Salimos del hospital con una nueva personita entre nuestros brazos, como si fuésemos unos padres primerizos llegamos a casa y mis amigas nos tenían una sorpresa preparada. Habían decorado todo con globos y guirnaldas. Comimos tranquilamente a la espera de que Julia nos contase su sorpresa, pero teníamos que esperar que llegase Álvaro porque decía Juls que también era importante.
Las niñas duermen en el suelo con una mantita ya que el suelo es radiante y esta fresquito. Al rato llaman a la puerta y Enzo va a abrir la puerta y se encuentra con Álvaro y un regalo para la peque. Trae una cesta con un montón de pañales y cremas para bebes, también trae un chupe con su cadena y un par de biberones.
- Bueno vais a contar ya la sorpresa que llevo desde que lo dijisteis con la intriga- dice Enzo nervioso.
- ¿Tenéis algo que hacer el 12 de noviembre?- dice Álvaro
- Yo creo que no- dice María.
- Y nosotros tampoco- digo yo.
- Pues ya tenéis planes- continua Julia, levantando su mano izquierda- ¡Que me casoooo!
María y yo empezamos a gritar y a saltar emocionadas. Menos mal que le di la niña a Enzo porque si no la pobre.
- ¡Ah! Y se me olvidaba lo mejor- dijo Juls- quiero que tú y tú- señalándonos a la Mari y a mí- oficiéis mi boda.
Me acerco a María y juntas empezamos a dar saltos y a gritar más de lo que lo habíamos hecho antes. Nos acercamos a Julia y la abrazamos súper fuerte.
- ¿Cuándo se te declaró?-pregunta María.
- Pues al poco de volver de celebrar el cumple de las gemelas en Elche,-empieza Juls- me llevó a mi sitio preferido y me lo pidió.
- ¡Ohhh! qué bonito por favor, anda que la cabrona se lo tenía bien guardado- continua María haciendo que estallemos a risas.
- No lo quise decir antes por lo del tema de Abraham, porque todos estábamos pendientes de todos y no quería decir nada por si pasaba algo.- finalizó Julia
- Bueno, pero como no ha habido ningún inconveniente más, mejor. Estoy súper feliz de que quieras que nosotras oficiemos la boda- dije sonriendo.
También se quedaron a cenar y les dijimos a María y Juls que se fueran a sus casas a dormir y ya nosotros nos lo apañaríamos, y si pasase algo les llamaríamos.
Las niñas están encantadas de que su hermanita este con ellas, están todo el rato pendiente de ellas. Yo creían que iban a tener celos, pero por ahora están genial, y no digo más por si ocurre lo contrario.
13 de septiembre del 2021
Volvimos de las vacaciones el sábado de la semana pasada, dos semanas de desconexión. Desde que África nació no ha vuelto a llamar ni a mandar ningún mensaje, cosa que agradezco muchísimo.
Las gemelas empiezan hoy la guardería y están súper contentas y dicen que van a hacer un montón de amiguitos. Las niñas son muy risueñas y no son para nada tímidas. Cuando vamos al parque siempre hacen amigos y después llorar cuando volvemos a casa.
En casa tenemos un planing para la organización que tenemos que realizar. María siempre se encarga de la comida, Juls del desayuno junto a Enzo y yo de la cena y lo de limpiar la casa siempre le toca a uno diferente.
Desde que Julia dijo que se iba a casar, la Mari y yo no hemos parado de averiguar el tema de la ceremonia, Juls no ha comunicado que ella se va a encargar de comprarnos los vestidos para la celebración. Para ella somos también como sus damas de honor, entonces tenemos que llevar el mismo color de vestido y las tres peques también formaran una parte muy importante.
Por otra parte Enzo es el padrino de Álvaro y Darío novio de María como es fotógrafo, él se va a encargar de realizar las fotos de la boda, así que esa parte ya está solucionada.
Paso a recoger a las peques y me cuentan que se lo han pasado genial en la guarde y que han hecho un montón de amigos. También me cuentan que su seño es muy guapa y amable. Me dan un papel para comunicar que quieren conocernos a Enzo y a mí, son estas típicas reuniones que tengo yo con los padres del colegio para informarles de cómo va a ir el curso.
Terminamos de recoger y limpiamos el desastre de las niñas, y mí móvil empieza a sonar, como no puedo le digo a Enzo que si lo puede coger y a los minutos empiezo a oír gritos.
- Eres un hijo de puta, como se te ocurre volver a llamar. No tuviste suficiente con mandarnos es ramo de flores el día que nació mi hija y que a mi mujer le diera un ataque de ansiedad, no tuviste suficiente...- deje de oír gritos y supe que había colgado.
Se acercó a mí y me abrazó.
- Ese cabrón ha vuelto a llamar y te ha vuelto a amenazar diciendo que si no vuelves con él, pasaran cosas de las que te arrepentirás.
- No no, no puedo seguir con esto, no puedo dejar que haga daño a mí y a mí familia, es superior a mis fuerzas.- dije llorando.
- Lo vamos a solucionar juntos, como la familia que somos.- no había dejado de abrazarme.
- Gracias por estar conmigo siempre.-
- Te quiero.-
No más de lo que te quieroyo.- dije dándole un beso salado por las lágrimas.