Su padre seguía en observación a espera de los resultados que determinaran el tipo de tumor y si podía operarse. Habían pasado la noche en casa de Meri completamente en vela, aun así como su madre las exigió que no faltaran al trabajo y que abrieran la escuela. Abbi y Valeria volvieron nada mas amanecer a casa.
Bajo toda la preocupación tenía la imperiosa necesidad de ver a Sang Jae. Pese a que no paraba de repetirse mientras conducía hacia el trabajo que aquello solo fué especial para ella quería verlo, incluso se atrevía a desear que la tomara de nuevo entre sus brazos.
Henry estaba tumbado en una hamaca, Shin Woo estaba en la otra comiendo unos nachos con queso fundido.
- ¿Quieres? -le tendió un nacho con un hilillo de queso colgando.
-Acabamos de comer -lo apartó con desagrado. Miro su reloj azul eléctrico hecho del peor plástico del mundo.
"Tres, dos, uno..." Abbi apareció con su uniforme entre las palmeras de la zona de la piscina y entró en la barra. Henry vio que traía mala cara y que llevaba el pelo estrictamente recogido en una coleta, sin sus típicos mechones ondulados cayendo descuidadamente.
-Olé por nuestra camarera favorita -grito Shin Woo levantando su coctel ya vacio.
Abbi los saludo con la mano.
-Algo le pasa -mordió el piquito del triangulo de maíz y expresó lo que Henry pensaba -. Ayer ya la note rara.
La observo bajó sus gafas de sol, hablaba con el otro camarero y parecía preocupada. Sus gestos eran lentos y su mirada se desviaba como si estuviera conteniendo las lágrimas.
-Vamos a la barra -mascullo tirando a Shin Woo de su hamaca y lo arrastro prácticamente hasta el agua. Cuando estuvieron frente a ella vieron sus ojeras y lo apagada que estaba su mirada.
- ¿Qué te ocurre? ¿Estas enferma? Pareces un panda - Shin Woo se sentó en una de las banquetas de piedra y su amigo cruzo los brazos a la altura de sus pectorales.
-Nada, hoy he dormido bastante mal - su mirada se cruzo con la de Henry que parecía preocupado-. Solo es eso.
"¿Está preocupado por mi?", no pudo mantenerle mucho más la mirada y se escabullo con la excusa de prepararles unos mojitos.
- ¿Le preparo también a Jae? -preguntó mientras depositaba dos copas con unas sombrillas rojas sobre la barra.
-Kim Sang Jae no está -dijo Shin Woo mientras sorbía por las dos pajitas de colores que Abbi le añadió-. Se fue a Seúl esta mañana.
- ¿A Seúl? ¿Se... se han acabado ya sus vacaciones? -ver a Jae podía parecer una necesidad trivial dado lo que se estaba viviendo en su familia, pero era una necesidad que la nacía de muy adentro.
- ¡No! -negó enérgicamente-. Aún queda mucho verano.
-No entiendo porque se ha marchado -Henry maniobraba con sus manos bajo el agua intentando salpicar a Abbi sin lograrlo.
No quería verla así, fuera cual fuera el motivo. Pensaba que molestarla para hacerla enfadar era una buena opción para recuperarla.
-Ha ido por los Park, no por ella.
- ¿Ella? -preguntó.
-Park Eui Joo, su ex novia -pronunció Shin Woo con desgana.
-Es una caprichosa insufrible -apunto Henry. Abbi se sorprendió, debía ser terriblemente insufrible para parecerle caprichosa al propio Henry-. Hacía de él lo que quería y parece no querer renunciar a seguir haciéndolo, aún habiendo acabado la relación.
Abbi sintió un golpe de celos. No encajó bien enterarse que la magia de esos brazos ya se la había dado a alguien más; y no solo habría sido la de sus brazos evidentemente. Se sintió absurda y se reprochó permitirse el lujo de pensar en Jae con intenciones romanticas. Por por muy superficial e insoportable que fuera aquella chica Abbi no podía ni plantearse en competir con ella por la atención del joven. Seguro que era preciosa. Con una piel y pelo perfectos, vestía siempre a la última con ropa exageradamente cara sobre un cuerpo de revista.
-Sabes que Sang Jae pasa de ella. Solo se siente agradecido hacia sus padres que siempre lo trataron muy bien -explicó el joven.
-Agradecido y obligado a pasar horas y horas en un avión por que la estúpida muñequita se rompió una pierna y está taaan deprimida que quiere verle.
-Nunca se llevaron bien -le explicó Shin Woo.
- ¿Pero él es capaz de llevarse bien con alguien? -espetó con naturalidad. Henry le contesto con una mirada de odio, pero por dentro se alegró de ver que ahí estaba su Abbi de cada día.
Intentó de nuevo salpicarla sin éxito y ella siguió preparando un coctel que entrego al hombre que parecía haber tomado el sol de más y su piel estaba del mismo color que el de las sombrillas de papel.
-Shin Woo también se llevaba mal con ella -dijo en su defensa cuando volvió con ellos.
-No me llevaba mal, pero prefería no estar cerca de ella. Era muy... -apoyo la barbilla en su mano intentando buscar las palabras -. No me gustan ese tipo de chicas.
De nuevo se sorprendió. Debía de ser muy insoportable para no gustarle a Shin Woo, que era el fan numero uno de todas y cada una de las mujeres que había sobre la faz de la tierra.
-Sobre todo por como trataba a mi amigo. A él no le gusta discutir y siempre aceptaba todo lo que ella pedía.