Omnia

XVII

31 de octubre de 2021

Las niñas empezaron en septiembre la guardería y están muy contentas han hecho un montón de amigas. Todavía sigo pensando como oficiar la boda de Julia con Álvaro y además tengo que hacerla con María, eso puede ser un desastre, pero espero que no.

La semana pasada nos llamó la seño de las niñas diciendo que el lunes tendrían que ir disfrazadas ya que es Halloween.

Les compré un disfraz de bruja a cada una, pero de diferente color para que no haya peleas. A África también le compre uno para hacerle las fotos con sus hermanas. Está monísima y gordita. El pelo se le ha puesto un poco más oscuro, y lo que más me gusta es que tiene los ojos azules como sus hermanas.

Enzo esta todas las tardes pendiente de mi y de las niñas por si vuelve a llamar Abraham o mandarnos alguna corta. Desde el incidente en el hospital solo ha vuelto a llamar dos veces más, pero siempre lo cogía María y Enzo que son los que más temperamento tienen.

La boda de Julia es el mes que viene el día 12 por la tarde-noche. Ya tiene comprado el vestido y a María y a mí nos ha comprado un vestido para la ceremonia es parecido al de mi boda pero el color es azul clarito, ya que ese color le encanta. Su vestido lleva colores azules en las flores y las niñas incluidas África son las damitas de honor. Ellas llevan un vestido blanco con un lazo azul y llevan a su hermana en una especie de carrito en la que lleva una almohada con los anillos. Espero que no se caigan.

Al ser de noche, hace frío, por lo que hemos decidido hacerla dentro del salón de la cena.

Enzo y yo terminamos de cenar y duchar a las niñas para acostarlas ya que mañana tienen colegio y tengo que disfrazarlas. Al rato terminamos y cojo a África que está llorando para darle de comer.

Me voy a la habitación y me siento en la cama con la espalda en la pared, cojo el cojín de lactancia y me la pongo entre las piernas y posiciono a la peque entre las piernas y posiciono a la peque

-Tienes hambre... ¿no mi vida? – le dijo besándole su cabecita.

De momento se agarro en mi pecho a comer y empezó a succionar. Media hora después terminó, le cambio el pañal y la echa a lado mía, Enzo aparece por el umbral de la puerta y me besa y se hecha en la cama.

-¿Crees que hemos hecho bien diciéndole a Juls y a María que se vayan?- le pregunto acariciándole su brazo.

-Sí, cariño creo que es lo mejor. No tienen por qué estar todos los días aquí durmiendo, además ellos tienen sus respectivas parejas y tienen que estar con ellas –dijo Enzo- Y lo más importante me tienes a mí para todo lo necesario, y estoy para cuidaros a las cinco.-

-De verdad cada día estoy más enamorada de ti, ¿se puede estar más?- pregunté riéndome.

-Yo creo que no, pero que sepas que yo te supero.-

-No yo creo que no- le dije besándole- yo creo que te quiero más.-

Al rato las niñas empezaron a llorar y Enzo fue a ver lo que pasaba. Esperando a que llegase me quede durmiendo. Sentí un peso sobre la cama y un beso en mis labios. Inconscientemente una sonrisa apareció en mi boca. La peque que descansaba en su cuna, me acerque a Enzo y le abracé por la espalda. No quiero que nada cambie entre nosotros nunca. El amor de mi vida.

A la mañana siguiente

Me he despertado temprano ya que tengo que ponerles el disfraz a las niñas y llevaras al colegio. Enzo se fue antes porque tenía que hacer unos recados y después se iría a trabajar. Meto a África en el porta bebés y le doy las manos a las gemelas para baja al garaje para coger el coche. Las dejo y de paso me llego a comprar unas cosas que hacían falta para casa.

Termino y aparco el coche, al rato escucho mi móvil sonar en la habitación y voy rápido.

-¿Sí?- pregunto ya que es un número largo.

-¿Es Alma Sosa?- dicen al otro lado de la línea.

-Sí soy yo ¿ha pasado algo?- pregunto asustada.

-Mira le llamamos del hospital porque su marido Enzo González ha sufrido un accidente de coche.-

-¿Cómo?- pregunté empezando a llorar y sin creérmelo.

-Estamos en el Hospital Universitario de Madrid, cuando pueda llegase, es muy importante.

Se me cayó el alma al suelo, no podía ser, sin darme cuenta una cascada de lágrimas comenzó a descender por mis mejillas. Sin pensármelo mando un mensaje a María y a Julia para que me lleven al hospital, no tengo la fuerza suficiente para cogerlo y tengamos un accidente. A los diez minutos llegan y me llevan al hospital y le comento lo que ha pasado y ellas también empiezan a llorar.

Recibo un mensaje en el móvil que me resulta extraño ya que es un número oculto.

"Hola cariño, siento mucho lo de Enzo, pero tenía que hacerlo, si tu no quieres estar conmigo, nadie puede estar contigo. Te quiero"

El grito desgarrador que solté llorando asusto a mis amigas. Me empezó a darme un ataque de ansiedad y me desmaye, quedaba poco para llegar. Cundo desperté tenía la pulsera del hospital en la muñeca y Juls estaba a mi lado.

-¿Qué ha pasado?- me pregunta Juls.

-Antes de llegar he recibido un mensaje de Abraham que decía que había sido él quien había ocasionado el accidente.-

-No, no puedo creerlo, como le pase algo a Enzo, no vive para contarlo.- dijo abrazándome.

-Julia, quiero ir a verlo.-

-Sí, voy a llamar al doctor para que venga.- dijo dándome un beso en la frente.

Se fue de la habitación, y llego el doctor con una silla de ruedas y me llevo a la UCI donde estaba Enzo.

-Hola Alma, soy el doctor Pérez y estoy a cargo de su marido.

-Encantada ¿Qué ha pasado?- dije sollozando.

-Ha llegado hace dos horas con un traumatismo craneoencefálico y las piernas rotas a causa del golpe del coche ya que no se activó el airbag y las piernas se le quedaron aplastadas debajo del volante haciéndole presión. A parte tiene moratones y arañazos por el resto del cuerpo. En este tipo de accidentes las probabilidades de sobrevivir son muy bajas.-concluyó el doctor.




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