Omnia

VIII

31 de diciembre del 2018

Le conté a María y a Julia lo que paso cundo llegue de comprar y me dijeron que lo hice muy bien.

Hoy es fin de año y me he puesto el vestido de lentejuelas que me compre hace dos semanas, menos mal que se me queda bien porque esta barriga cada día está más grande. Le pido a Julia que me ayude a ponerme los zapatos porque no me puedo agachar, también me he peinado y pintado. Fui hacia la cocina a beber agua y llamaron al timbre, al abrir me encontré a mi vecina del al lado.

- Hola siento molestarte a estas horas, pero esta mañana ha llegado este paquete y como no había nadie me lo han dejado a mí.- dijo mi vecina.

- Hola, ah pues muchísimas gracias y feliz año.-

- Igualmente.

Cerré la puerta y me adentré en el salón.

- Julia, María podéis venir un momento.-

- Si.- dijeron al unísono.

Llegaron y se quedaron impactantes con las tres cajas. Una de ellas llevaba mi nombre y las otras dos el nombre de las niñas.

- ¿Habéis pedido algo para mí y para las niñas?- pregunté dudosa y asustada.

- No, que yo sepa no ¿Julia?-

- No no yo tampoco.- contesto Julia.

- Alma ¿quieres que las abramos?-

- Si por favor, abrir el de las niñas.-

Abrí la mía y lo primero que encontré fue una carta.

"Alma siento mucho lo que te hice, soy la peor persona que hay en este mundo, y entiendo perfectamente que no me perdones, no me lo merezco. Feliz cumpleaños atrasado. Cuando quites el papel de la caja de fuera, encontrarás otras dos cajas. En una de ellas encontrarás un colgante con el nombre de tus hijas y en la otra caja unas entradas para que vayas al concierto de tu cantante favorito y también para que vayas con Julia y María, por favor dile que lo siento muchísimo. En las cajas de las bebes hay unos muñequitos con su nombre en cada uno y unas pequeñas pulseras con su nombre puesto. También hay una pequeña caja de música para que puedan dormir por las noches. Entiendo que no aceptes mis regalos, pero para cuando los recibas estaré lejos para que me las devuelvas, he encontrado trabajo fuera de España y no creo que vuelva más. Sí algún día cambiaras de opinión y me perdonaras, estaría dispuesto a volver contigo y que tu recuperes la confianza en mí, y que cuando nazcan tus hijas me encantaría tener una foto de ellas y que me la mandases a mi antiguo piso, allí todavía viven mis amigos, ellos me lo harían llegar. Solo una última cosa que sepas que te sigo queriendo como el primer día que nos encontramos en esa discoteca y los siguientes meses me hiciste el hombre más feliz de este mundo. Te quiero muchísimo y siento el daño que te he hecho. Adiós Alma.

Enzo"
 


No podía dejar de llorar y María cogió la carta de mis manos y la leyó, y también empezó a llorar y la misma acción la realizo Juls.

No parábamos de llorar, así que decidí abrir las cajas para poder verlo con mis propios ojos, la caja pequeña tenía un colgante con el nombre de las peques y me lo puse, en la otra estaban las tres entradas para el concierto, me empezó a salir una sonrisa triste. Julia abrió la de Valeria y María la de Adrianna y en ellas había un pequeño conejo con el nombre de las niñas y una pulsera con los nombres también.

- Joder- dijo María secándose las lágrimas- no puedo creer que haya hecho esto por ti.-

- Lo mismo digo, se ve que está súper arrepentido- continuó Julia.

- Y ahora qué hago yo.- dije llorando.

- Yo iría a por él- dijo Juls- y también le perdonaría.-

- ¡Pero como voy a ir a por él si no sé dónde está!- exclamé- ¡Y además estoy embarazada y no puedo viajar!-

- Ya pensaremos en eso.- dijo María- mándale un mensaje.

- Creo que es lo que voy a hacer.-

Fui rápido al cuarto para coger el móvil y mandarle un mensaje.

- Alma: "Te perdono y aún te sigo queriendo, desde que te pedí que te fueras no paro de pensar en ti. Por favor si lo lees, vuelve te necesito conmigo. Sé que lo que hiciste no estuvo bien, pero vuelve, te necesito, no puedo estar sola. Ya sé que tengo a Julia y a María, pero te necesito a ti. Te quiero"

Le mande el mensaje y no paraba de llorar. Salí al salón y las chicas me abrazaron.

- ¿Y si no vuelve?- me pregunté a mi misma.

- Claro que volverá, si no iremos María y yo a por él.

- Bueno vamos a dejar de pensar en eso.- dijo María- Vamos a cenar y a tomarnos las uvas.

- Vale pero primero debemos retocarnos el maquillaje ¿no creéis?- dije bromeando.

La noche transcurrió tranquila, no volvimos tarde ya que no podía más con mi cuerpo y con la barriga de siete meses. Llegué y me fui a mi habitación para ponerme cómoda, los tacones me estaban matando. No tarde mucho en dormirme, después de la ajetreada tarde que tuvimos. Me desperté a la mañana siguiente demasiado temprano para mi gusto y vi en el móvil un montón de notificaciones diferentes. Hasta que llegue a uno.

- Enzo: "Hola mi vida, te quiero muchísimo y voy a cuidar de vosotras tres como si fuera el fin del mundo. Al final fui un cobarde y no me fui, no soy capaz de estar lejos de ti. Y que sepas que estoy debajo de tu ventana esperándote cómo Romeo espero a Julieta. Porque tú eres mi Julieta. Te quiero."

Me asomé a la ventana y allí estaba con la misma sonrisa que me enamore en la primera cita que tuvimos hasta hoy.

Bajé tan rápido como pude, y también por el camino avise a mis amigas de que iba a bajar.

Salí del portal y me quede quieta, no podía moverme me sentía pegada al suelo. Él vino hacia mí y nos fundimos en un tierno beso como el de la primera vez en el portal del apartamento de Elche.

- Te quiero- dijo él.

- Yo más.- dije sin aliento.

Él seguía siendo mi persona favorita.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.