— No soy de hablar de ese tema, pero si te interesa saber puedo contarte algo. — Dije mirando la fogata delante de mis ojos. — Cuando éramos pequeñas, un hombre entro a nuestra casa una noche y mató a nuestra madre delante de ambas, dejándonos huérfanas y solas, por eso nuestros tíos se hicieron cargo de nosotras, ellos nos ayudaron mucho, pero ya sabes, esas cosas no se olvidan jamás. — Relaté mirándole a los ojos, mientras veía una mueca algo triste aparecer en su rostro. — ¿Qué hacías en el hospital de rehabilitación? — Pregunté tomándolo por sorpresa, a lo que obtuve una mirada algo rara de su parte. –Yo…— Interrumpí. — No me mientas, solo dime la verdad, no hay nadie en el habitación 19 Ares. — Dije esperando una respuesta.
Lo observe y al chocar miradas, supe que algo andaba mal, que algo escondía. — Voy por comida y vuelvo. — Informó el moreno, evitando la pregunta, mientras se paraba y caminaba hacía el auto. Camine detrás, enojada esperando una respuesta, pero Ares me dio la espalda, buscando en la parte trasera del auto. — ¿Qué estas ocultando? ¿no querías conocerme? — Pregunté entrelazando los brazos en frente de mi cuerpo, el giro lentamente para mirarme a los ojos. — No te oculto nada Gin, es una amiga, la conocí por redes sociales, y un día le ayude, estaba muy mal en un antro y la lleve a tu casa. — Respondió escogiéndose de hombros, pero no le creí. — ¿Sigues pensando que te oculto algo? — Preguntó dando unos pasos hacía mi, pero retrocedí enojada. —Aquel día en la biblioteca, la primera vez que hablaste conmigo ¿eras tú y Cassiel los que estaban hablando? — Pregunté nuevamente al moreno, mientras esté trataba de recordarlo.
El asintió. — ¿Por qué hablaban de que alguien mato a gente? — Dije mencionado lo ocurrido ese día, sintiendo un escalofrío correr por mi espina dorsal al ver sus ojos sobre mí. — ¿Estás segura de que quieres saber eso? —Preguntó mirando sus manos y luego observándome, asentí y él prosiguió. — Bueno yo creo que si tu estás lista, más adelante debería contártelo, pero debes saber que no soy bueno Ginebra, tengo un pasado manchado con sangre y no precisamente de gente inocente, si estás lista para que te cuente eso sin temerme, puedo contártelo cuando tu lo desees pero no hoy. —Mencionó mientras pasaba a mi lado caminando. — Ares no te tengo miedo, no eres mala persona, yo lo presiento y hasta pondría las manos al fuego por eso. — Dije sintiendo que su caminata se detuvo a metros. — No lo sabes, he hecho cosas malas en mi vida Ginebra, cosas que no me dejan dormir en las noches. —Negó el moreno, mientras girábamos para mirarnos a los ojos. — Entonces dímelo, quiero escucharte. — Ordené mientras el sonreía. —Ten paciencia, todo a su tiempo. — Respondió caminando hacía el campamento.
Por más que quisiera molestarme con él no podía, mi tío me había dicho las cosas que mi padre había hecho con Ares y yo no iba a ser quien lo juzgara, de hecho estaba segura que si yo hubiese estado en su lugar, yo hubiese hecho lo mismo por mi familia.
—Rulos, ¿sigues enojada? — Preguntó el moreno apareciendo nuevamente en mi campo visual. — No, no pasa nada, iré un rato con Jade que está solo está noche. — Dije queriendo pasar a su lado, pero este me tomo del brazo suavemente y me giró donde se encontraba, clavando sus labios suavemente contra los míos, comenzando un beso suave y algo dulce. Cortando el beso, el me enredo entre sus enormes brazos, sobando con una de sus manos mi cabeza. — Tranquila, contigo si soy voy a ser sincero. — Susurro suavemente el moreno. — ¿Podemos seguir con el juego? — Preguntó observándome a lo que asentí.
Y esa noche mientras ambos preparábamos la comida, hacíamos preguntas triviales, mientras reíamos de alguna que otra anécdota que teníamos en común. — Ginebra, creo que Ruth esta llorando. — Dijo Jade sentado a unos metros de nosotros. —Están peleando con Cassiel, en realidad ella está peleando. — Respondió mi mejor amigo recibiendo la comida que Ares le entregaba. — Voy a ver si están bien. — Dije caminando hacía donde se encontraba mi hermana y su novio.
ARES
Quise caminar donde ella, pero el joven sentado a mi lado, tomo de mi brazo y negó suavemente. — Tranquilo, ella puede sola. — Comentó, invitándome a comer con él.
Me senté en frente del castaño, esperando tratar de entablar alguna clase de conversación, el aire era algo tenso para mí, no me gustaba socializar con mucha gente, pero suponía que él podría ayudarme a entender más a Ginebra.
—Ten mucho cuidado con Gin, es una chica muy especial, no sé qué clase de relación tengan ustedes, pero no me gustaría que le pasará nada, en especial después de lo que pasó con Damon. — Rompió el silencio, dándome un tipo de advertencia, lo mire unos segundos. — ¿Qué sucedió exactamente con Damon, Jade? — Pregunté algo curioso recordando la pelea con Damon.