Once Upon A Descendants: El Secreto de la Isla #1 (editado)

7-. Bienvenidos a Historioburgo

Algo bastante sencillo que Mal podía pensar con el tema de viajar a través de portales mágicos.

Sí puedes evitarlo, no viajes en ellos.

Lo más horrible era el sentimiento de caer en el vacío de un espacio fuera del propio universo que ellos creían conocer, la luz mágica de luz azulada creando un túnel que iba a todas las direcciones posibles mientras que su cabello morado volaba por su cabeza. Mal escuchaba los gritos de sus amigos, y aunque estaban bastante cerca, pareciera que se encontraban a kilómetros de distancia uno entre otro.

La hija de Maléfica sintió que todas las luces que había a su alrededor comenzaban a proyectar imágenes en su visión.

El temor que sentía cuando veía que su madre entraba a la misma estancia donde ella estaba en el Castillo de las Gangas, el miedo de que la fuera a castigar. Su viaje a la Isla de los Malditos y la amistad que se había forjado en los cuatro jóvenes villanos. La noticia maravillosa (desastrosa) de que habían sido seleccionados para ir a Auradon. La pelea contra la dragona maligna y el duelo con su hija resistiendo la manipulación

Sintió que su cabeza estaba dando vueltas, como si sus recuerdos los estuviera viendo y de un momento a otro se estuvieran alejando de ella. Algo que no quería, algo que le aterraba.

Nuevamente, otras imágenes se presentaron. Su travesía para ir a la Isla de los Perdidos en medio de una tormenta intentando recuperar el tridente del Rey Tritón junto con la pelea de invocación que había tenido con Uma. Sus sentimientos de no pertenecer en Auradon, la huida de nuevo a la isla, Ben que la siguió junto con Evie, Jay y Carlos, el secuestro de su novio y el enfrentamiento con espadas intentando salvarlo. La transformación de dragón y de pulpo de Uma con la batalla que se desató entre ellas sobre el yate real…

Era como si muchos de esos momentos se estuvieran quedando en aquel vórtice mágico.

Mal observó hacia abajo, un extraño camino envuelto en la noche se dibujó de repente en el filo de aquel túnel. Con dificultad miró hacia arriba, apreciando como la imagen de la Isla de los Perdidos a lo lejos en el mar, decadente y oscura, apreciando eso incluso siendo de noche, se alejaba rápidamente.

De un segundo a otro, todo se volvió negro.

 

Al momento de despertar, la chica estaba tirada en medio de una extraña carretera que se encontraba en medio de la nada. A los lados había un bosque de grandes árboles, el cielo estrellado era hermoso, la temperatura estaba baja y tuvo nauseas en el estómago que casi la hacen vomitar.

Se levantó y miró sus manos, la piel pálida tenía algunos raspones y marcas rojas que presentaban las heridas de lo que fuera que hubiera pasado. Pasó sus manos por su cabello, que estaba un poco más debajo de los hombros, por lo que tomó con sus dedos las puntas y las hizo hacia adelante para mirarlas.

Era rubia.

Pero sabía en el interior que ese no debía ser su color de cabello original, sabía que su tono era único e inigualable, pero ahora parecía ser igual a una chica promedio.

No podía recordar mucho, no recordaba con exactitud como había hecho para llegar a aquel lugar, en su mente solo pasaba un estallido blanco y de ahí en más, todo se encontraba borroso. Apenas estaba consciente de que su nombre era Mal, un nombre bastante curioso, pues su nombre era una palabra que muchos asociaban con algo oscuro, el mal; y estaba segura de que no era el diminutivo de otro nombre… o tal vez sí. Y también que era acompañada por…

—¡¿Quién está vivo?! — exclamó el chico de cabello largo, atractivo y con una expresión de alivio y sorpresa combinadas.

—Yo… no mucho— contestó el otro joven más pequeño, de cabello castaño rizado, pecas en la cara y vestido con un short blanco, camisa roja y zapatos igual. Parecía más joven que el otro muchacho.

—Creo que me rompí algo— comentó la otra muchacha castaña y hermosa, que se encontraba tirada a unos metros de Mal, vestida de azul marino.

Pasó un momento, antes de que en su cabeza golpearan algunos recuerdos de su propia vida anterior. No era mucho, no recordaba bien de dónde venía o cómo es que había llegado a una carretera desolada en medio del bosque, en una noche tenebrosa y con el aire nocturno que le erizaba la piel. Pero recordaba el nombre de los chicos que la rodeaban, que estaba segura, eran sus amigos.

—¿Dónde estamos? — preguntó Jay, el chico de pelo largo.

—Creo que… no tengo idea— contestó Carlos, el joven bajito.

Eso le estresaba, aunque no tenía mucha idea de lo que estaba ocurriendo, algo muy dentro de él le decía que era el chico listo. El que intentaba solucionar los problemas con los que se metía junto con sus amigos. Pero ahora no tenía ni la menor idea de qué hacer… ni siquiera en lo que se habían metido.

—Alguno… — Mal encontró finalmente su voz para hablar, se había quedado muda unos minutos por la sorpresa—, recuerda algo. De dónde venimos o ¿Cómo es que terminamos en este lugar?

—Mal, apenas recuerdo sus nombres— dijo… Evie. Sí bien sus recuerdos estaban borrosos, aún tenía presente el nombre de sus tres amigos y el suyo. Lo demás estaba borroso, no en blanco, pero borroso—. Ni siquiera sabemos qué hacemos aquí… o cómo es que llegamos a una carretera de noche en medio del bosque. Estoy segura de que esto no es algo normal.



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En el texto hay: fanfic, once upon a time, descendientes disney

Editado: 13.05.2023

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