Olvidé quien era

13

La lluvia de la noche anterior trajo una mañana soleada. Abbi conducía hacia la ciudad, por la autovía principal, atenta a las señales para no pasarse la salida del centro comercial. Su plan para el sábado hubiera sido despertar y meter la cabeza bajo las sabanas para llorar un rato, levantarse, ducharse y volver bajo las sabanas, seguramente para seguir llorando. Pero Itzel le quito las intenciones, plantándose en su casa a las nueve de la mañana. Obligándola a vestirse, desayunar y encaminarse a lo que denominó, un día de compras y cotilleos.

-Le pregunte a Meri si quería venir -Valeria subía la ventanilla a toda prisa para evitar que el pelo se le pegara al brillo de labios que acababa de ponerse-. Pero tenían comida por el cumpleaños del padre de Patrick y bla, bla, bla... royos de casada.

- ¿Como tiene que ser la vida de casada? -Itzel lanzó la pregunta al aire con un suspiro romántico.

- ¡Aburrida! -exclamo limpiándose los pegajosos mechones con un pañuelo -. ¿Sabes cuánto hace que mi hermana no sale de fiesta?

-Las discotecas no lo son todo en la vida... -recibió un gruñido como respuesta-... cuando tengas cuarenta hablamos de si sigues con ganas de salir de marcha -le dio una palmada en el hombro.

-Tengo planeado divertirme y conocer hombres, por lo menos hasta los cincuenta. Seré como Samantha de Sexo en Nueva York.

- ¿No piensas encontrar a tu media naranja hasta los cincuenta? -replicó perpleja.

- ¡Calla Charlotte! ­-rió al hacer referencia al personaje con ideas mas románticas de toda la serie

-Ya. Y Abbi, tú podrías ser Carrie -exclamo divertida mientras la tiraba del cinto para llamar su atención.

-Igualita -quitó el intermiten de un manotazo.

-Relájate hermanita. A ser posible quiero volver a casa sin hacer auto stop. A este coche, le falta un soplo de aire para caerse a pedazos.

-No te decía lo de Carrie por lo del novio rico que... - intento disculparse pero la mirada asesina de Valeria, la cual había prohibido nombrar a Henry, la hizo callar de repente -. ¿Qué tal esta vuestro padre?

Recibió una mirada de aprobación por el tema planteado. En la radio un hombre promocionaba una clínica de depilación laser y después presento una canción.

- ¡Jo! -murmuró Abbi y se mordió el labio inferior angustiada.

- ¡¿Jo, qué?! -preguntó su hermana molesta.

-Jo, esta canción -repitió con las lágrimas casi en sus ojos.

-Jo, esta canción ¿Qué?

-Jo, ésta canción... Henry

-Lo sabia -exasperó dando un golpe en el salpicadero-. Definitivamente eres tonta, quieres dejar de pensar en ese de una vez. ¿Qué te dije ayer?

-Esta letra me recuerda a él -explicó señalando la radio.

- ¿Ah sí? ¿Cogerías una granada por él? Pues ya puedes espabilar, por que el por ti no cogería ni un resfriado- Itzel la llamo, haciendo ademán para que dejara de reñir a Abbi, pero su tono era tan elevado que hubiera necesitado un megáfono para que la oyera.

-Es cuando dice lo de que fácil viene y fácil se va -se excusó-. Se ha escapado sin que me diera cuenta, de la misma manera en la que apareció en mi vida.

Amiga y hermana se miraron.

-Venga, prometo no reñirte, desahógate hablando de ese imbécil -accedió al ver como las lagrimas brotaban de sus ojos-. Pero sin llorar.

-Eso, que para los ojos no tienes limpiaparabrisas y no queremos estrellarnos de nuevo- Itzel le acaricio el pelo desde el asiento trasero.

- ¿Es que nunca me vais a perdonar aquello?, me acababa de sacar el carnet y ese bordillo estaba en medio de mi camino -protestó con una sonrisa en medio se las lagrimas.

Tras visitar muchas tiendas, Valeria había comprado unos zapatos morados con un altísimo tacón, Itzel unas diademas para el pelo y ella unos pantalones cortos de lino blanco.

- ¿Y eso pasó en la fiesta? -pregunto Abbi mientras caminaban por el parking -. Tania y Eric. Menuda bienvenida personal le ha dado.

-Y tan personal, nada más y nada menos que en los baños -Itzel arqueo sus cejas de manera insinuante mientras sorbía un café sabor caramelo por una pajita azul-. La gente se turnaba para ir a los escucharles tras la puerta.

-Esa Tania es lo peor -bufó Valeria-. Encima va por ahí con aires de princesita.

- ¿Cómo pude perderme aquello? ¿Dónde estaba?

-Tú estabas con... -dijo Itzel muy bajito.

-Estaba con Henry -acepto con resignación y abrió el portón del coche.

-No quiero volver a oír ese nombre en mi presencia - gruño su hermana mientras lanzaba la bolsa al maletero del coche.

-Adorables niñas. ¿Tenéis algo de dinero para esta buena mujer? -una voz las hizo voltearse. Se miraron entre sí, sorprendidas de que ninguna se hubiera percatado de que aquella mujer estaba junto a ellas -. Es para eso de ahí -señalo una cabina de teléfono-. Tengo que llamar a mi hijo, él está en la guerra. No he podido llamarle en años porque he estado encerrada en una habitación oscura. Estará tan preocupado por mí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.