Omega [moon Fighters 5.1]

Capítulo 17.2

Antes de leer:

Disculpen por las tardanzas en las actualizaciones de esta historia, estos últimos meses se me ha venido todo encima y tuve que resolver un montón de cosas, además de que me termine infectando. 

Pero afortunadamente estoy bien y espero que quienes sigan leyendo también lo esté. 

Entramos al tramo más movido de la historia y en este capítulo se encontrarán con grandes dudas del estilo ¿cómo? Y ¿por qué? Tales dudas podrán resolverlas si leen el apartado Omega [Escena eliminada] 

Y la razón de ponerlo en un apartado es por la restricción de la edad. Claro que, no leerla no afecta mucho a la continuidad de la historia, les sugiero que las que puedan lo hagan :) 

Ya sin más rodeos espero que les siga gustando trataré de subir capítulos semanales. 

Cuídense mucho ❤️

 

 

 

 

 

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Cuando Sage abre los ojos, hay un cambio sustancial en su cuerpo que le hace contener el aliento, al principio no lo comprende, incluso piensa que sigue durmiendo, pero su loba empuja contra su piel, con ganas de poner el aullido en el cielo.

«Nos hemos vinculado» eso explica por qué se había quedado dormida en el regazo de Harry, en el asiento trasero de su coche. Una parte de ella sucumbió a la vergüenza, pero otra, estaba encantada. No era el sitio más romántico y convencional para hacerlo, pero poco le importó.

Porque realmente tiene lo que ha deseado desde hace muchos años. Aunque, sabe diferente a como los demás lo han explicado. Cierra los ojos otra vez y decide explorar el lazo, suave, frío y resbaladizo, como el hielo, muy propio de un leopardo de las nieves, y sin embargo, cuando encuentra el núcleo donde debería ver su vida envuelta por él todo lo que ve es un espeso cúmulo de niebla gris que rodea el núcleo por completo. Su loba gruñe al encontrarse con eso, es difícil retenerla cuando quiere abalanzarse y morder la niebla para hacerla desaparecer.

«Del otro lado está él»

Pero sigue escondiéndose, no puede entenderlo. Tal vez si atravesara la niebla...

—No vayas por ahí.

La voz ronca de Harry le hace querer acurrucarse alrededor, pero luego descubre que la atrajo solo para alejarla de esa barrera en su mente. Solo entonces Sage frunce el ceño, han compartido algo íntimo y maravilloso y no comprende por qué de pronto se ha distanciado tanto. Harry no ha vuelto a enterrar sus emociones, puede sentirlas, aunque solo haciendo uso de su habilidad natural. Pero aquellas más profundas... Son inaccesibles.

Eso no debería suceder, el vínculo entre dos cambiantes es una conexión emocional, deberían sentirse el uno al otro. Y a pesar de que el lazo entre ellos es tan real como los latidos de sus corazones, hay algo irregular en todo esto.

—Harry, yo...

—La niebla bajará cuando esté listo —apresura, al mismo tiempo la abraza y eso la desconcierta.

¿Cuantos cambios de actitud puede tener de un momento a otro? ¿Es eso algo normal?

—¿Listo para qué?

Harry toma aire y su pecho se infla.

—Para enfrentarlo —suelta.

El interior del coche se llena de incomodidad cuando se quedan en silencio. Así no es como se supone que debería ser luego de haber formado un vínculo, pero luego recuerda que Harry no es un lobo del clan, es un hombre con cicatrices por dentro y por fuera.

Sage jamás debe olvidar eso. Todavía no conoce todo de él.

—¿Te arrepientes? —Cuestiona, sus labios tiemblan con solo pronunciar esas palabras.

Ella nunca hizo este tipo de conexión con un hombre, si Harry la rechaza a ese nivel jamás se recuperará de eso.

—No. —Sage relaja su cuerpo al sentir la seguridad en una única palabra—. Pero no esperaba que sucediera tan rápido. —La vibración en su pecho cuando habla es una caricia—. Ha modificado mis planes.

Confundida con eso último, Sage levanta la cabeza y se encuentra con un brillo diferente en los ojos verdes de Harry, apenas entre abiertos y con sueño, pero todavía guardan esa ferocidad natural en él, la mirada fuerte de un hombre al que el mundo le importa muy poco.

—¿Cuales planes?

Harry peina el cabello de Sage con los dedos de una mano, esos movimientos podrían llevarla a otro sueño profundo pero ella adivina la jugada y no pierde la concentración.

—Dime —insiste.

Harry continúa observando su rostro, hasta que se detiene en los labios de Sage. Parece debatirse su siguiente acción, surcos se delimitan en su frente cuando frunce el ceño un poco, un segundo después se despeja con un suspiro largo.

—Me iré de la ciudad en una semana.

Su loba chasquea los dientes cuando esas palabras raspan su pelaje. El corazón de Sage da un vuelco doloroso en su pecho.

—¿A dónde? ¿Por qué?

—El contrato entre mi empresa y tu Alfa tiene solo un año de duración, el plazo vence en siete días, después de eso tengo que regresar a Phoenix.

Ella no tarda en atar los hilos sueltos. La sangre se calienta en sus venas y ella resiste el impulso violento de marcarlo. Harry es suyo, su leopardo también, no pueden irse ahora, no cuando por fin está a un paso de tenerlo por el resto de su vida.

Que él quiera alejarse es un golpe de agua helada en su cuerpo.




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