19 de septiembre del 2018
Uff como odio los miércoles, a parte de los lunes, yo los llamo como los días innecesarios. Llevábamos dos semanas viviendo en un ático en Malasaña, entre las tres pagamos el alquiler, pero hemos decidido que debemos empezar a buscar trabajo relacionado con nuestras carreras. Nada más llegar me llamaron para trabajar de maestra en un colegio cerca de donde vivimos. Acepté a la primera, el trabajo de mis sueños. El lunes empecé a trabajar y estoy súper contenta. Todos los días hablo con Enzo y cuando podemos nos vemos ya que no vivimos muy lejos el uno del otro.
Desde que nos mudamos siento mucho malestar y cualquier cosa que como me sienta fatal y acabo vomitando, así que he decidido pedir una cita en el médico para que me diga que es lo que me pasa.
- Chicas mañana tengo cita en el médico por la tarde y necesito el coche.- dije después de terminar de fregar los platos.
- Joder Alma-dijo Julia- Lo podías haber dicho antes porque mañana lo necesito, pero si quieres te puedo llevar y después recogerte si no te importa.-
- Claro que no me importa además es mejor.-
- De verdad me estáis diciendo que voy a pasar toda la tarde sola.- dijo María poniendo cara de enfado.
- Mari, si te quieres venir conmigo...- no me dejo terminar.
- Encantadísima de la vida. ¿A qué hora tienes el medico?- pregunto María.
- A las cinco y media, bueno me voy a la cama que mañana tengo que madrugar- que pereza más grande- y menos mal que salgo a las doce- mis amigas se empezaron a reír.
- Buenas noches.- dijeron al unísono.
Al día siguiente (en el médico)
- Hola buenas tardes, venía porque tengo una cita.-
- Su nombre por favor- dijo la enfermera.
- Alma Sosa
- Espérese un momento-dijo- La planta 3 sala 43Z.
- Gracias que tenga un buen día.
- Igualmente.
Llegamos y nos sentamos en la sala de espera para que me llamasen.
- Tía, no te preocupes por nada, seguro que es un simple dolor de barriga.- dijo María.
- Si seguro que es eso.-
- Alma Sosa.-
- Sí, soy yo.-
- Acompáñame.- dijo la doctora.
- Espérate aquí si quieres no creo que tarde mucho.-
- Vale aquí te espero.- me dio un beso en la mejilla
Cuando iba a entrar era un amasijo de nervios porque no sabía lo que el médico me iba a decir.
- Hola buenas tardes.- dije yo.
- Hola, puedes explicarme que es lo que le pasa.- dijo la doctora.
- Por supuesto, desde hace más o menos tres semanas me duele mucho la barriga y todo lo que como acabo vomitándolo.-
- Vale, puedes tumbarte en la camilla.-
- Claro.-
- Voy a ponerte una especie de crema en la barriga para ver la causa del problema.-
- Yo asentí.
- Uff que fría esta.-
La doctora empezó a pasarme el ecógrafo por la barriga y su cara comenzó a cambiar.
- ¿Has traído acompañante?- pregunto la doctora
- Ehh, sí, sí he traído. ¿Qué pasa?- pregunté asustada.
- Espérate un momento que voy a llamarla.- informó la doctora.
A los dos minutos entraron y María me dio la mano y me dijo que no me preocupara.
- Alma, ¿en estos tres últimos meses has mantenido relaciones?-
- Si a finales de junio ¿por?- dije asustada.
- Porque usted está embarazada de dos meses.- comunicó la doctora.
Mi cara y la de María tenía que ser un cuadro, no sabía que sentir en estos momentos.
- ¿CÓMO? ¿Está usted segura?- dijo María.
- Pero no solo de un bebe sino de dos.-
- No no no...- empecé a llorar
No me lo podía creer. Joder embarazada y de gemelos. Y además con lo joven que soy. No tengo ni puta idea de cómo se lo voy a contar a Enzo, y lo peor es saber cómo se lo tomará. No creo que me vaya a dejar. Demasiadas preguntas en mente con demasiadas respuestas diferentes, tanto buenas como malas. ¿Cómo se lo voy a contar a mis padres? ¿Y a Enzo? Solo quiero llorar pero no puedo.
- Te voy a mandar unas vitaminas y una lista de alimentos que no puedes comer.-finalizó la doctora.
- Vale muchas gracias.- contesté
Salimos de la consulta y María me abrazo.
- Alma ya sabes que te voy a apoyar en lo que hagas y creo que Julia hará lo mismo. Te quiero.-
- Joder María, no os merezco, uff me siento estúpida en este momento.-
- No, no eres estúpida y si quieres tener a esos bebes que sepas que vas a ser la mejor madre del mundo y va a tener a las mejores titas, y que sepas que los voy a llevar de fiesta.- empezó a reírse María.
- No no no de eso nada monada. Ni en broma.-
- Venga vamos que Julia nos espera en la cafetería.-
- Vale vámonos, no sé cómo voy a contárselo ¿me ayudarás?-
- Claro que si mi vida, vamos.-
Fuimos y Julia estaba tomándose un café me vio y me dio un abrazo ya que noto que tenía los ojos rojos de haber llorado.
- ¿Qué te ha dicho cariño?-
- Pues...- volví a llorar.
- Le ha dicho que esta embaraza de gemelos.- soltó María, sin anestesia, su sello personal.
- ¿CÓMO?- dijo Julia sin creérselo-
- Lo que ha dicho María.-
- ¿Y qué vas a hacer? Ya sabes que te voy a apoyar en lo que decidas.- continuó Julia
- La decisión ya la tengo tomada desde que salí de la consulta, lo que no sé cómo se lo tomarán Enzo y mis padre.-
- ¿Y cuál es la decisión tesoro?- dijo María
- Los voy a tener y van a tener a las tías más maravillosas de este mundo.- y las tres empezamos a llorar y a abrazarnos.
- Venga vámonos a casa y ya pensamos alguna forma de decírselo a Enzo y a tus padres.- dijo María y yo asentí.
- Chicas no sabéis lo que os quiero.- dije yo muy feliz
Esa noche no dormí demasiado bien y se acostaron conmigo María y Julia haciéndome un sándwich. Son las mejores personas de este mundo. Las quiero demasiado.