Su actitud me dejó totalmente confundida. ¿Sigificaba algo?¿Lo había hecho por que si ? Odiaba la ambiguedad y más aún en casos así.
Me dirigí a la puerta para evitar seguir dándole vueltas a este asunto. Tal vez lo había hecho sin razón alguna.Le nació y listo.
Tomé el primer taxi que pasó frente a casa. Ya iba tarde a la primer reunión del día y me maldecí por dentro. Debía aprender a organizarme mejor con mis horarios.Abrí la puerta dle auto y me topé con la agradable sorpresa de que mi conductor era George.George era quien me había llevado a todos lados desde que me mudé a esta ciudad.
-¿Donde siempre,Amber?
-Tu sí que sabés George-le sonreí amablemente.
En el camino fuimos hablando de las mismas nimiedades de siempre.
-¿Cómo están Sylvia y los niños?
-Los niños están listos para comenzar la universidad y ella está lista para experimentar el síndrome de nido vacío.
-¿Y qué hay de tí?
-Son cosas de la vida que no se pueden evitar.Quiero lo mejor para ellos-sonrió con tristeza.
Conocía a Avery y Tyron desde que eran pequeños y saber que comenzarían la universidad me hacia sentir un poco vieja.
-Volverán-respondí segura dándoles esperanzas.
-Lo é, pero se extrañarán sus voces.
-Lo sé-pensé en mis padres y en cómo se deben sentir estando solos.
-¿Qué hay de ustedes?-preguntó curioso.
-Jess se encuentra de viaje con Kevin.
-Esos dos-rió por lo bajo- ¿Y tú? ?Estás sola?
-No-solté un suspiro-Está viviendo conmigo Ian ,uno de los amigos de Kevin- George me miró confundido ante mi tono de voz.
-¿Es demasiado molesto?
-Todo lo contrario.
-Ya veo-contestó con picardía.
No vayas por ese lado-le advertí.
-No iré a ningún lado,porque ya llegamos a tu destino.
Tomé mi bolso y bajé lo más rápido posible, dando por concluído el interrogatorio.
-Mándale saludos a Sylvia y los chicos.
Entre corriendo al gran edificio, rogando no llegar tarde y cuando ví que todo transcurría con total normalidad solté todo el aire que inconscientemente había estado reteniendo.
-Buen día-dijo Molly-Tu latte ya está esperándote en el escritorio.Me tomé el atrevimiento de comprarte un brownie en tu pastelería favorita.
-¿Cupcakes and Coffee?-pregunté
-Esa misma. Aunque deberían considerar agregarle brownies al nombre porque son una delicia.
-Gracias Molls. No se que haría sin tí. Eres un ángel.
-No tienes nada que agradecer. Estoy aquí gracias a tí.
-Debemos almorzar juntas uno de estos días
-¿Sabés qué?.me miró detenidamente- Tienes razón.
-¿El jueves?
-Tengo invitados en casa y hasta que no se vaya no puedo hacer prácticamente nada
-¿Y quien es este invitado tuyo?-preguntó y pude notar la curiosidad en su voz.
-Ian.
-Asi que Ian-levantó las cejas con gesto sugerente.
-No es lo que crees.
-¿Y cómo es?
-Ya sabes -dije intentando quitarle importancia- El típico chico críado en California que vive en una pequeña ciudad ahora.
-Wow -silbó por lo bajo.
-No-la amenazé con un dedo mientras con la otra sujetaba el brownie-Ahora si me lo permites iré a mi reunión.
Puse en mi cara ula sonrisa más franca que pude encontrar y me dirigí a mi destino final. El resto de la mañana se pasó rápida, otra reunión, un pequeño descanso en el que Molly me contó sus planes para el Día de Gracias y luego volví a mi oficina para investigar sobre el nuevo artículo sobre el que iba a escribir.
El interlocutor sonó y pude escuchar la voz de mi asistente que decía:
-Tu invitado está aquí y definitivamente sobrepasa todos los estándares de cualquier chico de California que haya conocido.
La miré mientras intentaba ignorar su suspiecaz pero directo comentario.
-Debo irme-agreugé tajante.
-Nos vemos mañana.
-Que tengas una linda tarde-respodie sonriendo.
-Y,Amber?
-Si?me giré para verla.
-Diviertete-finalizó guiñándome un ojo.
-Jajaja, muy graciosa.
-Nos vemos pronto cariño.