Omnia

XIX

12 de noviembre del 2021

"En mis planes no estaba perderte. Conocerte fue lo mejor de toda mi vida"

                                                                                                        Anónimo 
 


"No hay día que no piense en ti, ni noche en la que no llore por ti"

                                                                                                  Frase de la Autora
 


Boda de Julia

Julia esta atacada de los nervios, toda los invitados están fuera esperando a que llegue el novio que ha tenido un pequeño percance con el coche. Álvaro me llamo ayer diciéndome que si me haría ilusión que fuese su madrina de la boda ya que Enzo no estaba, y acepte sin pensármelo ni un segundo.

A los dos minutos recibo un mensaje de él diciendo que está en la sala contigua a la de Julia, así que María y yo damos comienzo a la ceremonia. Darío está preparado en medio del altar para que cuando entremos los dos empiece con la sesión de fotos. Antes de salir preparo a África en la carretilla que van a llevar sus hermanas hasta el altar con los anillos.

Por petición de Julia empieza a sonar este amor ya no se toca, canción que las tres siempre hemos bailado juntas en las fiestas que nos montábamos en nuestras casa. Qué recuerdos me traen esas fiestas de pijama cuando encontramos esa canción un día en casa de la abuela de María.

Llegamos al altar y mis niñas aparecen por la esquina, detrás viene Julia acompañada de María. Va preciosa con un vestido ceñido a su cuerpo que deja ver sus curvas. Álvaro lleva un traje de color gris oscuro y una corbata de color azul cielo ya que es el color que eligió Julia para la boda. Llega y María se viene conmigo detrás del altar y en brazos tengo a África.

-Buenas noches a todos- comienzo- estamos aquí todos hoy para el enlace de esta maravillosa pareja.

-Exactamente- continua María- estas últimas semanas han sido un caos constante en la preparación de la boda y de algunas despedidas de personas que no están presentes aquí hoy. Pero vamos a hacer que esta celebración sea 100% feliz y alegre.

-Como ha dicho María, las dos queríamos decirte que eres la mejor amiga que hay en este mundo y estamos súper orgullosas de cómo eres y Álvaro te conozco desde que me ayudaste a traer al mundo a mis dos gemelas- empieza a reírse- me has ayudado en todo desde las dos últimas semana y estoy encantada de que te cases con esta maravillosa persona.

-Hostia, yo ya no sé cómo seguir el discurso- se ríe María- bueno lo que decía, Julia, siempre recordaremos aquellas fiestas en nuestras casa cuando nos poníamos a bailar como cabras locas saltando en las camas, y cuando venia tu madre a regañarnos por saltar en ellas, hasta que Alma rompió una de ellas y no lo volvimos a hacer- le di un manotazo en el brazo.

-Oye María que eso no se cuenta, como decíamos, estamos orgullosísimas de que te cases con esta maravillosa persona. Así que vamos a dar paso al sí quiero.

-Pero como en la boda de aquí mi queridísima Alma tengo que hacer la pregunta correspondiente- yo puse los ojos en blanco porque no había pregunta más absurda en este mundo-¿Alguien se niega a que esta pareja se case?... ¿Nadie?... pues prosigamos con la boda.

-¿Álvaro quieres a Julia como tu legítima esposa hasta el resto de vuestros días?- no puede evitar llorar al recordar el día de mi boda.

-Sí, quiero.- responde colocándole el anillo.

-¿Julia quieres a Álvaro como tu legítimo esposo hasta el resto de vuestros días?- pregunto María.

-Sí, quiero.- y le colocó el otro anillo en su dedo

-Y como ya es tradición esta frase... Ya podéis besaros mamarrachos.- fue la frase que dijo María el día de mi boda y se tenía que repetir este día.

La ceremonia fue lo mejor de toda la velada, la cena la pase en la mesa con los novios y pendiente de África que tenía sueño entre mis brazos. Como esa noche dormíamos en la finca la lleve a la habitación con sus hermanas y las deje durmiendo.

Lo mejor de todo llego y fue la fiesta de después. Las tres ensayamos la canción que siempre bailábamos y se la íbamos a bailar al novio como sorpresa.

Julia fue a llamar al novio que estaba en la barra pidiendo una bebida, lo atrajo hasta el centro de la pista de baile y le obligo a sentarse en una silla que había colocado María previamente.

Comienza a sonar la canción y nos preparamos para bailar las tres. Antes de todo nos cambiamos los vestidos y nos pusimos unos pantalones de campana con brillantes y un top blanco que elegimos para nuestra puesta en escena.

Termina la actuación y Juls se acerca a su marido y le da el morreo más largo de toda su vida. María y yo nos abrazamos y de un momento a otro me dan ganas de vomitar y corro hacia el baño. María viene detrás de mí corriendo y me oye vomitar. Al rato de terminar me encuentro a Julia y a María con una botella de agua y una toalla para limpiarme la cara.

-¿Qué te ha pasado Alma?- me pregunta Julia preocupada.

-Me había entrado ganas de vomitar y he tenido que salir corriendo al baño.

-¿Es la primera vez que te pasa o ya te ha pasado antes?- me pregunta María ahora.

-Llevo una semana con muchos vómitos pero yo lo he achacado a los nervios por preparar la boda y por lo de Enzo pero ahora sí que me estoy preocupando mucho.- concluí

-¿Puede que estés...?- dice Julia dudando de haber hecho la pregunta.




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