Ruth que asentía levemente, ella seguía triste por Emma, pero yo sabía que era por su bienestar y por el bien de la familia, de la poca que nos quedaba.

Emma se paro con sus maletas en la puerta de la cocina, ella dejo las maletas en la puerta y camino en dirección a Jade. —Te ves terrible, lo siento mucho Jade, debí defenderte. —Se disculpó ella abrazando a mi mejor amigo. — Esta bien Emma, espero te recuperes pronto, vamos a extrañarte. —Dijo Jade, sobando la cabeza de mi prima, quien se desprendió de él y abrazó a Ruth, mientras ambas lloraron unos minutos sin soltarse.

—Gin, perdón, tenías razón, no me daba cuenta de nada, pero al ver llorar a mis padres entendí cuanto los había lastimado. — Se disculpó la morena del otro lado de la habitación. —Creó que esto va a ayudarme, creo que lo necesito, necesito poder hablar de las cosas que me pasan y me pasaron, no puedo seguir haciendo estas cosas para olvidar. —Admitió ella acercándose a mí. —Gin, debí ayudarte con Damon, él te acosaba y yo estaba ahí sin hacer nada, lamento eso, tenía miedo, Andrew me amenazaba y yo no sabía cómo pedir ayuda. —Dijo abrazándome y llorando.

Sabía que no solo la había amenazado, porque si no, Emma no estaría llorando, pero creo que sería mejor que estuviera en rehabilitación para que se mantuviera a salvo y alejada de ese idiota. —Emma siempre voy a amarte eres mi hermana de otra madre, yo te amo y todo lo que hice, lo he hecho por tu bien y cuando salgas de allí pasaremos más tiempo juntas. — Mencione haciendo llorar a Emma, mientras yo luchaba inconscientemente por no llorar, es decir no tenía que llorar, ella estaría bien.

Mis tíos estaban parados en la puerta mirándonos, pero no parecían tristes, más bien parecían algo molestos, no los culpaba, Emma se había equivocado mucho, y los había lastimado. —Emma, vamos. —Ordenó mi tío saliendo con las maletas de Emma por la puerta. Ella saludó y se dirigió a la salida.

Las horas pasaban y todos estábamos algo distanciados y dispersos por la casa, estábamos algo alejados entre nosotros. Hacía ya unas horas había oscurecido, tenía la necesidad de fumar un cigarro, quería calmar mis nervios o más bien mi tristeza y miedo por todo lo que había sucedido.

¿Que si había fumado antes? la respuesta era afirmativa, un año antes de volver hacía aquí, cuando termine con Damon completamente, comencé a fumar un tiempo, hasta que de a poco el dolor fue disminuyendo y fui dejándolo. Tome un abrigo del perchero, saliendo de mi casa, necesitaba aire fresco, caminar y perderme por un rato. A unas calles de mi casa, había un lindo almacén donde compre una cajetilla de cigarros, mientras prendía uno, caminaba mirando las calles con pocas luces de mi vecindario. Mi pantalón comenzó a vibrar, haciéndome sobresaltar, saque rápidamente mi celular de la parte trasera del jeans, contestando la llamada sin ver el número.




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